Oportunismo y medio de vida
Manuel Aguirre Lavarrere
(Mackandal)
Con la presencia del Ministro de cultura, Abel Prieto Jiménez, concluyó el Coloquio sobre el racismo que durante tres días tuvo lugar en el Centro de Estudios para el desarrollo y la cultura, Juan Marinello, en la capital de Cuba.
Evento que en los días que lo precedieron se realizó a cal y canto, con personalidades cubanas escrupulosamente escogidas y algunos estudiosos del tema negro venidos de Puerto Rico, Venezuela y Estados Unidos, los cuales tuvieron el privilegio de exponer sus criterios sin ser interrumpidos y criticar hasta el periódico Granma, órgano oficial al servicio del Partido comunista cubano, derecho que para los cubanos es inadmisible
Pero no fue un evento como el que esperaban muchos de los que tuvieron la oportunidad de ser invitados y otros colados al azar, algo que ocurrió sólo en el último día del programa debido a la brecha que dejaron algunos que decidieron abandonar la sala antes de que se diera por terminado el encuentro.
No era para ellos el derecho a la palabra. Era un derecho destinado solamente a los organizadores del encuentro y a los que éstos considerasen confiables para expresarse.
Se trata de definir el destino de alguien sin que ese alguien tenga derecho a participar. Los grupos independientes de lucha contra el racismo han sido excluidos de los debates que por estos días van teniendo lugar en la Isla. A nombre de los marginados de esta Cuba, han hablado otros, negros y blancos pertenecientes a una clase elitista y de apego sumiso al régimen cubano.
Hoy, a raíz de las constantes denuncias y sanciones impuestas por la ONU que ha recibido el régimen por el abuso constante hacia la población negra y mestiza del país, han surgido muchas personas, algunas con conocimiento consciente del problema y otras sin ninguno, que han aprovechado la temática racial, no para dar solución ni para exponer, corazón adentro, las verdades que agobian a este segmento de la sociedad; sino como un medio de vida que les permita publicar artículos y en nombre de los negros cubanos, ganar viajes al extranjero como un medio de subsistencia, y desconociendo a aquellos, que por su militancia contestataria, pero sobre todo hombres y mujeres dignos que desde hace tiempo han hecho posible el enfoque del problema racial en Cuba.
La credibilidad del evento deja mucho que desear. Y pone en claro que el racismo en Cuba es focalizado, mantenido y alentado desde el centro del poder, con factores negros y blancos, que aunque dicen luchar por la integración racial, lo único que logran es la denuncia constante y el descrédito.
No lo hacen corazón adentro, y mucho menos con la firmeza y valentía que amerita el tema. Hablan, no para el afrocubano ni para blanco alguno. Lo hacen para ser escuchados por el poder, y ganar votos de confianza, para como sucede siempre, resolver lo nuestro desde afuera, viajando y llevar sus desmentidas opiniones a la opinión pública internacional, confundir, y lograr, que los que no viajan, porque no se les permite, puedan llevar al mundo la verdadera situación del negro en Cuba. Que se avergüencen ellos. Los independientes y opositores a un sistema político de esclavitud, seguirán la batalla, por el reconocimiento digno de la hombradía del negro en Cuba.
Manuel Aguirre Lavarrere
(Mackandal)
Con la presencia del Ministro de cultura, Abel Prieto Jiménez, concluyó el Coloquio sobre el racismo que durante tres días tuvo lugar en el Centro de Estudios para el desarrollo y la cultura, Juan Marinello, en la capital de Cuba.
Evento que en los días que lo precedieron se realizó a cal y canto, con personalidades cubanas escrupulosamente escogidas y algunos estudiosos del tema negro venidos de Puerto Rico, Venezuela y Estados Unidos, los cuales tuvieron el privilegio de exponer sus criterios sin ser interrumpidos y criticar hasta el periódico Granma, órgano oficial al servicio del Partido comunista cubano, derecho que para los cubanos es inadmisible
Pero no fue un evento como el que esperaban muchos de los que tuvieron la oportunidad de ser invitados y otros colados al azar, algo que ocurrió sólo en el último día del programa debido a la brecha que dejaron algunos que decidieron abandonar la sala antes de que se diera por terminado el encuentro.
No era para ellos el derecho a la palabra. Era un derecho destinado solamente a los organizadores del encuentro y a los que éstos considerasen confiables para expresarse.
Se trata de definir el destino de alguien sin que ese alguien tenga derecho a participar. Los grupos independientes de lucha contra el racismo han sido excluidos de los debates que por estos días van teniendo lugar en la Isla. A nombre de los marginados de esta Cuba, han hablado otros, negros y blancos pertenecientes a una clase elitista y de apego sumiso al régimen cubano.
Hoy, a raíz de las constantes denuncias y sanciones impuestas por la ONU que ha recibido el régimen por el abuso constante hacia la población negra y mestiza del país, han surgido muchas personas, algunas con conocimiento consciente del problema y otras sin ninguno, que han aprovechado la temática racial, no para dar solución ni para exponer, corazón adentro, las verdades que agobian a este segmento de la sociedad; sino como un medio de vida que les permita publicar artículos y en nombre de los negros cubanos, ganar viajes al extranjero como un medio de subsistencia, y desconociendo a aquellos, que por su militancia contestataria, pero sobre todo hombres y mujeres dignos que desde hace tiempo han hecho posible el enfoque del problema racial en Cuba.
La credibilidad del evento deja mucho que desear. Y pone en claro que el racismo en Cuba es focalizado, mantenido y alentado desde el centro del poder, con factores negros y blancos, que aunque dicen luchar por la integración racial, lo único que logran es la denuncia constante y el descrédito.
No lo hacen corazón adentro, y mucho menos con la firmeza y valentía que amerita el tema. Hablan, no para el afrocubano ni para blanco alguno. Lo hacen para ser escuchados por el poder, y ganar votos de confianza, para como sucede siempre, resolver lo nuestro desde afuera, viajando y llevar sus desmentidas opiniones a la opinión pública internacional, confundir, y lograr, que los que no viajan, porque no se les permite, puedan llevar al mundo la verdadera situación del negro en Cuba. Que se avergüencen ellos. Los independientes y opositores a un sistema político de esclavitud, seguirán la batalla, por el reconocimiento digno de la hombradía del negro en Cuba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario