martes, 6 de enero de 2015

Artemisa: el abasto de agua y el silencio de los dirigentes

Por: Manuel Aguirre Lavarrere
            (Mackandal)
La visita relámpago de Ramiro Valdés a la provincia de Artemisa no puso fin a la falta de agua que padecen varios de sus municipios desde hace varios meses de forma ininterrumpida.
La incidencia de la falta de agua es frecuente en esta parte del territorio nacional, donde la única solución es el pago a precios exorbitantes de las pipas para un pueblo con salarios de hambre y revolcado cada vez más en la miseria.
Así, el abasto del vital líquido se ha privatizado de forma vergonzosa.
El comandante de la llamada generación histórica del castrismo no pareció preocupado por tan sensible situación. Rodeado de los cachanchanes del gobierno provincial, máximos responsables del deterioro de la vida en esta provincia, el aguerrido dirigente de verde olivo olvidó, si acaso le pasó por la cabeza, los reclamos de la población que cada día se vierten en el programa con micrófono abierto de la emisora Radio Artemisa, que aunque tamizado y barnizado, es el único espacio para manifestar sus frustraciones y anhelos.
Lo que no ha sucedido ni sucederá es el castigo que merecen tales personajes, que en una democracia estuvieran tras las rejas. La impunidad de la que gozan los dirigentes cubanos, sea cual sea el rango y lugar donde se desempeñen, es suficiente para que sigan haciendo de las suyas y conviertan al pueblo en robot de sus deslices corruptos.
La crítica situación con el abasto de agua no es solo en Guanajay. También ocurre en Bauta.
Con la nueva división político-administrativa, Bauta, junto a Caimito del Guayabal, contra la voluntad del pueblo de perder sus raíces y sentido de pertenencia, pasó a formar parte de la estéril provincia Artemisa.
Los pobladores de Bauta sufren como nunca los estragos de la escasez de agua. Allí muchas veces es imposible tomarse un refresco gaseado porque no hay agua para fregar los vasos.
Bauta poseía un motor ruso TH14 de 24 pulgadas, suficiente para abastecer de agua a tiempo completo a un municipio con 460 065 pobladores y una densidad de aproximadamente trescientos habitantes por kilómetro cuadrado.
Se adquirieron nuevos motores sumergibles de fabricación china, de alrededor de 8 a 10 pulgadas, de los cuales, y según notificación oficial del municipio, uno cayó al fondo del pozo, un segundo que está roto sin posibilidad de reparación y un tercero, el único que está a pico de pájaro, abasteciendo a la comunidad, pero por su poca presión se hace imposible mantener los estándares normales de abasto.
Es sabido del complot entre algunos campesinos de la zona y suministradores de agua, que se la quitan al pueblo y por dinero abastecen los sembradíos de estos nuevos ricos.
Decía Nelson Mandela que cuando un gobierno usa la fuerza para imponer su domino, los oprimidos usan la fuerza para oponerse a ella.
En Cuba los oprimidos no usan la violencia ni la fuerza bruta. Los que han tomado conciencia y salen a las calles lo hacen de forma pacífica, justamente en abierta oposición a esa otra fuerza militarizada que emana del poder y embarga cada acápite de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, justamente para no hacer visible problemas como lo es el abasto de agua.
En Cuba, ni aún en la manigua, el agua fue nunca un problema tan crítico, como lo es bajo el régimen castrista. Los más humildes de la población disponían de agua sin restricción alguna. Se ve cuánto para mal ha cambiado Cuba.
Desde que en 1902 fue fundada la República y don Tomás Estrada Palma asumió la presidencia gracias al apoyo de Máximo Gómez, en todos los gobiernos que en Cuba han sido hubo corrupción, pero siempre existió la libertad de denunciarla de forma abierta.
Los comunistas cubanos, de los que es heredero el régimen castrista, no solo estuvieron representados en los debates de la Constitución de 1940 con plenos derechos, con voz y voto, también poseían una emisora radial, la 1010, donde no paraban de criticar a sus adversarios políticos, y el periódico Hoy, que a pesar de haber sido suspendido por un tiempo, circulaba de forma legal en el país.
Contrasta la impunidad de los corruptos que ostentan de forma arbitraria el poder, con los castigos a que están condenados los opositores en Cuba, por denunciar, de forma pacífica, hechos como la escasez de agua, los apagones y las actividades delincuenciales de muchos dirigentes, que atentan contra lo poco que queda de bienestar.
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