miércoles, 13 de agosto de 2008

EN EL CENTENARIO DE UN ACONTECIMIENTO HISTORICO

EN EL CENTENARIO DE UN ACONTECIMIENTO HISTORICO
Por Manuel Aguirre Lavarrere
(Mackandal)

El siete de agosto de 1908 tuvo lugar un hecho que marcaría un precedente único en los anales de la historia en Cuba. Ello fue la creación de la Agrupación Independiente de Color que más tarde devino en el Partido Independiente de Color, con cuyo nombre pasó, tinto en sangre, a la historia cubana.

Creado por Evaristo Estenoz y Pedro Ivonnet en la calle Amargura 63 para luchar por los derechos de los afro -descendientes cubanos. Polémicas, burlas y criticas fuertes venidas de los que, creyéndose superiores por el color blanco de su piel, llevaron al negro a la más ignominiosa marginalidad después de haber salido airoso en las guerras contra el coloniaje español, y conllevando a este segmento de hombres y mujeres a anegar de sangre la tierra cubana cuando decidieron protestar airadamente en reclamo de lo que aún hoy les sigue correspondiendo.

Miles de hombres y mujeres de raza negra fueron perseguidos y abofeteados física y verbalmente hasta culminar, a beneplácito del gobierno de José Miguel Gómez en una masacre sin precedentes.

Hoy, aunque de forma distinta y sin negar algunos logros obtenidos, los afro- descendientes cubanos seguimos siendo el grupo más vulnerable en todas las variantes posibles al no cumplirse las medidas prometidas por la revolución, y que hoy ya no les interesa cumplir. Pues de lo que se dijo a lo que se hizo, y de lo que se dice a lo que se hace, es visible ver en ello su trasfondo blancuzco y un arraigo de marginalidad política y social, que sólo asumiendo el afrocubano la responsabilidad de administrar su desatino, pudiera, a mediano plazo, ver fructificare su condición de ciudadano igual.

La dependencia paternalista del estado hacia la persona ha traído un aumento de inseguridad en si mismo, que lastra la iniciativa propia y trae el trauma de no saber qué camino tomar.

Cincuenta años de partido único y el estrangulamiento a un pensamiento alternativo son suficientes para que el shock, que también tendrá que afrontar la población blanca, nunca será comparable con lo que en lo adelante y privado ya de centros cívicos como los ideados y puestos en practica por hombres como Juan René Betancourt, y carente de una economía propia y de una voz líder dispuesta a emplazar al oficialismo, y presta a encauzar hacia feliz termino, la vida del afro -descendiente en Cuba.

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