lunes, 24 de septiembre de 2018

Lagunas de un proyecto de constitución. Segunda parte



                   Por Manuel Aguirre Labarrere
                                  (Mackandal)
La mayor virtud de un hombre es ser honrado.
                                                     José Martí
Uno de los puntos que debe ser tratado como crimen de lesa Patria y condenado con rigor en la nueva constitución cubana es la corrupción, fenómeno que atenta contra la vida y el bienestar de millones de seres humanos al Estado no poder disponer de ese dinero  para resolver asuntos sociales, bien sea el de reparar una escuela, un hospital o comprar la materia prima de importantes medicamentos cada vez más caros en el mercado mundial.
Pero este articulo no señala solo aquellos problemas de corrupción que el presidente cubano ha hecho alusión, que si bien merecen castigo ya que son delitos sensibles, sus señalamientos solo se centraron en aquellos  delitos a los que este periodista llama la corrupción pesetera. Pero la que de verdad afecta duramente y va contra el corazón de la sociedad es la otra, esa a la que nadie hasta ahora, a no ser los periodistas independientes se han referido de una u otra forma y es la corrupción millonaria, cuyos actores son personas con cargos de relevancia en la política cubana y que amparados tras un carnet de militantes comunistas y enarbolando consignas revolucionarias han saqueado y continúan saqueando  para beneficio propio las riquezas del país
Para combatir este fenómeno de la delincuencia militante, donde queda demostrado que un carné no hace al comunista y si muchas veces lo entrena para robar, debe esta Constitución acabar con la impunidad sin excepción alguna y permitir que el poder legislativo, ejecutivo y judicial tengan plena autonomía. De lo contrario está por verse que juez o fiscal alguno sería capaz de llamar a declarar  por corrupto, a un Ministro,  un General, o al propio Presidente de la República  cuando ellos mismos son la ley.
Porque lo que prima en todo este Proyecto de constitución es el poder supremacista de un partido que enarbola su ideología en un documento que debiera ser totalmente cívico ya que se trata del instrumento más importante de un país y donde problemas medulares como el de los derechos humanos han pasado a un segundo o tercer plano cuando debiera ser éste el asunto primordial de una Constitución moderna.
Cuando todavía falta tiempo para el texto definitivo de esta nueva Constitución cubana y donde a pesar de lo que diga la radio y la televisión, si bien se han vendido todos los ejemplares de este proyecto, son más los que no lo han leído que los que lo han analizado a cabalidad. Algunos lo llaman proyecto de prostitución socialista, otros esto es agua al dominó, un duérmete mi niño  o cambio de guarida con los mismos lobos.
Aun así no tengo la menor duda de que será aprobado. El pueblo cubano no tiene una cultura del derecho ni está preparado para esclarecer un documento tan importante. Desgraciadamente esa es la verdad aunque no sea toda la verdad. Pero la Patria necesita un nuevo instrumento jurídico y esta es la oportunidad que tenemos todos los cubanos, tanto de adentro como fuera de la Isla de reflexionar y hacerlo bien, apegados a los intereses cívicos y políticos que todos merecemos después de tantas décadas de soportar  las imposiciones de la todavía vigente Constitución de 1976, donde el poder de una ideología personalista desplazó los demás derechos.