martes, 21 de julio de 2009

¿POLITICA COCHINA O COCHINOS POLITICOS?

Manuel Aguirre Lavarrere
(Mackandal)

La pasión política tiene un limite: allí donde comienza la maldad
José Martí

No tengo claro cómo definir entre una cosa y otra sobre el titulo que le he dado a este articulo. Sin embargo, algo me lleva a creer que la política es necesaria toda vez que hace renacer de entre los pueblos valores y mejora el nivel de vida de los mismos. Pero cuando se convierte en política cochina no es precisamente el vocablo adecuado para ella. Cochino son los políticos que hacen de sus políticas una letrina. Y en este sentido los oligarcas de la extrema derecha hondureña dan la voz discordante del momento actual en el concierto de las naciones de América al echar por tierra a un gobierno legítimamente elegido mediante un cuartelazo que pone en alarma la estabilidad de la región centroamericana y en zafarrancho de combate a los que como el actual presidente de Venezuela, fue el principal enchuchador del fallido golpe de estado en 1992, también contra un gobierno, malo, o bueno, pero elegido por su pueblo y sin que llegara a agarrarse del poder hasta unos años después mediante elecciones de participación popular, y que hoy, a través de la modificación de la Carta Magna generando un plebiscito, lleva, como ocurre en Cuba, el enfebrecido deseo de erigirse presidente vitalicio; porque ese es el fin de la mayoría de los caudillos de tendencia comunista.

Esto conlleva, que tanto golpistas de izquierda como de derecha provoquen que la nave de la convivencia latinoamericana se desoriente, haga agua, y que la voluntad pluripartidista- por supuesto nada que ver con Cuba-, se desoriente y caiga bajo el dominio de la incertidumbre y el terrorismo, ya sea, psicológico, verba, o de estado.
Sólo en los países totalitarios estaría más que justificado un cuartelazo. Y el golpe aguanta. Lo fortalece.

DEL MONCADA Y LOS NEGROS

MANUEL AGUIRRE LAVARRERE
(MACKANDAL)
Para mí las personas quienes quiera que sean, me es totalmente igual, pues la única diferencia que establezco es la que existe entre el blanco y el malo
ANTONIO MACEO
Ninguno de los puntos recogidos en el Programa del Moncada toca, ni someramente el asunto de la discriminación racial. Es lógico que un programa con tales deficiencias siga hoy soslayando el tema y vea con desprecio cualquier señalamiento tocante al tema de la igualdad racial y los derechos ciudadanos tocantes a la discriminación racial en Cuba.
Pero la sociedad civil tiene este derecho. A pesar del inmovilismo en que cincuenta años de unipartidismo a la fuerza, amenazas y encarcelamientos a quienes se niegan a seguirle el juego a los desmanes del oficialismo, la población cubana en general, y en particular su componente negro, ha ido despertando del letargo y ya se manifiesta de forma abierta o cerrada contra los desmanes políticos y económicos del régimen cubano. Y esto es bueno, muy bueno para una sociedad que espera cambios sustanciales y apegados a los intereses de la nación y del ciudadano. Y es valido que sean estos puntos los que mas reiteradamente ocupen la mentalidad cubana, pues una política adecuada, que no será con lo que ahora tenemos como gobierno, traerá a la población cubana todo el nivel de vida suficiente para una convivencia decorosa.
Pero el afrocubano sigue preterido en su propia tierra y ello es producto de la escasez de recursos y del estreñimiento económico al que se sabe sumido sin que nada se haga al respecto. Los que tienen que tomar las decisiones están bien, a ellos no les afecta ni el periodo especial ni crisis económica. Es el pueblo quien lo sufre. Y en esta cadena de desgracias y contracción ciudadana lleva el negro la peor parte.

Pedir no ya como negros sino cual nos enseño Maceo cuando se trata de un derecho, es lo que corresponde al negro y al mulato en Cuba. Su historia lo hace fuerte lo eleva por encima de cabildeos políticos y mentiras socialistas. Y lo que corresponde al negro y al mulato cubano ahora mismo en Cuba es exigir su derecho, pues como dijo Carlos Marx tocante a las revoluciones de los pequeños beneficios, que no llega en nada al problema del afrocubano por estar sumergido en la revolución de las migajas, es despojarse del complejo de inferioridad y pedir, como ciudadano el lugar que le corresponde. Y este no es el barrio marginal ni el encarcelamiento.
makandalmm@yahoo.com

martes, 14 de julio de 2009

SOCIALISMO MADE IN RAZA

MANUEL AGUIRRE LAVARERE
(MACKANDAL)
Sólo la opresión debe temer el ejercicio pleno de las libetades.
José Martí

Cuando en el componente étnico de una nación hay una raza discriminada, ya sea `por el color de su piel, por religión u otro tipo de aberración racista sin que se observen leyes ni interés alguno por parte del gobierno, que lejos de enmendar desorienta y como el vaho del buitre pudre todo lo que toca, él es el único culpable de la desgracia de esa raza.
La historia de Cuba demuestra un prejuicio contra el negro desde los tiempos de la guerra, para ello basta acercarse a dos documentos medulares de Antonio Maceo cuando le escribe al entonces presidente de la republica en armas en 1976m el señor don Tomás Estrada Palma aquejado del racismo entre las tropas mambisas, guerra donde el hombre negro puso la escalofriante cifra de ochenta y dos mil muertos frente a los veintiséis mil blancos que también supieron morir de forma valiente por la libertad de Cuba, y que hoy aun no hemos alcanzado. Tal prejuicio lejos de quedar atrás sigue lacerando y amoldando de forma indebida la vida y el comportamiento del afrodescendiente en Cuba, que con más o menos terquedad mantiene la mentalidad esclavista en el estatus social y gubernamental.
De nada vale hoy juzgar a los racistas ya diluidos el polvo como Luz Caballero, Manuel Sanguily, José Antonio Saco, Cisneros Betancourt, José Antonio Saco, Félix Varela y en un momento de su vida el mismísimo José Martí. No es justo juzgarlo a mansalva de los años. Hombres de su tiempo tuvieron en un momento nebuloso de sus vidas una visión errada sobre el negro; pero han legado una estela de conocimiento y arrojo patrio decisivo para la conformación y cuajo de la nacionalidad cubana con un desenvolvimiento decoroso.
Júzguense hoy a los ahora mismo hacen de la vida del afrocubano una subsistencia letrinoza y abusiva. Júzguense a los que desde determinados puestos de poder, y con influencia suficiente en los destinos de la patria no hacen nada para revertir tanta injusticia.
Se podrá formar un comité de análisis sobre la discriminación contra el negro en Cuba. Pero jamás tal comisión arrojara, corazón adentro, los pasos en pos de la solución determinante. No lo hará porque existe mucho prejuicio en la elite de poder cubana. No lo hará porque falta la contraparte capaz de poner a tono un debate franco y abierto sobre el tema y cuya membresía, sin estar representada a nivel gubernamental, es el factor determinante, en cuanto movimientos independientes y certeros visionarios de lo que pasa en el barrio, no se les permite, por abierta oposición a los dictámenes oficialistas y luchando de forma independiente por los derechos del negro y del ciudadano en Cuba.
Para un debate abierto donde todas las partes tenga derecho a opinar, sin que medien ventajismos políticos y eslogan doctrinantes, tendrían que estar presentes miembros de grupos como el Movimiento de Integración Racial Juan Gualberto Gómez, Cofradía de la Negritud, y el Movimiento Cultural Afrocubano Juan René Betancourt, que son en la Habana los auténticos y que pueden mostrar una membresía real y sin cosméticos. Porque para hablar del negro lo puede hacer cualquiera; pero hay que ser negro para sentir el dolor que provoca la discriminación. Y en este sentido los grupos mencionados son discriminados, no tanto por la ciudadanía como por el estado que les niega el derecho de libre asociación pacifica. Los está discriminando, algo que pone al descubierto la naturaleza totalitaria racista del socialismo cubano.

miércoles, 1 de julio de 2009

CURANDEROS

MANUEL AGUIRRE LAVARRERE
(MACKANDAL)

De curanderos calificó Carlos Marx a quienes desde una mesa de debate pretendían resolver las inquietudes y problemas de sus pueblos .Las injusticias que acontecen hoy en el ámbito social cubano contra la parte mas vulnerable y desamparada, por desgracia de un estado socialista que en su lunático empeño en derrotar al imperialismo yanqui se olvida del bienestar de su población y se ufana, a mandíbula batiente de ser el mejor del mundo, dejan en las palabras del creador del comunismo científico la amarga vigencia de lo que acontece en el día a día con el negro en Cuba. Y curandero son tanto los que a través de permisos gubernamentales se sientan a debatir el prejuicio y el segregacionismo como curandero ha sido el estado en cuanto a derechos y beneficios que otorga, como limosna de agradecimiento, a los herederos de ochenta y dos mil muertos en las guerras de la patria y descendientes directos de los masacrados por reclamar derechos en 1912, masacre que constituye todavía hoy el bochornoso y más horrendo crimen contra los padres de la patria, porque quiérase o no, esos negros son los padres de la patria.
Pretenderán algunos y se apresuraran en decir que en Cuba no hay privilegios de una raza sobre otra y defenderán este concepto poniendo como ejemplo primario el creciente número de matrimonios mixtos. Y creo que no hay nada más bochornoso, para el negro que se respete, que se le quiera callar su razón poniendo como ejemplo el caso citado.

Cada debate en torno a la problemática racial en Cuba se aleja a cantos de la solución al problema por cuanto los que se sientan a hacerlo son personalidades del ámbito científico y cultural cubano, pero falta la opinión diferente, es decir, la opinión del que se sabe parte del problema y vive hacinado en la marginalidad y el olvido. Los escritores y ensayistas que bajo innúmeras concepciones al sistema escriben largos trabajos obviando la parte esencial del echo y santificando al estado mediante frases grandilocuentes y de inquietante sumisión, eso los hace “curanderos”
La revolución que se hizo al poder en 1959, la que no iba a decir: “Te vamos a dar”, sino: Aquí tienes, lucha ahora con todas tus fuerzas para que sean tuyas la libertad y la felicidad”, se olvidó del problema negro como se olvida ahora de los derechos ciudadanos y de ratificar los Pactos políticos, sociales y culturales de las Naciones Unidas para la libre asociación. Esta revolución, la de 1959 al dejar sin efecto concreto la problemática racial viola una de la partes fundamentales para una sociedad de derecho, y se convierte, por causa y efecto del problema mismo, en traidora de sus propios principio y que llevaron a la población negra cubana a creer en ella, creencia que ha ido en constante decrecimiento por la falta de autenticidad.

El racismo que lastra hoy a la nación cubana es un producto único y netamente exclusivo del socialismo cubano, y como dijo Marx, las curitas que tratan de poner a un problema tan bochornoso para una nación que se precie de culta, los hace curanderos
Un sistema que no tenga en cuenta los diversos colores de su componente nacional y se torna cada día más despectivo hacia la raza históricamente explotada y socialmente ultrajada, no es un sistema justo.
Para Juan René Betancourt, abogado y negro, gran batallador por la exclusión del afrocubano al entramado social y político de la República, “el régimen de gobierno que menos conviene a una minoría discriminada es el de la dictadura aunque se llame del proletariado, pues sólo la libre exposición de todas las opiniones puede madurar las conciencias y echar los cimientos de la igualdad funcional de las razas”
Ahora cabe preguntar a la población negra y mestiza de Cuba si están dispuestos a seguir llevando por más tiempo un incomodo sentimiento de culpa y de sometimiento, al lado de quien en la practica y la realidad no hace nada por mejorar su maltrecha existencia.
Makandalmm@yahoo.com