miércoles, 14 de julio de 2010

EL ENVIADO

Por Manuel Aguirre Lavarrere
(Mackandal)

Cobarde ha de ser quien por temor no satisfaga la necesidad de su conciencia
José Martí

La recién finalizada Cumbre de Indígenas y Afrodescendientes celebrada en Otavalo, Ecuador, y auspiciada por el proyecto ALBA, deja al afrocubano la triste experiencia de continuar paria en su propia tierra debido al inmovilismo político, que representado esta vez por el vicepresidente Esteban Lazo, uno de los hombres confiables del régimen y militante activo de la línea dura del comunismo a la cubana. De la Cuba hacia fuera se habla de médicos internacionalistas y de operaciones milagros. De Cuba para adentro el negro sigue con las mismas carencias que tuvo antes y después del atraco de los comunistas al poder, con algún que otro tinte apaciguador que ante los ojos de los asistentes a la magna sita y otros dignatarios del mundo cree la sensación de un estado de justicia y equidad y poner distancia entre la ficción de lo que dice y la realidad que se vive en la Isla.
La credibilidad de un gobierno está cuando las esperanzas, ansias de justicia y opinión ciudadana están por encima de los intereses gubernamentales. Y estos conceptos sólo emanan de la sociedad civil con sus múltiples formas y pensamiento ideológico. Ante el desamor por la opinión diferente y las constantes violaciones a los más elementales derechos de la ciudadanía. Frente a la indiferencia por el mejoramiento de la vida, dígase Cuba hacia adentro, la intervención del representante cubano a la sita de Otavalo debe despertar la sospecha cuando es evidente que los móviles que barajan la esencia y los conceptos básicos para el cuajo definitivo de una sociedad feliz y en paz consigo misma, están trocados.
Del acoso y detenciones que durante dos días sufrió la Primera Asamblea Independiente de los Afrodescendientes Cubanos, del fallecido opositor Orlando Zapata Tamayo hace apenas unos meses, de la huelga de hambre que con hidalguía sostiene el escritor y periodista independiente Guillermo Fariñas, donde una madre está a punto de quedar viuda y una niña huérfana por la dignidad de su padre. De los tres jóvenes negros fusilados en el 2003 y del permanente y abusivo cacheo que sufren a diario los negros en Cuba por parte de la policía. Del aumento de la pobreza y la desnutrición dentro de la población negra cubana y de las golpizas en las prisiones, sólo podrían ser planteados por alguien que piense alto, sienta hondo, y hable claro, cualidades todas muy lejos de obtener en este o cualquiera que sea el enviado del régimen político cubano.
Jamás obtendrá el negro en Cuba la anuencia de su mejoramiento ciudadano ni vivirá en paz la sociedad cubana, mientras que tenga que respirar por los pulmones de una tuberculosa tiranía.

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