miércoles, 24 de diciembre de 2008

JOSÈ ANTONIO APONTE

POR: JUAN RENÈ BETANCOURT
TEMA # 4

Tócanos hoy tratar, por primera vez a lo largo de estas páginas, en concreto y detenidamente, de un personaje histórico. Nuestra resistencia hasta aquí a personalizar se ha debido a dos razones: al carácter doctrinario de nuestro trabajo y a la alarmante escasez en cuanto a doctrina negra se refiere y a verdaderos apóstoles de esa causa, héroes y mártires en el santo ideal clasista de la raza.
La historia de nuestro país abunda en negros insignes en la guerra, en las artes, en la ciencia, en la política, etc., pero sorprendentemente escasea en leaders de los negro, en ideólogos y realizadores del ideal del cimarrón o del apalencado, del esclavo hecho mambí o del negro discriminado de la post-guerra. Antonio Maceo, que es el más sobresaliente de los negros célebres, no alcanzó su celebridad luchando directamente por su raza, sino por la República; y a pesar de que jamás se convirtió en renegado étnico, sino que por el contrario defendió cada vez que tuvo ocasión el punto y expresó estar orgulloso de su realidad racial, no llegó ni remotamente a ser un líder de su raza en pos de la felicidad. Mucho más se acerca a ésto Juan Gualberto Gómez[1], ocupando el más alto sitial, esa figura extraordinaria, tan grande como desconocida, que se llamó José Antonio Aponte.
La justicia histórica no es absoluta y mucho menos ciega, sino relativa y como Argos con cien ojos avisores. Al fracasado se le hace poca justicia y si para peor suerte fue el líder de los que vencidos han arribado a la posteridad, su nombre generalmente se encarnece y es usado como sinónimo de bajas y ridículas pretensiones.

Y esto se explica. Si los oprimidos de hoy con la correspondiente secuela a los actuales opresores, no es posible que se expresen con objetividad histórica los hechos que ayer, hoy y mañana ponen en peligro su predominio y sus privilegios, y menos al genio que coordinó los elementos dispersos convirtiéndolos en fuerza enemiga. Pero hay más. La pusilanimidad, los apetitos elementales y la inconsciencia, que como un polo del mal se levantan en la psiquis humana frente a las más encomiables virtudes del hombre, hacen posible que los mismos vencidos, la clase misma por la que se luchó y murió, reniegue también de su líder, y destierre su nombre de su vocabulario, y sólo para escupirlo y encarnecerlo se refieren a él. No es tanto la incomprensión del mártir como el temor de morir por él y como él lo que aleja a la clase ingrata de la tumba venerable.
José Antonio Aponte es un hombre y un mártir negado y olvidado. En una época en que estaba funcionando plenamente la esclavitud, él era libre, y su trabajo como carpintero le permitía vivir relativamente con bienestar material. Estas circunstancias actúan generalmente de manera negativa sobre el individuo miembro de una raza preterida,, alejándolo de los que sufren, rehuyendo las soluciones riesgosas, tratando de pasarse a los vencedores al estilo de nuestros actuales integracionistas, dándole un enfoque vago a la cuestión, pálido y cobarde, que le permita “ ir tratando” en el orden establecido por los amos. Y es allí una de las principales aristas de este gran carácter: él mismo no era un esclavo. No sucedió que entre los adoloridos surgiera uno, con mayor lucidez que los otros, que señalara a los demás el camino de la redención, sino que las espaldas físicamente sanas pusiéronse moralmente en “ carne viva” y no fue preciso la materialidad del azote para irritar aquel hipersensible a la vez que valeroso corazón.
Fue fuerte por cuanto se conquisto así mismo, pues el negro Aponte tuvo que vencer esa tendencia de la criatura humana en todo régimen de injusticia social, a conformarse en no estar enclavado en el ultimo sitio de la escala, con tener a alguien debajo a poder vejar y humillar.
El humillado se consuela humillando, el discriminado discriminando, y por ese camino sancionan y consolidan la artificial desigualdad de que son víctimas. Y cuando en medio de tanta miseria, de tanta flaqueza y de tanta irracionalidad humanas, se levantan ciertos hombres como verdaderas estrellas orientadoras en la noche tempestuosa de la indignidad y del oprobio, en la ceremonia despreciable de los apetitos triunfantes, la historia recoge entonces sus nombres con avidez y los conserva con cuidado, como para que tengan un por qué las futuras generaciones mantener la fe y la confianza en el genero humano y en su destino. Y José Antonio Aponte fue uno de esos hombres.
Desde el punto de vista clasista, la revolución que él concibió y preparó ha sido la más grande hasta el presente que haya podido concebir y preparar su clase, pues aquella era una revolución integral, que se proponía la total adquisición del poder con la inevitable implantación de un nuevo orden. Se trataba pues de la sustitución de una clase por otra en la detectación del poder político, con los cambios sustantivos que las circunstancias atinentes imponían. Y a la grandeza de la aspiración correspondió una singar generalidad en la concepción del plan que habría de hacerla realidad y en la creación del instrumento con todos sus engranajes del cual el plan habrá de valerse.
Aquí se unen en la misma persona el conspirador con el organizador. Pero esto no fue todo. La propaganda, limitada a preventivos, pasquines y manifiestos, era de tal naturaleza que producía el efecto deseado, habiendo logrado para la causa revolucionaria no sólo a los esclavos urbanos y rurales, no sólo a los representantes antagónicos de distintos pueblos africanos, sino también a los mestizos y libertos.
Esto implica una fina penetración psicológica y una gran capacidad política, propia y exclusiva de los ideólogos insignes y de los agitadores profesionales. Tan diversas y extraordinarias virtudes, aplicadas al santo ideal de la liberación de su gente, lo sitúa como hemos dicho, en el más alto sitial de los defensores de la raza. Pues al que podemos llamar su continuador, Evaristo Estenoz, no puede parangonársele, como en su oportunidad veremos, pues constreñido por las circunstancias en que actuó, sus aspiraciones eran mucho más limitadas y los medios de que trató de valerse mucho menos enérgicos y eficaces.
El hecho de ser el negro en la época en que vivió Aponte la mayoría del pueblo cubano a la vez que la clase más popular, la única que por no tener ningún privilegio estaba en contra de todos los privilegios, hace que su labor histórica, rebasando las lindes del interés clasista, trascienda al propósito independentista y lo sitúa en el plano de verdadero primer mártir de nuestras libertades patria.
No se debió a su impericia o falta de discreción el aborto y fracaso de su sesudo plan. Un hecho fortuito es por desgracia quien lo liquida. Y el hombre que ya había entregado a su causa su inteligencia, sus energías y su corazón, ahora generoso le entrega también su vida y su sangre.
Y el Marqués de Someruelos, a la sazón Capitán General de la Isla, quiere que en Aponte escarmienten todos los negros, y manda a preparar un poste de dos metros de altura y allí en lo que hoy constituye la esquina de Reina y Belascoaín, ordena plantarlo, disponiendo que la parte superior penda por varios días la noble cabeza del gran hombre. Y tuvo éxito el Marques de Someruelos, pues el miedo se hizo endémico en el negro, dando lugar a posturas falsas y flojas como la del señor Martín Morúa Delgado y la de nuestros actuales integracionistas. Pero Aponte, allá en la soledad de su tumba centenaria sabe, que en lo más recóndito del corazón de todo negro no prostituido, tiene un altar y un fiel devoto inquiriendo de él el camino de la redención verdadera.




[1] Aunque don Juan Gualberto Gómez tuvo ocasiones en que planteó la existencia de derechos específicos a plantear por parte de los negros, no puso jamás tal cosa en obra.

LIDERES NEGROS Y LÍDERES DE LOS NEGROS

POR : JUAN RENÉ BETANCOURT
TEMA # 1

Vamos a abordar un tema en extremo escabroso y delicado. Merece el asunto semejantes calificativos por la costumbre entre los cubanos, negros y blancos, de deshumanizar a sus héroes asignándoles una perfección y una infalibilidad tales que los convierten en verdaderos dioses, con lo que involuntariamente los desmeritan, pues la obra que hace extraordinario a un hombre es común y corriente tratándose de un Dios. Pero esta realidad sentimental hace antipático al individuo que esté por la verdad histórica y por la crítica libre y desapasionada a sus figuras. Conociendo todos los inconvenientes expresados, nos decidimos, sin embargo, por el abordamiento del tema, que ya estamos consciente que sin un conocimiento preciso y real del pasado jamás podremos comprender el presente y menos descifrar las misteriosas interrogaciones de lo por venir.
Dicho esto, digamos inmediatamente que entendemos por “leader negro” y qué por un “leader de los negros”. Cualquier hombre de color que triunfe o que haya triunfado en alguna esfera de la actividad, del deporte a la ciencia, de la guerra a las bellas artes…es un hombre sobresaliente, un triunfador, un genio quien sabe, al cual por el hecho de ser negro u haber despertado con sus éxitos simpatías y nuevas esperanzas entre sus hermanos, podemos llamarlo también líder.
De esta categoría han existido varios en Cuba: Juan Gualberto Gómez, Martín Morúa Delgado, Claudio Brindis de Salas, etc., etc., Pero junto a esa categoría es fuerza establecer otra. Se trata del negro que con alta calidad humana parra dedicarse a cualquier esfera de actividad, inocua desde el punto de vista de su raza, no lo hace y se dedica a esta con fruición, entregándole lo mejor de su existencia, la vida si fuera preciso, y que cuanta nombradía o agravio recibe es en el esfuerzo imperturbable de su raza, teniéndola entre todas sus actividades como cuestión primerísima e insubordinable a ninguna otra cuestión: para este tipo hemos reservado el título de líder de los negros.
Para que podamos darnos cuenta de esta trascendental diferenciación, citemos al Partido Comunista. Todos saben que en ese partido existieron muchos negros que llegaron a ser altos líderes, sin embargo, no existió, no podía haber existido entre todos ellos, un solo líder de los negros. Todos eran primero comunistas y después negros. Todos subordinaban los intereses de la raza al partido, siendo ésta en ellos lo principal, y aquello, en el mejor de los casos, lo secundario. No basta tener negra la piel y haber triunfado en algún campo para ser líder de los negros, es necesario haberse dedicado preferentemente a conquistarle la felicidad a la raza.
No pretendemos, desde luego, establecer símil entre la actitud de los comunistas negros y la de los otros negros célebres a que nos hemos referido, pues aquéllos venían a la raza conscientemente, mandados por el Partido, a infiltrarse en ella para servir a éste, mientras que los otros creían sincera y sencillamente que era malo luchar como negros, que bastaba luchar como cubanos, demócratas, repúblicos, etc., para conquistarles la felicidad a todos. Podrá alegarse que los comunistas negros creían también, sincera y sencillamente que la felicidad del Partido significaba a la vez la felicidad para su raza. Y es cierto este alegato. Pero la diferencia entre ellos y los otros negros célebres no se funda en el aspecto moral, sino más bien en el aspecto táctico o doctrinal. Resulta que ningún partido, ni el de la Revolución ni los de la Paz, han tenido un programa definido, preciso y casuístico sobre el problema negro, haciendo planes concretos para manejar a esa clase y entrenando miembros de ella para el trabajo de infiltración y control. Pudiéramos decir que para las labores de quinta columna. De bodoque la diferenciación reside más en el Partido que en los instrumentos de que se valía. Líderes negros, verdaderamente tales, sólo han existido dos en Cuba: José Antonio Aponte y Evaristo Estenoz

LA TIPOLOGÍA NEGATIVA

POR: JUAN RENÉ BETANCOURT
TEMA # 9

Cuando nos planteamos el problema de la felicidad de una clase oprimida, inmediatamente los hombres aparecen divididos en dos grandes grupos: con los que puede contarse para aquel fin y con los que no puede contarse, esto es: los positivos y los negativos. Pero a poco que ahondemos en el estudio de estos últimos, nos vamos a encontrar con que todos no son igualmente negativos, sino que se distinguen por la causa que los anima, por la forma en que se producen y por el grado de peligrosidad que poseen contra la raza. Esta distinción no es como pudiera creerse, meramente teórica, sino práctica, por cuanto resulta de gran utilidad para la conducta observable por los militantes al encontrarse con los distintos ejemplares en la calle. Por ello es necesario abordar y abordaremos el presente tema.
Concretándonos a nuestro caso, los individuos negativos pueden ser: conformistas, apáticos, charlatanes, escépticos, individualistas y envidiosos.
Conformistas: Son conformistas aquellos que como su nombre lo indica, están conformes o resignados con nuestra triste situación actual, siéndole indiferente y ajena toda gestión a favor de la raza.
Apáticos: Estos se caracterizan por estar de acuerdo con toda lucha o gestión a favor de la raza, pero no hacen ellos nada ni cooperan en forma alguna. Felicitan a los luchadores y les desean todo género de suerte, pero ellos no hacen nada porque esa suerte se haga efectiva. Son iguales a aquellos veteranos de la independencia que se pasaron la guerra maldiciendo al ejército español y gritando con todas sus fuerzas: ¡Ojalá que se mueran todos! Pero que jamás fueron a pelear; ¡son los célebres veterano de ojalá!
Charlatanes: Todo Edmundo sabe lo que es un charlatán. Se trata de un sujeto altamente irresponsable, que no tiene la menor conciencia de la relación que tiene que existir entre la palabra y la acción, entre lo que se dice y lo que se hace, y en consecuencia, toman la lucha con un entusiasmo mayor que el de todos los demás, anuncian que van a realizar maravillas y luego, llana y lisamente no hacen absolutamente nada, y sin más ni más un buen día desertan de las filas dejando de lo más desconcertados a sus compañeros.
Escépticos: Estos son los que no creen ni siquiera en la posibilidad de éxito de ninguna lucha nuestra. A cualquier plan que se le exponga pretenden encontrarle múltiples defectos, exigiéndole una perfección y previsión tales a la lucha y a los dirigentes, que de poseerlas no nos extrañaría que supieran también de antemano el resultado de los juegos de azar.
Individualistas: Son todos aquellos que pretenden librarse solos de la discriminación racial. En ellos están comprendidos lo mismo los que pretenden librarse con el titulo profesional que los que lo intentan con su capital individual, los que pretenden disolverse en el torrente blanco,(renegados étnicos), que todos aquellos que por cualquier género de fama personal crean librarse del dolor común.
Los Envidiosos: Estos son los más dañinos de todos y están integrados por todos aquellos que desean el fracasote la lucha y de sus dirigentes sólo por el hecho de no ser ellos mismos los triunfadores. Dolidos y temerosos de que otros triunfen en la materia en que ellos no pudieron triunfar, se valen de cuantos medios tengan a su alcance: la calumnia, el intelectualismo ridículo, la demagogia, etc., en su afán de hacer fracasar a la causa y a sus dirigentes.
Mientras más popular sea la doctrina y mientras más popular sea la capacidad de sus conductores, mayor saña pondrán los envidiosos en su empeño destructor. Nadie perjudica tanto a la raza como los envidiosos. Siempre luchan por destruir, no tratan de crear jamás.
Frente a esta topología negativa la conducta correcta de los militantes tiene que ser la siguiente: Si se trata de un conformista, de un apático o de un charlatán conocido, el desprecio es el arma mejor; si se trata de cualquier otro negativo, el combate sin cuartel se impone.
No podemos incluir en la topología negativa a los equivocados, pues aunque en ocasiones su acción perjudica a la raza, hay que tener en cuanta que por la rectificación pueden convertirse en buenos militantes de la lucha verdadera. Frente a ellos, la actitud de nuestros militantes tiene que ser la de convencerlos. Compañeros, la lucha la harán los elementos positivos frente a los negativos, lo más que se obtiene de estos últimos es que en el momento del triunfo se vuelvan arribistas, tratando de disfrutar de una gloria que encarnecieron, suplantando así a los luchadores verdaderos y genuinos.
Compañeros, no esperen la reeducación de los tipos negativos.

ARTICULOS DE JUAN RENÉ BETANCOURT

EL NEGROY LA NACIÒN CUBANA
POR: JUAN RENÈ BETANCOURT
TEMA # 3

Llamamos pueblo a todo grupo humano con un destino común por imperativo de la historia. En este grupo humano en que toda nación consiste, nos encontramos a los hombres reagrupados en estratos diversos, los cuales se corresponden con necesidades especificas y comunes a cada reagrupamiento dentro del grupo generadle la nación.
Tan pronto el hombre individual en su lucha por la vida logra identificar cierto dolor o necesidad propia como común a una parte considerable de la nación, que por motivos históricos, económicos o ambos a la vez padezca su mismo sufrimiento, adquiere inmediatamente la conciencia de clase. Pero esta conciencia no se hace efectiva hasta que ocurre un fenómeno complementario: el descubrimientote su capacidad individual para liquidar el dolor clasista.
Si pudiéramos situarnos en un lugar suficientemente alto y estratégico y desde allí dirigirle una mirada plástica a la nación, ésta se nos asemejaría a una gran máquina en la que diversos mecanismos superficialmente ajenos confluyen en el último instante en un mismo y único fin. La lucha de cada estrato o sub.-grupo, de todos los cuales la nación es continente, por realizarse y alcanzar una vida mejor, no estorba ni contradice el progreso general del pueblo en que estén enclavados, sino que por el contrario, dicho progreso puede ser deducido en función del mayor o menor desarrollo de sus clases. Es curioso el hecho de que cuando una clase de hombres no se organiza- única forma histórica de ascender- aparece en aquella visión plástica de que hablamos hace un instante, diseminada aquí y allá, como criatura parásito de los otros grupos o como una masa informe moviéndose sin brújula y sin estrella Polar. En l caso concreto de nuestro país, en el que el negro constituye aproximadamente la tercera parte de la población, su no organización ha sido y es perjudicial clasista y nacionalmente desde cualquier punto que se la considere. Vamos a referirnos a manera de ejemplo a las guerras independentistas, en torno a las cuales y en relación con los negros se ha especulado tanto, haciendo especial énfasis en los derechos que éstos conquistaron y a los que a su vez les han sido conculcados. Lo primero que tenemos que indagar es si el negro fue organizado a las guerras de independencia. Sabemos que no por tres razones: 1- Por la actitud de sus líderes[1], todos los cuales, desde Antonio Maceo hasta Juan Gualberto Gómez, coincidían en que no debía agruparse al negro como tal, ni siquiera luchar por los derechos específicos de los mismos, pues la plena felicidad, (libertad, igualdad y satisfacción de todas las necesidades) vendría, de manera automática supongo, con la libertad de Cuba. La segunda razón la encontramos en el programa mismo de aquella revolución, en el cual, amén de las referencias un tanto románticas y carentes en lo absoluto de virtualidad que Martí hizo al problema negro, no encontramos más que abstracciones y generalidades sin contenido concreto alguno, como “igualdad”, “equidad”, “derecho”, “justicia”, etc., pero en ningún momento se dijo como se harían efectivas tan bellas aspiraciones. Si el negro hubiera ido organizado a las guerras de la independencia, no cabe dudas que hubiera exigido cosas concretas, tales como confiscación de las tierras y demás bienes del enemigo y su consiguiente distribución después de la contienda, dejando perfectamente aclarado que parte habría de tocarle al alcanzar la victoria. Todo esto se hubiera reflejado como es natural en el programa de la revolución. La tercera razón es que si el negro hubiera ido organizado a la guerra organizado hubiera arribado a la paz para hacer cumplir cuanto se le había prometido.
Podríamos preguntarnos qué beneficio obtuvo el negro de la independencia de Cuba. Seguro que todo el mundo dirá que se libró de la esclavitud directa, pero tan pronto ahondamos un poco en la historia encontramos que ya la institución de la esclavitud estaba decrépita y finiquitada, por la aparición en Edmundo de factores que le eran adversos con anterioridad al instante de la guerra, lo que la hizo impopular y finalmente, por la presión de Inglaterra, clandestina.
Todo hace pensar que no podía mantenerse por mucho tiempo más, máxime cuando ya no existía siquiera en los Estados Unidos. Era imposible, aún en el caso de que los negros cubanos no hubieran ido a la guerra de independencia, que los esclavistas criollos consiguieran permiso ene. Tratado de Versalles para mantener a los negros en esclavitud, y no puede ni siquiera alegarse que en semejante caso el negro hubiera arribado a una ciudadanía de segundo o tercer orden, pues actualmente los residentes en nuestro país están alineados de la siguiente manera:

De Primera: Los blancos criollos
De Segunda: Los españoles
De Tercera: Los otros extranjeros blancos
De Cuarta: Los chinos
De Quinta: Los negros criollos
De Sexta: Los negros extranjeros



[1]Usamos en esta oportunidad el término “líder” refiriéndonos a los negros sólo con el propósito de caracterizar el concepto, aunque oportunamente en el tema intitulado “Líderes negros y líderes de los negros”, hicimos la aclaración pertinente. Tema # 1 de esta obra

miércoles, 17 de diciembre de 2008

TRAS LAS HUELLAS DE JUAN RENE BETANCOURT

NOTA ACLARATORIA
POR: MANUEL AGUIRRE LAVARRERE
(MACKANDAL)

Por la sorprendente vigencia que a más de cincuenta años de escritos siguen tenido en la Cuba de hoy muchos de los razonamientos que expresa en sus artículos Juan René Betancourt, es el deseo pleno del Movimiento Cultural Afrocubano seguir mostrando la valía de los mismos en un mundo que se tiende cada vez más xenofobia, y en una Cuba, que creída de que el racismo había desaparecido sólo por la llegada de una revolución al poder, y dio al negro goteados beneficios, brota hoy con fuerza el prejuicio y la discriminación, brota hoy de forma inquietante la subordinación d una raza sobre otra, algo contra lo que luchó Antonio Maceo y que tanto señalara nuestro Apóstol, cuando dijo que hombre es más que blanco, más que mulato, más que negro
De forma distinta, pero en la realidad viene a resultar lo mismo, es cuando Juan Ramón señala que “El negro no es ni el dueño ni el parroquiano en la industria, el comercio o la banca, por esto mismo está ausente de todas las magistraturas, de todos los honores, de la dirección de todos los partidos, etc, etc”. Hoy hay un partido único en Cuba y en él se cuenta al negro a cuenta gota. Pero trasvolando la comparación su vigencia está presente en los llamados Poder4s Populares donde solamente en la Habana no hay un solo negro en puesto de relevancia; pero no sólo en la Habana, baste con dar un paneo por la provincia de Camaguey, donde el negro, más que preterido, vive en un constante apartheid cubano como también lo experimentan las provincias de Cienfuegos, Villa Clara y otras que solo se acuerdan del afrocubano a la hora de asistir a las urnas.

Los que refuten estas líneas, dirán que al hombre se escoge por sus cualidades. Entonces estaremos de acuerdo; el negro cubano no tiene condiciones ni cualidades suficientes para ser acreedor de un empleo en el turismo, nuestras mujeres negras se marean y por eso no pueden ser aeromozas, y así hasta el infinito…Y esto es algo que ya demuestra el germen racista d la mayoría de los dirigentes cubanos.











LOS TRAIDORES
POR JUAN RENÉ BETANCOURT
TEMA # 10
Cuando una raza ha sido vencida y despojada de todos los bienes materiales de la vida, inmediatamente cunde el temor, la sensibilidad se atrofia anulando en los más los valores del espíritu y entonces les nacen a la raza dada sepultureros propios que la empujan cada vez más hacia el abismo.
Nuestra raza está en ese caso. De sus propias entrañas les nacen tremendos destructores engendrados por diversas causas: hora es la envidia, ya el interés miope o la cobardía despreciable de tiranizar a sus hermanos creyendo así alagar al vencedor, etc., lo cierto es que a la raza le sobran perturbadores de oficio, críticos injustos, apáticos culpables, etc., que la conducen a un terrible destino. Todos aquellos quienes por acción u omisión perjudiquen o entorpezcan de alguna manera el desenvolvimiento de la raza, caben dentro del epígrafe genérico de traidores.- (Quien no está conmigo está contra mí)- Martín Lutero.-) Pero las mismas circunstancias que engendran al traidor en su acepción más amplia, engendran también al líder y a sus acólitos: de el predominio de uno de estos dos poderes está el hundimiento o la salvación de la raza.
Conocer la génesis amoral del traidor no es justificarlo y menos perdonarlo, pues políticamente su destrucción es tan necesaria como en el orden de las especies la muerte de cuantos individuos amenacen y pongan en peligro la existencia del hombre. A nadie se le ocurre juzgar desde el punto de vista moral al tigre o la hiena, pero todos están convencidos de la necesidad de que mueran, de que sean destruidos. Lo mismo sucede con los traidores. La Organización y la raza necesitan su liquidación política y social, y no se puede ser blando en esto ni andar con miramiento alguno.
Esa lucha intestina de la lealtad contra la traición, de lo trascendente contra lo rutinario, de lo verdadero contra lo falso…etc., lleva inhíbito un proceso de selección que la raza necesita y quiere, pero es preciso, y en ello va nuestra responsabilidad histórica, que el dicho proceso culmine en progreso, de modo que lo sobrevivan los lideres genuinos, los hombres verdaderamente extraordinarios que salvarán a la raza.
Los traidores caerá…los leales vencerán…la raza será feliz.






















NUESTRO AJUSTE HISTORICO
POR JUAN RENE BETANCOURT
TEMA # 11

Cuando la tentativa de organizar a un pueblo coincide con el momento en que la historia le plantea a ese pueblo la inapelable disyuntiva de la vida o la muerte, de hacerse fuerte o morir, decimos que la dicha tentativa está ajustada históricamente, ya que por instinto el pueblo optará siempre por la vida y en ninguna ocasión, por su destrucción o muerte.
El negro en Cuba ha llegado a ese momento crítico; durante la esclavitud era sustentado por el dueño en todos los sentidos. A comienzos de la Republica, a pesar de existir la discriminación racial, encontraba aún ocupación en los trabajos reservados a los negros, principalmente en los más rudos y peor retribuidos, incluyendo muchos oficios. Podía pues vestir elegantemente, (hecho explicable por su necesidad de hacerse considerar,) y disfrutar de sus frugales comidas y de la única diversión que sus reducidos medios económicos les permitían: bailar. Pero cuando los Estados Unidos, de una parte, compulsados por sus remolacheros internos y por sus compromisos internacionales restringieron la compra de azúcar cubano, toda la actividad económica de la Isla, que gira alrededor de aquella industria, se resintió y se produjo el desempleo en masa, el cual como es natural en un país discriminador, afectó a los discriminados más que a nadie. Por otra parte las corrientes feministas, con el voto de la mujer, determinaron un desempleo considerable del varón blanco, que en competencia con su hembra perdía y se veía obligado de rivalizar y derrotar al obrero negro, ejecutando ahora los trabajos que antes estaban reservados exclusivamente a aquel. Todo esto desempleó al negro, lo hambreó, aumentó escandalosamente el prejuicio racial y arrastra a pasos de gigante hacia la tumba a la raza afligida.
La crisis del negro en Cuba ha llegado a su clímax. Cada efecto se convierte en nueva causa extendiendo más la discriminación racial. El negro no es ni el dueño ni el parroquiano en la industria, el comercio o la banca, por esto mismo está ausente de todas las magistraturas, de todos los honores, de la dirección de todos los partidos, etc., etc., y esto robusteciendo la fobia histórica de la raza dominante ha hecho que así mismo se discrimine a la servidumbre domestica, a los estibadores, a los dadores de pico y pala, hasta llegar a la prostitución y a la limosna: la mayor parte de las prostitutas y de los limosneros no solicitan el favor de los negros. En función de esto podemos deducir cual es el futuro inmediato que le espera a la raza, si tenemos en cuenta, por añadidura, que cada vez es mayor el número de mujeres negras que se entregan incondicionalmente en brazos de los varones de la raza dominante.
Sólo organizándonos con todas las implicaciones económicas, políticas y psicológicas que tal hecho determina, podremos salvar a la raza de su inminente desastre. En esa urgentísima necesidad de salvación consiste precisamente nuestra oportunidad y nuestro ajuste histórico.
Ni las maquinaciones de los anti-negristas, ni la indiferencia de los apáticos, ni la traición de los renegados podrá detenernos ni evitar la realización de nuestro destino.
Aquellos serán vencidos por el ímpetu irrefrenable de nuestro movimiento, y estos serán envueltos por el torbellino revolucionario e incorporados a la lucha o socialmente liquidados.








PECADO SOCIAL
POR JUAN RENÉ BETANCOURT
TEMA # 14
Desde la época de don Juan Gualberto Gómez, con mayores o menores variantes, se ha tratado de resolver por medios legales el problema del prejuicio y de la discriminación racial en nuestro país. Primero se ha tratadote establecer la igualdad entre negros y blancos declarándolo u ordenándola imperativamente en algún recepto legal, pero sin señalar sanciones para los infractores, luego, con mayor audacia se ha luchado por respaldar la orden legal con una sanción de sabor penal, convirtiendo así el problema de la discriminación racial en pecado social. La ley en el mejor de los casos es impuesta al poder político por la presión de una clase organizada o por la voluntad social pasivamente expresada y en el peor es el gobierno que disponiendo de sus fuerzas hace cumplir aquello en que tiene interés. No siendo los negros aun una clase organizada ni su problema nada que mueva positivamente la voluntad social, no hay en que apoyar la efectividad de una legislación anti-discriminativa, ya que resulta inconcebible que pueda contar con el poder político, pues ni forma parte del mismo ni podrá formarla mientras que no esté clasistamente organizado.
Detrás de toda ley, y aún del derecho mismo, está en última instancia la fuerza militar. Las relaciones de las clases con el poder político no es más que un continuo tanteo entre la fuerza electoral o económica de aquella y la fuerza ofensiva de éste. Y nos vemos forzados a llegar a esta amarga pero no menos real conclusión: Quien no tiene fuerza no tiene derecho. La ley no lo protege, ni la religión lo absuelve, ni la sociedad lo estima.
La petición de una ley con su sanción para liquidar la discriminación racial es tan ingenua como ineficaz y sólo le fue útil al Partido Comunista como materia de agitación y provecho electoral, y hoy día sigue sirviendo a todo aquel que quiere pescar algunos miles de votos en el “rió revuelto” de los negros.
Exasperar a una clase oprimida, azuzar sus odios, hacerle creer que va a asistir a la revancha con el arma en las manos de una ley que lo mismo sirve para encerrar en la cárcel al discriminador que para conseguirle empleo, es sencillamente ponerla en actitud sospechosa a los ojos de los discriminadores, obligando a éstos a reaccionar por su parte, preparando así las condiciones para la producción de los peores acontecimientos. Pedir la intervención legal es pedir inconcientemente la guerra, es hacernos la ilusión de que tenemos en nuestras manos la fuerza coactiva del estado, desde el poder judicial hasta las bayonetas. Pero realmente no tenemos nada de esto y sería bueno no olvidarlo. Cuando la Ley, por su parte, ha declarado la igualdad entre los ciudadanos, ya hizo cuanto podía hacer. Lo demás es cuestión de hechos, de realizaciones prácticas en la vida. Si una ley establece el derecho de los negros a comprar automóviles, la compra efectiva de éstos es cuestión de los negros mismos. Tendrán que hacer un plan honesto para conseguir el dinero y adquirir automóviles, pues lo que no es posible es que la ley provea también su adquisición real. Lo mismo sucede con la discriminación racial. La ley declara la igualdad, pero en la práctica el negro sabe que no existe tal igualdad: (se niegan a alquilarle casa, no le dan empleo, le prohíben la entrada a ciertos lugares públicos, etc.) y entonces el negro meditando sobre el hecho y preguntándose por su causa, descubre que todo se debe a su falta de economía, a su absoluta dependencia de los discriminadores. A tal altura no se concibe que el negro quiera que la propia ley le dé la economía que le falta, basta con que no le prohíba crearla. Y sólo creándola se hace digno de la ley que le reconoció su derecho a ser hombre.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

SOBRE JUAN RENE BETANCIURT

La madurez adquirida en el largo y doloroso camino de crueles y sangriento enfrentamientos, la reconocida capacidad intelectual de algunos afrocubanos como Urrutia, García Agüero y el propio Juan René Betancourt hizo al afrocubano confiar en la Revolución. Para él ya era hora de ponerle coto al abuso, la ignominia y la preterición ,ya era hora de acabar con el avasallamiento de una raza sobre otra en una Cuba blanquinegra.
Y en este camino las esperanzas que puso Juan Rene Betancourt en la revolución que prometía el aniquilamiento total y completo de la discriminación racial en Cuba, lo demuestran estos dos artículos. Pero, ¿ a sido realmente así? Dejo esta interrogante a la conciencia de cada ciudadano.














HISTORIA ACTUAL
CHARLA Nro 10
Cuando triunfó la revolución el primero de Enero del pre­sente año, los elementos negros que tenían influencia en ella no mencionaban ni por broma el problema de la discriminación racial. Es más, condenaban toda gestión que se hiciese en tal sentido, alegando que desde el momento en que había triun­fado la revolución dicha, el problema negro había desaparecido, que era un pecado hablar de negros y de blancos, que aquí solo habían cubanos, etc., etc.
En realidad esos negros revolucionarios no creían nada de cuanto decían, lo que sucedía era que Fidel había hablado de todo, menos de eso, y existía el temor de que el Gran Comandante no quisiera tratar la cuestión, arriesgándose el impertinente que se atreviera a perder el favor oficial.
En tales circunstancias, el autor, que estaba consciente de que la revolución no tendría efectos automáticos contra la discriminación racial y que por otra parte no estaba dispuesto a pagar la amistad de nadie al precio de darle las espaldas a sus hermanos, publicó en el periódico "Revolución" de fecha 17 de Enero de 1959, un artículo intitulado "La Cuestión Racial"; emplazó en todos los periódicos nacionales al Gobierno para que dijera que pensaba de los negros, culminando esta campaña con la publicación en la revista "Bohemia" del 13 de Febrero de 1959, del artículo que a continuación copiamos. Después para el bien de todos, Fidel Castro habló sobre el problema negro, y lo hizo con gran valentía, y de entonces acá es que ciertos negros revolucionarios se han animado a hablar del discutido tema.
HE AQUÍ LOS ARTÍCULOS:
LA CUESTIÓN RACIAL
Por JUAN RENE BETANCOURT
Periódico "Revolución". Enero 17/59.

El régimen que acaba de ser derrocado no escatimó fórmulas ni reparó en medios, por escabrosos y nocivos que éstos fueran, para aplastar a la revolución triunfante. Así aparte de las torturas y los asesinatos, del soborno y la corrupción, hecho manos también, con desenfado inaudito, a las más repug­nantes calumnias. Tal es la falsa imputación que en más de una ocasión con malévola reiterancia le hizo al Dr. Fidel Cas­tro, presentándolo como un furibundo prejuicioso y un peli­groso anti-negrista.
Nadie mejor que los hechos deben de refutar los infundios y la maledicencia de los mal intencionados. La .triunfal en­trada del gran Comandante Rebelde con su glorioso ejército, integrado con una despreocupación racial sana y absoluta, nos hizo evocar la gesta maravillosa del 95, en la que negros y blancos se unieron en el afán común de la libertad.
Para los que conocíamos a Fidel Castro desde una época muy anterior al cuartelazo de Batista, del heroico asalto al Moneada y el ulterior desarrollo de aquella predestinada fi­gura de leyenda, las calumnias de Masferrer eran doblemente irritantes. Sabemos que no era capaz de asesinar y matar a un hombre en estado de indefensión, pues de un natural más bien caballeresco y romántica había que pensar por fuerza que otra bien distinta fuera su conducta.
Sin embargo, aquélla máxima histórica a la vez que amoral de Nicolás Maquiavelo: "Calumnia y calumnia que algo que­da..." No caben dudas que es cierta y que se cumple con exactitud matemática, y por ello, y no por ningún otro motivo es que publico el presente artículo, insertando en él una foto que tiene la fuerza probatoria de los documentos históricos. Data esta foto de una época "1949" en que nuestro héroe na­cional era solo un jovenzuelo estudiante de unos 22 ó 23 años de edad.
El autor del presente trabajo, que ha dedicado toda su vida a luchar en todas partes y en todos los frentes contra la discriminación racial que infecta al país, no dejó de hacerlo en. sus días universitarios, fundando en la célebre colina "El Comité Universitario contra la Discriminación Racial". Con un sentido amplio y cubanísimo de la cuestión, el comité fue integrado por blancos y negros, y henos aquí 'que entre los distintos compañeros del primer término, los que mayor calor nos dieron fueron el hoy famoso doctor Aramís Tabeada y nuestro actual héroe nacional Fidel Castro Ruz.
Al salir de unos de los distintos actos que celebramos en el interior del recinto Universitario contra la discriminación racial en Cuba, y en los cuales usaban de la palabra con sinceridad y talento, estudiantes de ambas razas, fue tomada la foto que hemos insertado. En esta ocasión especial, el compa­ñero Fidel Castro había pasado la noche anterior de guardia junto a la estatua que nuestro José Martí tiene en el Parque Central, en un acto de desagravio que los estudiantes le pre­pararon al Mártir de Dos Ríos por motivo de haber sido pro­fanada su estatua por unos marinos americanos. Fidel Castro Ruz respondió presente a nuestra llamada y se presentó en el acto que celebrábamos en el Salón de Ciencias Sociales con­tra la discriminación racial.
Posiblemente la foto insertada, en la que aparece también el hoy Comandante Calixto Morales, Gobernador Militar de Las Villas, con el presente trabajo explicativo de su historia, sea el único documento fehaciente, pudiéramos decir, que de­muestra que nuestro héroe nacional desde muy temprana edad, cuando no se obedece a ningún plan político ni a ninguna con­signa de partido, desde la época más sana y sincera de la criatura humana, se preocupaba ya por todo lo cubano, por todo lo justo y bueno, desde desagraviar a Martí hasta ayudar al hermano que se pudre y se extermina.
En la foto aparece la directiva del Comité Universitario de Lucha contra la Discriminación Racial, (1949), integrado por el Dr. Fidel Castro Ruz, el Dr. Juan Rene Betancourt que presidía aquel comité; el actual Comandante Calixto Mo­rales, hoy Gobernador Militar de Las Villas, ,1a señorita Emilia Camejo, Presi­denta de la Sección Femenina el doctor Aramís Taboada, en aquella época Presi­dente de la Escuela de Derecho el doctor Isidro Sosa, conocido líder agrario; el doctor Rolando Váidas Marín; el esforzado compañero Sergio Laurel; la doctora Vatia. Berrayarza y otros muchos más.

Ahora sólo resta, en la hora de la gloria y del triunfo des­lumbrante, cuando se tiene el poder para llenar de sangre y carne los más hermosos sueños juveniles, recordar que el hermano negro continúa desamparado, acorralado, discrimi­nado, permitiendo que la lumbre bienhechora de la revolución penetre también, purificándolo, en este importante sector de la ciudadanía, y que el mismo poder incontrastable que sirvió para derrocar la tiranía, librándonos, sirva ahora, en el mo­mento del recuento y de la paz para hacerle justicia a los eternos olvidados.

FIDEL CASTRO Y LA INTEGRACIÓN NACIONAL
POR JUAN RENE BETANCOURT
Revista "Bohemia". Feb. 13/59.
La historia de cada país gravita sobre sus naturales como una segunda atmósfera: matizando su idiosincrasia, normando su conducta, llenando de contenido su folklore y su cultura. El bien y el mal, como dos polos antagónicos presiden la vida social del hombre, escindiéndolos bajo sus banderas en dos grupos principales que se oponen sin cesar en todos los campos, arrojándose en definitiva por la borda los residuos nocivos a la felicidad.
Los que sé alinean en el partido del bien, se bifurcan y se estratifican en estratos varios dentro de la problemática de cada nación, constituyendo sectores, zonas o clases buscadores de justicia, peticionarios de reivindicaciones, que han de rea­lizarse, forzosa y naturalmente, dentro del cuadro nacional que los produjo. En nuestro país, uno de esos estratos o clases está integrado por los ciudadanos negros, los cuales, hermanados por el dolor común de la discriminación racial, tienen una misma y única demanda que establecer: ser funcionalmente ciudadanos iguales a los demás.
La esclavitud produjo el prejuicio racial, y la República cometió un gran error y creó un gran conflicto al convalidar el derecho de los esclavistas sobre todas las riquezas, conde­nando al negro a una ciudadanía de tercer o cuarto orden al concederle una libertad mentirosa más ilusoria que real, pues carecía del cimiento indispensable de la economía.
No puede ni debe hoy de repetirse el error del 95. La ex­periencia histórica nos ha enseñado que un problema econó­mico-social de la envergadura del problema negro en Cuba no puede liquidarse automáticamente, sólo por el hecho de que haya triunfado una revolución y menos por el simple imperio de un decreto. No es posible que nadie crea, en serio y de buena fe que no hablando más de negros y blancos, las gentes se van a olvidar de su existencia, liquidándose, merced a este método maravilloso, la discriminación racial. El espectáculo diario de la vida, que presenta a unos como titulares de todos los bienes materiales y morales, y a otros como depositarios de todas las miserias y afiliados a todos los dolores, influye en la mentalidad de los hombres, creando en las víctimas un ostensible complejo de inferioridad, y en los victimarios la absurda creencia en una superioridad racial.
Si se quiere librar al hermano negro de la injusticia secular que ha venido sufriendo, hay que ir directamente al medio económico-social, alterándolo, para que sus efectos queden alterados en la misma forma y proporción. Hay que organizar a los negros y a los blancos de buena voluntad con tales fines, pues sólo una fuerza social, amparada por un gobierno del prestigio y bondades del presente, puede realizar la tarea he­roica de desatar una nueva fuerza económico-social, reedu­cando por el método gráfico a los ciudadanos y arribando en definitiva a la ansiada integración nacional.
Afortunadamente el doctor Fidel Castro Ruz conoce am­pliamente el tema. Desde sus años mozos, cuando contaba ape­nas unos 22 ó 23 años de edad, comienza a preocuparse por la. suerte del hermano negro. Su espíritu alérgico a todas las injusticias, se sintió conmovido por el acorralamiento vergon­zoso que se practicaba contra éstos descendientes de patriotas y su natural caballeresco y soñador, seguro que se juró acabar con este crimen algún día. Fue aquella época, (1949), que se unió a nuestro Comité Universitario de lucha contra la dis­criminación racial, el cual, es obvio decirlo, estaba integrado por estudiantes de ambas razas.
Si ahora esperamos, seguros y confiados, la intervención bienhechora del gran Comandante Rebelde en aquél im­portante sector de la ciudadanía, es por que ya desde aquellos días estudiantiles todos nosotros estábamos convencidos de los mismos fundamentos doctrinales que sustentamos ahora en cuanto a la liquidación de la discriminación racial. Hasta tal punto esto es cierto, que el autor de este trabajo publicó por aquella época dos libros: ("Mi Opinión y Mi Raza" y "Prelu­dios de Libertad"), conocidos perfectamente por nuestro actual Héroe Nacional, a los cuales se refirió, en más de una ocasión, de manera encomiástica al hablar con el autor.
No hay temor de que Fidel pueda olvidarse del hermano negro, o caer en un estéril enfoque chauvinista de la cuestión: pues está animado de la mejor intención y conoce suficiente­mente el punto. El sabe que el problema no se resuelve con un puñado de puestos más o menos grandes, ni con una declara­ción halagadora; él sabe que una política de agitación en esta materia, por medio de la cual cada acto discriminativo sea contestado con un escándalo, no deja ningún sedimento posi­tivo y si solo consigue inflamar las pasiones y enervar los corazones. No... no: Fidel no puede caer en nada de esto, no puede hacer nada semejante, y sin embargo, tampoco puede dejar de hacer algo, está obligado históricamente a llevar la antorcha de la revolución aún a los más imperceptibles y huidizos intersticios de la nación.
No habrá revolución verdadera en Cuba mientras una por­ción importante de su población, discriminada y negada, gravite negativamente sobre el total de nuestra demografía. Una masa inculta y desposeída es una cantera propicia para el abasteci­miento de los peores demagogos, lo cual puede poner en peli­gro en los momentos críticos y transaccionales de la historia los mejores empeños de avance y de mayor justicia. La foto que insertamos con este trabajo, con la fuerza probatoria de un documento fehaciente, demuestra que nuestro Héroe Nacional, desde su primera juventud, entre los tópicos varios que aci­cateaban su espíritu reivindicador, el problema del negro era uno de ellos, pues la mencionada foto, tomada al salir de uno de los muchos actos que celebrábamos en el salón de Ciencias Sociales, representa la directiva del Comité Universitario de lucha contra la discriminación racial, del cual formaba parte, como puede observarse en la instantánea, el Dr. Fidel Castro Ruz, Calixto Morales, hoy gobernador militar de Las Villas; el Dr. Aramís Taboada, Presidente a la sazón de la Escuela de Derecho, la señorita Emilia Carmejo, Presidenta de la Sección Femenina, la doctora Marta Berrayarza, el doctor Isidro Sosa, el doctor Rolando Valdés Marín, el esforzado compañero Sergio Lauret, y otros más. El acto al que la foto se refiere se celebró en 1949, al día siguiente de haber sido irrespetada la estatua de nuestro José Martí por unos marinos americanos, y Fidel, que ya en aquella época había demostrado una gran devoción por los grandes de nuestras libertades, se había pasado la noche junto al querido monumento, haciendo guardia de honor, que fue la forma que usó la F.E.U. para desagraviar al Mártir de Dos Ríos. No obstante la prolongada vigilia y sus efectos con­siguientes, Fidel había prometido asistir y asistió, con los ojos inyectados de sangre, al acto que los compañeros negros ce­lebrábamos en Ciencias Sociales contra la discriminación racial.


Pero esto, con ser bastante, no es ni remotamente suficiente. Es necesario que el gran hombre de hoy transforme en cosas las inquietudes juveniles de ayer, de modo tal que los dos personajes se reconozcan y sean a la vez consecuentes, de lo contrario habrían motivos más que sobrados para sentirnos desilusionados. Creo oportuno expresar aquí que no sólo se defendió la causa del 26 de Julio con el fusil en la mano en el frente de batalla, si no que hubieron otras muchas formas, en ocasiones más peligrosas que el combate abierto, que se conjuraron con las acciones heroicas de los rifleros, hasta pro­ducir finalmente el triunfo de la revolución. Los que vendieron y compraron bonos, los que transportaron armas, la resistencia pasiva de la industria y el comercio a la dictadura, etc., fueron factores de gran importancia en la desintegración del régimen. A propósito: el autor de este trabajo a raíz de haberse publi­cado un artículo en esta bien leída revista "Bohemia", firmado por los señores Felipe Pazos, Raúl Chibás y Fidel Castro, quiso, en favor de la causa revolucionaria, suavizar un poco el des­contento que produjo en las masas negras el hecho de que ni siquiera se les mencionara en tan importante documento. Me fui a ver inmediatamente al doctor Manuel Bisbé, para que me orientara sobre tan delicado particular, y él, con su prosa sedante y convincente, me dijo que tal documento no era un programa general de los insurreccionales, que el verdadero pro­grama había sido expuesto en un folleto publicado en México, y que en el mismo estaba tratado con valentía y justicia el tema de la discriminación racial. Entonces escribí un artículo para "Bohemia" refiriéndome al asunto, cuya publicación iba a diligenciar el propio doctor Bisbé, pero nada... Batista sus­pendió sorpresivamente una vez más las garantías; el doctor Bisbé tuvo que exilarse, y el autor incluyó en un libro, aún inédito (1) por disposición del S.I.M., la parte esencial del men­cionado artículo que no pudo tampoco de esta manera ver la luz, por no agradarle a las autoridades imperantes. Después vino la campaña difamadora de Mas Ferrer, imprimiendo y re­partiendo sueltos que trataban de hacer creer que habían sido suscritos por el doctor Fidel Castro, en los cuales se ofendía y se atacaba a los ciudadanos de color.
Ahora, de seguro sin intención malsana, pero es cierto el hecho, no hay un solo Ministro, ni un solo puesto importante
(1) Hacíamos alusión al presente libro "El Negro: Ciudadano del Futuro", el cual fue ocupado por el S.I.M., en la en la ocasión en que fue asaltado y robado nuestro local social de 120 No. 6,303 en Marianao. A los pocos días, miembros de ese cuerpo represivo visitaron al autor, en nuestras oficinas de Aramburu 420 altos, para "aconsejarle" que no fuera a publicar el dicho libro, del cup' habían ocupado unos ejemplares mimeografiados.
fuera de la jurisdicción militar, en manos de hombres negros. Estamos de acuerdo en que un puñado de puestos no resuelven el problema de la discriminación racial, pero esa es solo una verdad doctrinal, no política, y la masa está acostumbrada a que se le resuelvan sus problemas en esa forma. No vemos por que un Gobierno que tenga interés en acabar con la discriminación racial, ha de discriminar en la administración pública.
Además, todavía no se conocen los grandes proyectos doc­trinales que van a atacar en su base a la discriminación racial, y sería bueno, mientras llegan esas nuevas, que los descendien­tes de Maceo y Moneada fueran aliviándose siquiera en algo.
Hasta hoy no se ha publicado absolutamente nada en relación al sufrimiento secular del negro. A pesar de ser un sector mucho más numeroso que el agrario o el obrero, y no menos necesitado de que se le haga justicia. A las Sociedades negras, dirigidas en su mayoría por Klanes de caciques que medran en la sombra y se afilian a las peores causas, no ha llegado aún la justicia revolucionaria, pues no se ha tenido respaldo oficial suficiente para poder expulsar de ellas los elementos Mujalistas y Batistianos que como un cáncer social continúan atentando contra la salud de la sufrida clase. Nadie se preocupa de la suerte del hermano negro. Todos piensan que no vale la pena hablar de ello. Ignoran que de esa cantera podríanse movilizar ochocientas mil criaturas adultas, trans­formándolas de rémora social en columna firme del progreso y de la libertad.
Ya Fidel Castro se ha cubierto de gloria como hombre va­leroso desde Cayo Confite y la osada evasión a nado por la bahía de Ñipe, hasta el heroico asalto al Moneada y su radi­cación en la Sierra Maestra; sus comandantes pasearon sus armas y su enseña desde el empinado Oriente hasta los inhós­pitos llanos de Camagüey y Las Villas; por la poética Matanza y la populosa Habana; su pueblo lo ha aclamado con un júbilo mayor que el que expresaban los romanos para vitorear a sus grandes; no hay un residente en la isla que no haya contem­plado con admiración su rostro de héroe, y los labios de seis millones de cubanos han pronunciado mil veces su nombre... pero para ganar la batalla de la paz es necesario no dejar nin­guna injusticia sin reparar ni ninguna enfermedad sin me­dicina. Fidel Castro Ruz, a mi se me ocurre más grande en los fines que todos los grandes capitanes de la antigüedad, pues no subyugó pueblos, sino liberó al suyo, más grande aún des­de el punto de vista estrictamente militar, pues aquellos or­ganizaban su ejército tranquilamente dentro de su ciudad y luego se lanzaban al combate contra sus vecinos, mientras que nuestro héroe se lanzó al infierno de sus enemigos y les construyó en su propio seno un cuartel y el ejército que ha­bría de derrotarlos.
Fidel Castro Ruz ha creado un nuevo estilo en el arte de la guerra, ha revolucionado la técnica tradicional de la más viril de las artes, produciendo una revolución sui géneris con­tra el ejército regular, venciéndolo, lo cual según los avisados era totalmente imposible. Fidel Castro Ruz es el héroe y el genio ¡Cuántas páginas tendrá que dedicarle la historia! Desde cuantos ángulos distintos podrá estudiarse su polifa­cética personalidad! Es gran guerrero; orador insigne; de­mócrata consecuente; patriota ejemplar.
Pero es bueno y necesario que luzca en su guerrera, junto a las múltiples medallas merecidas, la condecoración del gran integrador de nuestra nacionalidad; la que lo acredite como el Gran Cubano que completó y selló el ciclo que nació en la Demajagua al vibrar metálico de las campanas.
Aún los propios enemigos de Fidel Castro; aún los mismos que cegados por la envidia no logran hacerle justicia, tienen que aceptar que el muchacho constituye un caso único y ejemplar. La historia' nos ha demostrado como entran en las ciudades los generales victoriosos y su soldadesca, conocemos sus desmanes y sus extravagancias. Sin embargo, Fidel se pro­dujo con humildad y con una moderación que asombró a todos. Nada de "guapería", ningún alarde de "Fuerza", ningún yoísmo impertinente. Y esto, ya de por sí extraordinario, se convirtió en caso curioso e incomprensible al observar que todos sus milicianos usaban igual conducta ¿Cómo se las arregló Fidel para que esos hombres curtidos por los ventanales de las mon­tañas y el sol hiriente de los llanos, acostumbrados a obtener por la violencia desde el arma conque peleaban hasta el pan que se llevaban a la boca, se comportaran como caballeros de la mas refinada sociedad: cediendo el paso en las aceras; pi­diendo perdón al tropezar con alguien; dando las gracias cuan­do reciben un favor? Qué método pedagógico inventó para per­suadir a esos hombres barbudos, actores en cien combates, de que no podían atemorizar, y menos usar sus armas y su auto­ridad contra los ciudadanos pacíficos que los admiraban y los querían? No se me ocurre de que pueda haberse valido para obtener de su tropa resultados tan maravillosos, pero no caben dudas, que un hombre tan singular, tan especial, para corres­ponderse consigo mismo, ha de serlo en todos los aspectos de su vida. Ningún gobernante, de Don Tomás Estrada Palma para acá, ha hecho otra cosa en materia negra como no haya sido darle algunas dádivas a las sociedades y hacer algunas de­claraciones halagadoras. Fidel no puede reandar el trillo horadado y conocido: es necesario que haga en esta materia lo que ningún otro poderoso ha hecho hasta el presente: pres­tarle atención; estudiarla a fondo; hacerle justicia.
¡VIVA CUBA LIBRE!

miércoles, 3 de diciembre de 2008

¿Quié fue Juan René Betancourt?

¿Quién fue Juan René Betancourt?
Como W.E.B.Du Bois en Estados Unidos fue Juan René Betancourt para el afrocubano el más alto exponente y defensor de su raza. Dedicó su vida a luchar por la emancipación del negro en Cuba. En 1940 ya era Secretario de Cultura de la Federación Provincial de Sociedades Negras de Camagüey, su provincia natal. Delegado por esa provincia a la Convención Anti-Fascista celebrada en la Habana en 1944 y creador de un movimiento en 1945 que llamó la Cooperativa Comercial. Ya en 1954 ocupa el cargo de director de Cultura de la Sociedad Unión Fraternal de la Habana siendo elegido tiempo después por la dirección de esa Sociedad para decir el panegírico de Juan Gualberto Gómez en ocasión del Centenario de su natalicio. En este propio año de 1954 creó la Organización Nacional de Rehabilitación Económica que arrojó muy buenos resultados. Y en enero de 1954 toma de forma decidida la Federación Nacional de Sociedades Negras de Cuba donde permaneció hasta nublarse su misteriosa existencia. Elogia por un tiempo la revolución que triunfa en 1959.
De histórica se puede considerar su intervención en la CMQ-RADIO en la Universidad del Aire el domingo catorce de octubre de 1956, que con el titulo La Integración Racial Cubana, título escogido por el dr Jorge Mañach, debatió de forma airada y altruista Juan René Betancour frente al dr Julio C. Sanchez cuyo debate estuvo coordinado por la dra Edemia Guillermo, mostrando sabiduría de un iluminado en racionales conceptos y conocimiento pleno. Preside el Comité Universitario de Lucha Contra la Discriminación Racial siendo presidente de esa organización donde estuvieron hombres como el dr Fidel Castro Ruz, Calixto Morales, Emilia Camejo presidenta de la sección femenina , el dr Aramís Taboada, quien fuera presidente de la Escuela de Derecho, el dr Isidro Sosa, conocido líder agrario, el dr Rolando Valdés Marín, Sergio Lauret, la dra Martha Berrayarza y otros incontables luchadores por el mejoramiento humano. Su obra Doctrina Negra de 1955 le fue pedida al autor por la National Association for the Advancement of the Color People, Asociación para el Progreso de la Gente de Color, NAACP, y puesta entre las obras celebres de la universidad de Howard.

En prólogo a ese magnífico compendio que resulta ser El NEGRO: CIUDADANO DEL FUTURO, el doctor Elías Entralgo con esa nata sabiduría que siempre llevó como distingo, dice: Los rascacielos y los aeroplanos se van por las nubes como símbolo de que no se quiere ver lo que pasa por el suelo; pero los que tenemos el buen juicio de viajar en ómnibus estamos en el secreto de ciertos hechos que nunca comenta la prensa terrestre ni la aérea, pareciendo dejarlos para la invención de la marítima o la submarina…Sustancialmente puede resumirse en esta proposición: el pueblo cubano dista de ser feliz: Y sus actuales clases directoras, obsesas de codicia-que por lo visto es la más ciega de las pasiones humanas-no le preparan un futuro mejor.
Creo realmente suficiente este texto para darnos cuenta que antes como ahora la infelicidad del pueblo cubano permanece inconmovible. Y para el afrocubano su doble infelicidad sólo podrá ser revertida, cuando, dejando a un lado los complejos de inferioridad y los estereotipos que, producto de una aguda incivilización esclavista, lo hace sentirse culpable de su propia desgracia. Y no es así; el complejo de víctima debe desaparecer de la vida y mentalidad del afrocubano, para que, mancomunado en una causa común, pueda llevar, a vías de hechos, su pleno reconocimiento social. Sólo queriéndose así mismo, indagando en sus raíces y su historia y elevando la consigna del ¡Nunca Más!, será considerado, de igual a igual, tanto dentro como fuera de Cuba.
Dar a conocer sus puntos de vista sobre el problema racial en cuba, constituye, para el Movimiento Cultural Afrocubano, compromiso fundamental en aras de una justa visión sobre el tema, a la vez que configura el desempolvo y remembranza de uno de los hombres más iluminados en cuanto al prejuicio racial; y llevado al olvido, no tanto por su salida del país, como por haber tenido la osadía de pensar distinto.





NEGRO REBELDE
Este no es un negro único,
no presento una excepción,
como él, hay otros muchos
aquí en esta región:
todos viven esperando
la ansiada liberación.

Jerónimo es negro, negro,
y otra cosa no quiere ser;
es un hombre valeroso;
tiene conciencia y razón
y sabe que sólo unidos
se gana la redención.

Aprendió lo suficiente
para enterarse de ayer:
sabe del barco negrero,
lo del perro amaestrado,
del cimarrón acosado,
del amo déspota y cruel.
Se enteró que la riqueza
que se le niega y escatima
no fue obra milagrosa,
sino del abuelo negro
que en la colonia del dueño
hizo trabajo bestial.


Sobre la patria y la guerra
no quiere que le hablen más:
pues sabe que los derechos
en la dura realidad
no tienen valor sin fuerza
y la fueraza es la unidad.

Jerónimo está llamando
a los que sufren con él:
desechados los miedosos,
castigados los traidores…
la raza está en pie de lucha
el negro será feliz.

Ya retumban los tambores
en abakuá y lucumí;
todos andan orgullosos
de sus bellas tradiciones:
lo mismo el fino doctor
que el obrero franco y bueno.

Adelante los que sufren,
sonó la grata señal;
adelante los humildes
los eternos perseguidos…
rompan por fin sus cadenas
como se rompe el cristal.

ASI TE SOÑÉ
De la jungla feraz…
salió una estrella…
eclosen las flores,
amainan los elementos
y hay un lírico paisaje
pintado en el firmamento.

Una danza sombría
titila el músculo;
una ronca oración
estremece el viento…
y se escucha la música suave
de un estribillo genial.

Princesa,
aquí esta la lanza
que mil leones venció;
por rosario sus colmillos,
por uniforme: mi piel,
y el brazo del vencedor
para morir por usted.

Hay algo de poesía
en la admosfera enamorada…
el viento está perfumado,
sosegada la fiera
gárrula el ave.
La tribu ataviada
de sus galas mejores,
armado el guerrero,
activo el tambor,
el monarca gozoso,
tibio el sol.

De plumas en las cabezas
Las danzarinas esbeltas
van de las manos cogidas
y las cinturas muy sueltas.

Ya viene allí la princesa
con su corte y sus doncellas,
el entusiasmo se apura,
la tensión no tiene igual
y todos cantan a coro
la copla de su ritual:

Princesa,
aquí está la lanza
que mil leones venció
por rosario: sus colmillos,
por uniforme: mi piel
y el brazo del vencedor
para morir por usted.


…Que linda es la Princesa …
…Que gracia tiene al andar…
sus dientes brillan
por blancos,
su rostro
por negro igual.

Es amazona bravía
del África milenaria,
hembra dulce y resistente,
deidad de un pueblo viril
que no tiembla ante la vida
ni desazona en la muerte.

Descendiente del leopardo
en su tradición hermosa;
será apasionada esposa,
hija dócil y amorosa,
como reina: una diosa
y de enemiga: una fiera.

Y el guerrero se aproxima,
está como hechizado:


Princesa,
Aquí esta la lanza
que mil leones venció,
por rosario: sus colmillos,
por uniforme: mi piel,
y el brazo del vencedor
para morir por usted.

La princesa le sonríe
arrojándole una flor,
¡¡Qué dicha para el guerrero!!
¡¡ Qué alto ha sido el honor!!
¡¡ Qué puede importarle ahora!!
morir en boca del león.

Así es África señores,
Tierra de rito y tambor,
de escarpados murallones,
de guerra, amor y muerte,
donde las hembras son hembras
y los hombres son varones.
Hinca al suelo una rodilla,
levanta en alto la lanza
y con ardor le recita
la copla de su ritual.



.JUAN SIMON
era un reludio de muerte

¿Qué quieres tú
que te diga
yo del negro Juan Simón?
¿Cómo quieres que le cante
si el recordar
da dolor?.

Recio en el cuerpo
blando en el alma
de valor caso espartano
gigante
bonachón
y obscuro
en quien se quemó
el sol.

Era orador
Y poeta
¡Juan Simón!
¿tú estás loco?
-le gritaban-
¿ cómo crees
que sean iguales
un blanco como la nieve
y un negro como el carbón?

¿En que tienen
parecido
la nariz fina y la chata
mi abundante cabellera
y el pelo corto
de usted?

Hermanos-exclamaba JuanSimón-
La diferencia es externa,en esencia hay igualdad;
¿cómo puede ser discordia
Entre los hios de Dios
Que hayan criaturas blancas
Y otras negras como yo?

Y se enemistaron
Con Simón
Los enemigos del amor;
Y les cerraron sus arcas
Y les negaron empleo;
Y él fue reduciendo gastos…
Y él fue perdiendo energías…






(tos persistente)…
de vez en cuando tosía
era un preludio de muerte
la miseria lo abatía.

¿Que te pasa
juan Simón?
-amigos le preguntaban-
estás muy pálido y flaco
¿ hay pena en tu corazón?

Alargáronse los dientes
de monstruosa manera;
traidor el hueso voraz
tragóse a la carne entera;
menios fueron los parientes:
se hizo muy triste la vida.
…La admosfera esta recargada
de olores desagradables;
un hombre
que hayer fue de nombre
en el hospital agoniza.








Mudas están las campanas
indiferente la vida…
un sol primaveral
alegre retoza en el cielo
y la mariposa inocente
salta de una a otra flor.

¿Dónde está la justicia divina?
pues la humana faltó con creces;
¿por qué tenerle ilusión a la vida
si solo hay amaor en la muerte?
Oh! slogan mil veces incumplido
de igualdad y fraternidad
jamás se curan los hombres
de sus odios cavernarios;
jámas renuncia la vida
a sus crueles desengaños.

Descansa en paz
Juan Simón
en tu tumba solitaria
que conociendo al humano
el sitio mientras más lejano
del mundo esté, es mejor.




Descansa en paz
Juan Simón
con tu epitafio elocuente:
¿ cómo puede ser discordia
entre los hijos de dios
que hayan criaturas blancas
y otras negras como yo?





















































TUS OJOS
Lenguaje fascinante
de lumbre y cristal
pantalla de infra-abismos;
catarata azabache
en noche de luna;
hay algo de risa ingenua
mecida por el viento;
murmullo sensual
de arbustos que se inclinan;
exótica danza
de un rito macabro;
he ahí en tus ojos
un mundo ideal.

Piedras africanas
venidas de muy lejos;
soles negros
que iluminan la jungla:
Se escuchan tambores
con toques marciales,
se dan mordiscos las fieras
en sus luchas campales;







se embravece el mar,
se cuaja el aire,
enmudece el ave…
y el poeta extasiado no razona:
Si España te dio tus finos labios,
África te enseño a besar.

Mariposas mensajeras
de augurio paradisíaco;
rosas con virtud de adormidera;
motivo ardiente;
descomunal quimera.
Injerto de gaita y tambor
del opresor: la faz;
del oprimido: el sentimiento;
deja que mane
a borbotones
por tus ojos basiliscos
de los negros cimarrones
la melodía crispante
de sus lamentos.








OBRAS DEL DR. JUAN RENÉ BETANCOURT
PREJUICIO- 1943. Con prólogo del Dr. Jorge Caballero Rojo, en aquel entonces gobernador de Camaguey por el Partido Revolucionario Cubano Autentico.
MI OPINION Y MI RAZA-1945
PRELUDIOS DE LIBERTAD-1951
MI LUCHA POR LOS COMPOSITORES, 1954. Con prólogo del Dr. Jorge Mañach
DOCTRINA NEGRA, 1955
EL NEGRO: CIUDADANO DEL FUTURO.

BRAGADO EN LA ESTACION EQUIVOCADA

Por Manuel Aguirre Lavarrere
(Mackandal)

Un pueblo poblado por fantasmas, un pueblo que no se puede abandonar, donde el dinero no vale nada y donde ocurren cosas insólitas, como el sacerdote que se pliega a la cruz mientras Cristo reposa en el suelo sobre una sábana blanca, es lo que narra “ La estación equivocada” de Reinaldo Bragado Bretaña ( La Habana 1953-Miami 2005).
Al crear este sugerente mundo, el autor rinde sencillo homenaje a novelas emblemáticas de la literatura hispanoamericana como Pedro Páramo, de Juan Rulfo; sólo que esta vez la fuente de inspiración no es ya personajes ni historia de ficción: es la propia historia de Reinaldo Bragado y los personajes que junto a él la construyen diariamente.
Al referirse a esta obra, el importante escritor, también cubano, Heberto Padilla, la califica como “uno de los libros más inquietantes de nuestra literatura”. Pienso que muchos son los signos que acuden a responder esta definición: inquietante por la atmósfera que describe , inquietante por el discurso narrativo que alude al hastió y a la vacuidad de una vida destinada a la rutina, sin posibilidad de escape.
-“Me aseguran que de aquí no se puede marchar nadie. Es más, me aseguraron que tampoco se podía llegar a ningún lugar” (forastero, p 63)
“la estación equivocada también ha sido calificada como una gran metáfora: el pueblo sin nombre ha sido destinado a vivir sin “trenes”, sin caminos, detenido en el tiempo, como seres que deambulan como zombis en pleno siglo veinte, donde ya el calor que respiran, de inaguantable es paradójicamente una broma, ante la asfixia que produce el encierro, la cárcel del cuerpo y el alma.
“La estación…” no escapa a sabidas fórmulas, y no por sabidas funcionales. Nuevamente el amor salva.
“En cuanto a Marina (…) La amé profundamente. Nos amamos profundamente hasta hacernos daño, ese tipo de daño que sólo pueden hacerse los amantes legítimos y valientes ( forastero, pp108-109)
Sólo el amor es capaz de sobrevivir a nuestras congojas. Sólo el amor es capaz de hacernos permanecer, aún cuando el hombre se encuentre en “La estación equivocada”.

miércoles, 15 de octubre de 2008

skip to main skip to sidebar
skip to main skip to sidebar
function setAttributeOnload(object, attribute, val) {
if(window.addEventListener) {
window.addEventListener("load",
function(){ object[attribute] = val; }, false);
} else {
window.attachEvent('onload', function(){ object[attribute] = val; });
}
}

skip to main skip to sidebar
Blog Makandal
window.google_render_ad();
miércoles 8 de octubre de 2008
Dignidad y orgullo
Ha quedado atrás aquel día de 1619 en que fueron desembarcados en Virginia los primeros esclavos, que sometidos a tratos degradantes, privados ya de sus raíces, abrían de experimentar una experiencia que los llevó al apego de sus ancestros y a un afán de rebeldía que cuajó, de forma radical y profunda en lo que sería más tarde el Movimiento por los Derechos Civiles en Estados Unidos, que tomando la iniciativa de Abraham Lincoln de que una casa no puede estar dividida contra si misma siendo mitad esclavo y mitad libre, tuvo el valor y la entereza de sobreponerse a los prejuicios, y hoy, aun con sus mascaras y sombras, ha dado y continua dando la brillante luz del entendimiento, dando al mundo muestras de lo que es el querer hacer una autentica integralidad nacional.El movimiento abolicionista surgido a principios de la década de 1830, fue una entidad combativa, que sin hacer concesiones se propuso acabar con la esclavitud, teniendo como figura central a William Lloyd Garrison, un joven de Massachussets que, como todo un líder, hizo que los norteños se dieran cuenta de un mal que carcomía a toda la nación, aun cuando creían que era imposible de erradicar. Pero a Garrison se le unió la poderosa voz de Frederick Douglass, un esclavo que huyó de su amo y paralizó al público del norte como vocero de la Sociedad Antiesclavista de Massachussets, y más tarde fungiendo como director sagaz y elocuente del semanario abolicionista Northern Star.Hoy quedan pocos tíos Tom. El afroamericano está representado en todas las esferas del saber humano. Y es en este contexto que la cultura ocupa un lugar prominente para el alma y los sentimientos, para avivar recuerdos y activar las esperanzas de los muchos que hoy seguimos amando a nuestros ancestros sin albergar venganza ni rencores, sabiendo perdonar los momentos bochornosos que la historia ha puesto a nuestro paso por la vida.Porque la cultura, además nos ha servido, y sirve al afroamericano, en dos vertientes fundamentales: la música, alma eficaz para denunciar abusos cometidos contra la población negra, denuncias muy acordes con lo mejor del pensamiento norteamericano, luchando día a día por ser de la Nación una patria más justa y más humana.Y es el ragtime la primera música negra en alcanzar gran popularidad, dando a uno de sus más notables compositores como lo fue Scout Joplin[1]quien escribió dos operas en ese ritmo confiado de que resistiría la comparación con la música clásica europea. El ragtime con sus puntos de contactos con el blues, de donde provino, conjuntamente con el dixieland, el jazz, siendo la gran contribución de los afroamericanos al mundo de la música, y teniendo como una de sus características fundamentales, la improvisación.El blues tiene sus orígenes en las canciones folclóricas de África y a la religiosidad de la música cristiana. Entre las primeras grandes voces que se grabaron sobresalen las de múltiples mujeres, incluyendo a Gertrude Ma Raney[2], y a Bessie Smith[3]. (Más adelante y con un estilo de blues moderno se encuentran Muddy Waters[4]y B.B. King[5]. Pero a la medida que los músicos negros se fueron desplazando, se extendió el jazz, yendo desde el sur hacia Chicago y New York, lo que comenzó alrededor de 1920.El más influyente de los primeros músicos de jazz, lo fue el trompetista Louis Armstrong, (quien nació en New Orleáns en 1900 y murió en 1971), siendo también el primer cantante famoso de este genero, y creador del scat, recurso que consiste en utilizar la voz como instrumento. Duke Ellington,( nacido en 1899-1974), fue pianista, director de orquesta, compositor y arreglista, tuvo un enorme impacto en la composición de la música de jazz.El afroamericano ha sabido renovarse en todo lo que ha emprendido. A principios de 1940, el trompetista Dizzy Gillespie[6] y el saxofonista Charlie Parker[7], el improvisador más grande que ha dado el jazz, crean el complicado estilo bebop.El rock and roll, que tanta fama y dinero le diera a Elvis Presley[8], tiene su origen y raíz fundamental en el rhythm and blues negro y la música contry. Sobresalieron también en el rock and roll, músicos como Stevie Wonder[9] y el aclamado y mitológico Michael Jackson, nacido en 1958).Pero quizás sea en la literatura donde mejor y más cuajado esté el devenir y la impronta del afroamericano. Durante los años de 1920 surge en la comunidad afroamericana de Harlem un grupo de artistas llamado Renacimiento de Harlem, donde había poetas de la calidad y el calibre de Langston Hughes[10], Countee Cullen[11], y Claude Mckay[12]. Grupo que tuvo narradores como la novelista Zora Neale Hurston[13], quien supo combinar su don de relatista con estudios antropológicos contando vivas historias de la tradición oral afroamericana. Libros como La calabaza de Jonah, y Their Eyes Were Watching God, (Sus ojos veian a Dios), que trata sobre la vida y matrimonio de una mujer afroamericana, Hurston tuvo gran influencia en la generación de novelistas negras.Después de la II Guerra Mundial escritores afroamericanos volvieron a destacarse en la literatura de Estados Unidos, expresando su menosprecio al racismo o bien celebrando la sexualidad[14], como también uniendo la situación difícil del afroamericano con un tema, que bien les afecto, y afecta actualmente como lo es la búsqueda de la propia identidad en el mundo moderno[15].Ya en los años 50, el poeta Allen Ginsberg[16], insertado en el movimiento literario en la Costa Oeste con la Beat Generation, nombre que se refería al ritmo del jazz y a la decadencia de una sociedad agotada tras la II Guerra Mundial, influido por la poesía de Whitman, da un tono de protesta social y éxtasis visionario en un texto como Howl, que dice al comienza (Vi las mejores mentes de mi generación destrozadas por la locura…) Jack Kerouac[17], integrante también de este movimiento costeño, celebra, en su novela por capítulos On the Road, ( En el camino),el descuidado y hedonista estilo de vida de los Beats.Hoy en día mujeres afroamericanas han capturado en sentir de su raza escribiendo algunas de las mejores obras de ficción de las últimas décadas. De ellas destacan Toni Morrinson[18], autora de Beloved, con la que ganó el Premio Pulitzer, también Jazz, y Paradise, que con gran éxito de venta revelan la vida de los negros, fundamentalmente de las mujeres. Morrinson ganó, para orgullo de su pueblo y de su raza, el Premio Nobel de literatura en 1993, siendo la segunda mujer estadounidense que recibe este preciado galardón. Otra escritora de primerísimo línea y que merece ser destacada, es Alice Walker[19], autora de obras tan inolvidables como Meridiana y El Color Púrpura, con la que obtuvo el codiciado Premio Pulitzer, novela donde el extenso y universal amor da al traste con una trilogía que lleva, intrínseca en si misma, la pobreza, la discriminación racial y el machismoEra imposible imaginar aquel 1ro de diciembre de 1955, en que Rosa Parks, cansada después de una larga labor como costurera, dijo ¡No! al conductor del autobús que le ordenó cederle su asiento a un hombre blanco, que hoy, y desde hace algún tiempo, un afroamericano se encuentre de tú a tú con sus adversarios políticos en la puja por el máximo escaño de la Casa Blanca. Y ello es posible cuando hay un pueblo, un grupo, una raza que no esté dispuesta a dejarse arrebatar sus derechos, ello es posible cuando se lucha, corazón adentro, por hacer de la patria el lugar donde pueda convivir, como seres humanos, todo el componente étnico implícito en ella. Vivo ejemplo de hombradía y reflejo que contrasta, vergonzosamente, con los afrocubanos que sufriendo abusos de todo tipo no hemos pensado, siquiera, en convertirnos en panteras, no contra el blanco de a pie que sufre las mismas injusticias, sino, contra la hipocresía de un sistema repulsivo, contra la falsa transparencia y el camuflaje. Única forma de hacer valer nuestros derechos como lo que somos: Seres humanos.[1] (1868-1917)[2] (1886-1939)[3] (1900-1937).[4] (1915-1987),[5] (1925).[6] (1917-1993)[7] (1920-1955),[8] (1935-1977),[9] ( 1950[10] 1902-1967[11] 1903-1946[12] 1889-1948[13] 1903-1960[14] James Baldwin, 1924-1987, con su novela Giovanni s Room expresa su menosprecio al racismo y da cantos de loas a la sexualidad.[15] Invisible Man, de Ralph Ellison, 1914-1994, se unen la situación difícil de los afroamericanos, con la búsqueda de la propia identidad.[16] 1926-1997. Fue el portavoz de la Generación Beat[17] 1922-1969



































miércoles, 8 de octubre de 2008

Dignidad y orgullo

Ha quedado atrás aquel día de 1619 en que fueron desembarcados en Virginia los primeros esclavos, que sometidos a tratos degradantes, privados ya de sus raíces, abrían de experimentar una experiencia que los llevó al apego de sus ancestros y a un afán de rebeldía que cuajó, de forma radical y profunda en lo que sería más tarde el Movimiento por los Derechos Civiles en Estados Unidos, que tomando la iniciativa de Abraham Lincoln de que una casa no puede estar dividida contra si misma siendo mitad esclavo y mitad libre, tubo el valor y la entereza de sobreponerse a los prejuicios, y hoy, aun con sus mascaras y sombras, ha dado y continua dando la brillante luz del entendimiento, dando al mundo muestras de lo que es el querer hacer una autentica integralidad nacional.

El movimiento abolicionista surgido a principios de la década de 1830, fue una entidad combativa, que sin hacer concesiones se propuso acabar con la esclavitud, teniendo como figura central a William Lloyd Garrison, un joven de Massachussets que, como todo un líder, hizo que los norteños se dieran cuenta de un mal que carcomía a toda la nación, aun cuando creían que era imposible de erradicar. Pero a Garrison se le unió la poderosa voz de Frederick Douglass, un esclavo que huyó de su amo y paralizó al público del norte como vocero de la Sociedad Antiesclavista de Massachussets, y más tarde fungiendo como director sagaz y elocuente del semanario abolicionista Northern Star.

Hoy quedan pocos tíos Tom. El afroamericano está representado en todas las esferas del saber humano. Y es en este contexto que la cultura ocupa un lugar prominente para el alma y los sentimientos, para avivar recuerdos y activar las esperanzas de los muchos que hoy seguimos amando a nuestros ancestros sin albergar venganza ni rencores, sabiendo perdonar los momentos bochornosos que la historia ha puesto a nuestro paso por la vida.
Porque la cultura, además nos ha servido, y sirve al afroamericano, en dos vertientes fundamentales: la música, alma eficaz para denunciar abusos cometidos contra la población negra, denuncias muy acordes con lo mejor del pensamiento norteamericano, luchando día a día por ser de la Nación una patria más justa y más humana.
Y es el ragtime la primera música negra en alcanzar gran popularidad, dando a uno de sus más notables compositores como lo fue Scout Joplin[1]quien escribió dos operas en ese ritmo confiado de que resistiría la comparación con la música clásica europea. El ragtime con sus puntos de contactos con el blues, de donde provino, conjuntamente con el dixieland, el jazz, siendo la gran contribución de los afroamericanos al mundo de la música, y teniendo como una de sus características fundamentales, la improvisación.
El blues tiene sus orígenes en las canciones folclóricas de África y a la religiosidad de la música cristiana. Entre las primeras grandes voces que se grabaron sobresalen las de múltiples mujeres, incluyendo a Gertrude Ma Raney[2], y a Bessie Smith[3]. (Más adelante y con un estilo de blues moderno se encuentran Muddy Waters[4]y B.B. King[5]. Pero a la medida que los músicos negros se fueron desplazando, se extendió el jazz, yendo desde el sur hacia Chicago y New York, lo que comenzó alrededor de 1920.El más influyente de los primeros músicos de jazz, lo fue el trompetista Louis Armstrong, (quien nació en New Orleáns en 1900 y murió en 1971), siendo también el primer cantante famoso de este genero, y creador del scat, recurso que consiste en utilizar la voz como instrumento. Duke Ellington,( nacido en 1899-1974), fue pianista, director de orquesta, compositor y arreglista, tubo un enorme impacto en la composición de la música de jazz.
El afroamericano ha sabido renovarse en todo lo que ha emprendido. A principios de 1940, el trompetista Dizzy Gillespie[6] y el saxofonista Charlie Parker[7], el improvisador más grande que ha dado el jazz, crean el complicado estilo bebop.
El rock and roll, que tanta fama y dinero le diera a Elvis Presley[8], tiene su origen y raíz fundamental en el rhythm and blues negro y la música contry. Sobresalieron también en el rock and roll, músicos como Stevie Wonder[9] y el aclamado y mitológico Michael Jackson, nacido en 1958).

Pero quizás sea en la literatura donde mejor y más cuajado esté el devenir y la impronta del afroamericano. Durante los años de 1920 surge en la comunidad afroamericana de Harlem un grupo de artistas llamado Renacimiento de Harlem, donde había poetas de la calidad y el calibre de Langston Hughes[10], Countee Cullen[11], y Claude Mckay[12]. Grupo que tuvo narradores como la novelista Zora Neale Hurston[13], quien supo combinar su don de relatista con estudios antropológicos contando vivas historias de la tradición oral afroamericana. Libros como La calabaza de Jonah, y Their Eyes Were Watching God, (Sus ojos veian a Dios), que trata sobre la vida y matrimonio de una mujer afroamericana, Hurston tuvo gran influencia en la generación de novelistas negras.

Después de la II Guerra Mundial escritores afroamericanos volvieron a destacarse en la literatura de Estados Unidos, expresando su menosprecio al racismo o bien celebrando la sexualidad[14], como también uniendo la situación difícil del afroamericano con un tema, que bien les afecto, y afecta actualmente como lo es la búsqueda de la propia identidad en el mundo moderno[15].

Ya en los años 50, el poeta Allen Ginsberg[16], insertado en el movimiento literario en la Costa Oeste con la Beat Generation, nombre que se refería al ritmo del jazz y a la decadencia de una sociedad agotada tras la II Guerra Mundial, influido por la poesía de Whitman, da un tono de protesta social y éxtasis visionario en un texto como Howl, que dice al comienza (Vi las mejores mentes de mi generación destrozadas por la locura…) Jack Kerouac[17], integrante también de este movimiento costeño, celebra, en su novela por capítulos On the Road, ( En el camino),el descuidado y hedonista estilo de vida de los Beats.

Hoy en día mujeres afroamericanas han capturado en sentir de su raza escribiendo algunas de las mejores obras de ficción de las últimas décadas. De ellas destacan Toni Morrinson[18], autora de Beloved, con la que ganó el Premio Pulitzer, también Jazz, y Paradise, que con gran éxito de venta revelan la vida de los negros, fundamentalmente de las mujeres. Morrinson ganó, para orgullo de su pueblo y de su raza, el Premio Nobel de literatura en 1993, siendo la segunda mujer estadounidense que recibe este preciado galardón. Otra escritora de primerísimo línea y que merece ser destacada, es Alice Walker[19], autora de obras tan inolvidables como Meridiana y El Color Púrpura, con la que obtuvo el codiciado Premio Pulitzer, novela donde el extenso y universal amor da al traste con una trilogía que lleva, intrínseca en si misma, la pobreza, la discriminación racial y el machismo

Era imposible imaginar aquel 1ro de diciembre de 1955, en que Rosa Parks, cansada después de una larga labor como costurera, dijo ¡No! al conductor del autobús que le ordenó cederle su asiento a un hombre blanco, que hoy, y desde hace algún tiempo, un afroamericano se encuentre de tú a tú con sus adversarios políticos en la puja por el máximo escaño de la Casa Blanca. Y ello es posible cuando hay un pueblo, un grupo, una raza que no esté dispuesta a dejarse arrebatar sus derechos, ello es posible cuando se lucha, corazón adentro, por hacer de la patria el lugar donde pueda convivir, como seres humanos, todo el componente étnico implícito en ella. Vivo ejemplo de hombradía y reflejo que contrasta, vergonzosamente, con los afrocubanos que sufriendo abusos de todo tipo no hemos pensado, siquiera, en convertirnos en panteras, no contra el blanco de a pie que sufre las mismas injusticias, sino, contra la hipocresía de un sistema repulsivo, contra la falsa transparencia y el camuflaje. Única forma de hacer valer nuestros derechos como lo que somos: Seres humanos.








[1] (1868-1917)
[2] (1886-1939)
[3] (1900-1937).
[4] (1915-1987),
[5] (1925).
[6] (1917-1993)
[7] (1920-1955),
[8] (1935-1977),
[9] ( 1950
[10] 1902-1967
[11] 1903-1946
[12] 1889-1948
[13] 1903-1960
[14] James Baldwin, 1924-1987, con su novela Giovanni s Room expresa su menosprecio al racismo y da cantos de loas a la sexualidad.
[15] Invisible Man, de Ralph Ellison, 1914-1994, se unen la situación difícil de los afroamericanos, con la búsqueda de la propia identidad.
[16] 1926-1997. Fue el portavoz de la Generación Beat
[17] 1922-1969
[18] 1931
[19] Escritora de resonancia universal, gran amiga de Cuba donde ha estado en varias ocasiones, nació en 1944