martes, 4 de septiembre de 2012

El negro en busca de la democracia en Cuba.




Por: Manuel Aguirre Lavarrere

(Mackandal)

Los afrocubanos tuvieron múltiples razones para no emigrar en los primeros momentos de la revolución castrista. Salían de una sociedad injusta y racista y creyeron ciegamente en la revolución y en un Fidel Castro que destilaba juventud y se vanagloriaba de su triunfo contra el gobierno de Fulgencio Batista, cuando todavía la ambición de poder y la obsesión de enfrentar a Estados Unidos no lo llevó a cometer los errores que sucedieron luego del primero de enero de 1959.

Veían los afrocubanos un resquicio por donde quizá pudieran encauzar sus aspiraciones tronchadas por siglos de abusos y exclusiones. No pensaron en otra cosa que no fuera el servicio a la patria y a una revolución que parecía justa cuando en un momento dio pasos positivos que engañaron a toda Cuba.

Pero eso fue el principio, solo el principio de lo que sería después la hecatombe para millones de cubanos y la apropiación arbitraria del poder y la patria misma, que llevaron a un sinnúmero de cubanos a vivir la amarga experiencia del exilio y cargar en sus vidas, salvo algunos pocos, el sentimiento culpable de no haber hecho nada para evitarlo.

Fue entonces cuando el afrocubano sintió la traición a la patria y el desapego por los ideales de Martí. Le impusieron una Constitución excluyente y dictatorial. Un hombre era el principio y el fin de la nación para abusar de su poder omnímodo y tratar con ínfulas esclavistas a sus siervos.

La lucha de negros y mestizos, tanto contra el racismo como a favor de la democracia en Cuba y su desapego hacia los políticos oficialistas, es una cuestión justa que el régimen cubano debe respetar.

Pretender silenciar a través de encarcelamientos y prácticas criminales a seres humanos que reclaman un espacio en el mosaico social de la nación, son actitudes nacidas de la soberbia y la impotencia política que solo regímenes totalitarios son capaces de poner en práctica bajo la miopía de sus vecinos y la inseguridad de una ciudadanía, que no porque se le oculte información y se le mienta debe dejar de buscar la verdad y el derecho a pensar libremente.

Cuba reclama un orden socio-político incluyente y democrático, raptado por un régimen que no beneficia a los cubanos, y mucho menos a los negros y mestizos.

Mientras falte la equidad y la transparencia política, los cubanos, tanto negros como blancos, tienen, más que el derecho, la obligación de luchar por su libertad en consonancia con las ansias de la nación. Urge un mitin de desagravio permanente al secuestro de la patria por un régimen, que aunque trate de aparentar humanismo, no puede ocultar su naturaleza criminal.

Publicado por Primavera Digital, agosto 22 de 2012, año5

www.primaveradigital.org

2 comentarios:

Simon-Jose dijo...

Hay cosas que deben publicarse completas. No todos los negros apoyaron a Castro desde el principio. Eso fue parejo entre blancos y negros.
Siempre me ha molestado el término de "afrocubanos". En Cuba solo hay cubanos de muchos colores y tonalidades.
Esos cubanos cuyos ascendientes fueron traídos de Africa como esclavos, llevaron la mayor parte a la hora de ganarse una patria, a machetazos, para todos nosotros; sus descendientes blancos, mestizos y negros.
Hay una operación castrista, de la cual no habla casi nadie (al parecer nadie quiere recordarla o no les conviene)que se desarrolló en los años 62 y 63.
FUE LA ORDEN SUPERIOR DE ROMPERLES EL PASAPORTE A LOS NEGROS QUE ESTABAN EN TRAMITES MIGRATORIOS PORQUE NO DEBIAN VENIR PARA ESTADOS UNIDOS "PORQUE AQUI LES ECHABAN LOS "PERROS".
Yo personalmente conozco negros a los cuales les sucedió. Y querían emigrar por rechazo al comunismo.

Un abrazo cubanísimo;
Simón José Martí Bolívar.

Anónimo dijo...

Discriminados hemos sido todos en Cuba. El castrismo ha discriminado a todos los cubanos.