Manuel
Aguirre Labarrere
(Mackandal)
El
Séptimo Congreso de los comunistas cubanos, que optó una vez más
por el continuismo y el miedo al cambio, contó con la visita
inesperada de Fidel Castro. Salido de Punto Cero, hizo presencia en
el acto para darle agua al dominó, cerciorarse por sí mismo de que
todo marchaba a pedir de su boca y aguarle la fiesta a quien se
atreviera a proponer algo diferente a los acuerdos tomados o
contradecir alguno de los puntos acordados.
Siempre
es así. El comportamiento excéntrico del Comandante impide que sea
ignorado bajo ninguna circunstancia. El hombre de Birán respira
todavía lo suficiente para escuchar que es aplaudido hasta la
saciedad porque eso le gusta desde que era un estudiante de la
Facultad de Derecho en la Universidad de la Habana, donde armó más
de una pataleta.
De
aquellas pataletas y revueltas una de las más sonada fue la lucha
contra el racismo que dirigiera el entonces estudiante también de
derecho y su amigo Juan René Betancourt, quien luego del triunfo de
la revolución, tras alguna que otra discusión con el emergente
Líder, se fue al exilio al ver que todo seguía como al principio
para los afrodescendientes.
Salvo
algún que otro discurso donde Fidel Castro abordó el tema racial,
alusiones que sumadas no pasan de cinco minutos en todo el tiempo que
estuvo al frente del gobierno, y las dos veces en que Raúl Castro
como presidente ha abordado la cuestión, ningún otro dirigente
comunista se ha dignado siquiera mencionar la discriminación racial.
Miguel
Barnet y Abel Prieto, asesor del presidente, presidieron una comisión
que estuvo integrada por tres personas sin llegar a nada concreto y
sin que ningún otro dirigente dé solución o por lo menos dé
esperanza a negros y mulatos.
Si
la patria es algo que se asume voluntariamente, la nación es un
proceso de construcción social y político y son sus ciudadanos los
protagonistas y responsables de que sea construida o no se llegue a
ella.
Negros
y mulatos, que son parte del problema, no forman parte de la
solución. He ahí el primer desacierto en la solución de una
cuestión tan importante para el país si aspira de veras llegar a
ser nación, porque aun no lo es y por el camino que lleva, jamás
estos dirigentes actuales coronarán a la patria con esa gloria.
La
indiferencia política en abordar el tema racial es un fenómeno que
se sufre a diario y los afrocubanos saben que no tendrá solución
mientras no se permita en el Parlamento una bancada de parlamentarios
independientes que luchen contra el racismo, que presionen y señalen
la importancia que tiene para Cuba la eliminación del racismo.
Desde
la sociedad civil, un grupo de ciudadanos, sensibles y patriotas, nos
reunimos para debatir democráticamente el tema y hacer llegar al más
alto nivel del gobierno una serie de propuestas que pueden ayudar,
sin duda a la neutralización de las prácticas racistas y las
manifestaciones de rechazo al otro. No creemos que nos tomen en
cuenta. El gobierno solo hace caso a quienes los adulan y toma a los
que lo contrarían como mercenarios, apátridas, gente sin nivel,
anexionistas, presidiarios y oportunistas pagados por potencias
extranjeras para desacreditar al país
donde
nacieron.
En
este grupo, ninguno de los reunidos cabe en esas descalificaciones.
Somos hombres y mujeres con honor y sentido de pertenencia, que a
pesar de las palizas y los maltratos, los encarcelamientos y las
detenciones arbitrarias, hemos elaborado un documento para hacerlo
llegar a las manos del presidente de la República. Sirvan estas
propuestas para el bienestar común y saneamiento social de la
Patria.
mal26755@gmail.com
En
la foto aparece la Dirección Universitaria de Lucha contra el
Racismo, integrada por el Dr. Fidel Castro Ruz, el Dr. Juan René
Betancourt Bencomo, Presidente de aquel Comité, el Comandante
Calixto Morales, que fue , Presidenta de la sección femenina, el Dr.
Aramís Taboada, quien fuera en aquel momento presidente de la
Escuela de Derecho, el Dr. Isidro Sosa, conocido líder agrario, el
Dr. Rolando Valdés Marín. También aparecen Sergio Lauret, la Dra.
Martha Berrayarra, y otros miembros de aquel movimiento.
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