miércoles, 31 de marzo de 2010

CABILDEO INFORMATICO

MANUEL AGUIRRE LAVARRERE
(MACKANDAL)
Si la información constituye un grado de poder indiscutible al dar la oportunidad de valorar y sacar conclusiones de acontecimientos sucedidos y reflejados en diversas fuentes de información, la desinformación como contraparte parte del mismo fenómeno constituye un síntoma de debilidad. La guerra de desinformación mediática que lleva a cabo el régimen cubano contra toda la población da las pautas para este apartheid informático .Es por eso que lo sucedido con el prisionero de conciencia Orlando Zapata Tamayo, muerto en huelga de hambre después de recibir reiteradas palizas y confinamiento en la prisión, da muestra de su desaprobación al régimen por los abusos cometidos contra todo disidente y prisionero político cubano, ha sido tomada para desacreditar a cualquier precio- incluso el de la vida-, la lucha pacifica que llevan, mediante la doctrina de la no violencia los opositores en la Isla cautiva del totalitarismo castrista, que segregada políticamente es incapaz de admitir una opinión diferente para que se a el pueblo quien valore y saque cuenta de quien lleva la razón.
Pero eso era de esperar. El material audiovisual que en días recientes pasó el oficialista noticiero de televisión, espacio sin criterio propio ni valor para enfrentarlo, y repetido nuevamente al final de la programación del canal cubavisión, no podía mostrar mas que lo que esta sometido a mostrar: una madre atrapada en el lente bajo el uso de cámara escondida y corregido en un cuarto de edición que muestra satisfacción por el trato que esta recibiendo su hijo y confiada en lo que le prometen los jefes de la prisión. Era de esperar. Lastima que no muestren a esa misma madre trasladando el cadáver de su hijo hacia su provincia después de haber sido engañada condenando al régimen y a los asesinos de su hijo. El hecho de estar marchando por las calles de la habana sometida a todo tipo de improperio esa madre que como mujer cubana y estirpe de mariana dentro de las aguerridas Damas de Blanco desmiente al audiovisual oficialista, que no muestra tampoco No muestra el audiovisual a marchas ahora por las calles y plazas del país militando pidiendo justicia y libertad para los prisioneros de conciencia. No muestra tampoco la inconformidad de un pueblo volcado a las calles marchando en silencio pero mostrando su desaprobación a la barbarie que tanto tienen que soportar los encarcelados en Cuba cuando deciden plantarse. No muestra el audiovisual lo acontecido en la iglesia de nuestra señora de la caridad donde un anciano, ciego y armado de una cabilla estaba dispuesto y decidido a proteger a las Damas de cualquiera que osara tocarlas. Similar suceso ocurrió en la iglesia de la Merced, situada en Cuba y Mercaderes, donde un abuelo con su nieto cogido de la mano y nacido en prisión, gritaba que estas Damas de Blanco pidieran también por su hija que estaba presa injustamente y cuyo nieto no conoce a su madre. No muestra tan bochornosa y sumisa puesta televisiva, la diferencia, porque existe, en el trato por el color de la piel, donde el negro- y Zapata lo eras-, es doblemente castigado por la maquinaria carcelaria existente en Cuba.La muerte de Orlando Zapata Tamayo, por encima de la verdad o mentira de la medicina especializada, por encima del material exhibido en pantalla con fines de adoctrinamiento y hacer creíble la mentira oficialista, desprestigiando a la oposición y a la opinión internacional, queda en la historia de la revolución como un acto de barbarie carcelaria, y de insensible desprecio al derecho y convivencia del ciudadano en Cuba.