jueves, 15 de enero de 2015

Los afrocubanos y la exclusión social
Por: Manuel Aguirre Labarrere
        (Mackandal)·
En 2015, en Cuba, como uno de los países de mayor mestizaje en América, negros, blancos y mestizos  seguirán en pos del sueño de cada día a pesar de las diferencias que conlleva el color de la piel.
El racismo seguirá retroalimentándose de todo aquello que le dé la
oportunidad de hacerlo y a través de sus mecanismos de resistencia
pacífica, los marginados encontrarán estrategias de sobrevivencia.
El problema racial, que se empezó a visualizar desde los años ochenta y
que tomaría cuerpo de segregación a partir del período especial, pasa
fundamentalmente por la falta de voluntad política del régimen para
atajar las diferencias sociales.
Aun cuando en las primeras décadas del totalitarismo castrista se notó
cierta mejoría respecto al racismo, la realidad actual muestra un retroceso.
Los mecanismos no son ya los mismos que existían antes de 1959, pero el
propósito continúa siendo la exclusión del otro. De ahí las invenciones
y el reciclaje de estereotipos negativos contra negros y mulatos.
He tenido que soportar horrores y ofensas a mansalva cuando me he
atrevido a plantear el problema, por personas defensores del castrismo.
Es cierto que las manifestaciones racistas de hoy no son las mismas que
tuvo que soportar el negro en cualquiera de las etapas republicanas que
vivió Cuba, pero eso no justifica el presente, puesto que se trata de
una deuda histórica no saldada hasta el presente.
El racismo sigue siendo el mismo, aun cuando hoy se trate de hablar de
racialidad con la intención de aminorar el impacto de la palabra.
No existe justificación posible. Ni los defensores del castrismo ni sus
actores fundamentales son merecedores de un átomo de confianza.
La promesa del régimen, en la voz de su máximo exponente, fue acabar con
todas las manifestaciones racistas, y con todo tipo de marginalidad y
discriminación. La realidad muestra que hasta el día de hoy, eso no ha
sido logrado.
Cada vez son más los afrodescendientes que observan con tristeza el
descalabro de sus vidas.
No hay un solo analista en Cuba que no considere el racismo como un
problema cultural. Cada día son más los historiadores, sociólogos,
psicólogos y comunicadores sociales apegados a este concepto errado y
con marcadas intenciones de dilatar su definitiva solución.
El racismo es fruto de una determinada ideología. Sea de izquierda o de
derecha o de cualquiera de los puntos cardinales a la que se apegue, su
resultado es la exclusión del otro.
Al encontrar asideros en el color de la piel más que en la clase social,
se da por sentado el erróneo concepto de razas superiores y razas
inferiores, lo cual es ya un obstáculo para la eliminación del racismo.
El racismo, la exclusión social y la discriminación, tanto política como
por color de la piel, es la consecuencia de una ideología impuesta a
través del poder, en cualquier tiempo y en cualquier lugar del planeta.
Podría incluir elementos culturales, pero no es un problema cultural
propiamente dicho.
Los afrocubanos de hoy ya no llevan cadenas ni visten pantaloneta,
camisola y cinta en la frente para evitar que les caiga el sudor en los
ojos, como se les obligaba vestir a los esclavos. Hoy visten como
cualquier ciudadano de estos tiempos, pero siguen discriminados. Ni la
etnia de procedencia ni la cultura originaria son quienes los hace
objetos de discriminación, es la ideología política, y eso funciona
perfectamente en la Cuba de hoy.
Para Cuba actualidad: mal26755@gmail.com
Source: Los afrocubanos y la exclusión social | Primavera Digital –
http://primaveradigital.net/los-afrocubanos-y-la-exclusion-social/

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