martes, 4 de noviembre de 2014

Los males heredados y su continuida


Manuel Aguirre Labarrere
                   (Mackandal)
 No ha faltado una Constitución en Cuba que no haya echo alusión al problema discriminatorio en Cuba, todo lo cual demuestra una preocupación en aras de alcanzar una igualdad que no esté signada por las diferencias. Pero sin embargo, todo proyecto que se ha propuesto zanjar esta problemática, se ha visto mutilado por disímiles causas, tanto políticas como sociales.
La discriminación racial es un fenómeno que se ha arrastrado en Cuba hasta los tiempos actuales. No hace honor al anhelo martiano de una patria “con todos y para el bien de todos”, ni a su concepto plural de la igualdad, en aras de alcanzar, como el mismo dijera en carta a su fiel amigo Juan Gualberto Gómez, “toda la justicia”.
La revolución castrista heredó males y prejuicios que trató de resolver a conveniencia de sus políticas y en detrimento de la verdadera voluntad ciudadana.
Así, se anuló la Constitución de 1940, con la cual debía regirse la nación. Vino aquello de “¿elecciones para qué?”, y se vivió de espaldas a todo proyecto de Carta Magna y a expensas de los deseos de Fidel Castro.
La persistencia del racismo en Cuba es fruto también de estas amañadas decisiones, que colapsaron toda esperanza de una patria diferente, apegada a la idiosincrasia del cubano y a sus conceptos de lo nacional.
Ya no se le podía echar la culpa del fracaso integracionista cubano a los Estados Unidos, pero la cantaleta se amplificó hasta nuestros días. Involucran ahora a los antirracistas independientes, tildándolos de “mercenarios” y construyendo fábulas de riñas entre grupos luchadores contra el racismo y la discriminación. Toda una falacia para calar en el subconsciente de la ciudadanía, siempre con propósitos malsanos y cobardes.
Los desequilibrios sociales internos de la sociedad cubana a partir de la revolución castrista, sus modos de contención y la nula transparencia de los señalamientos de las causas de los errores, ayudaron a no visualizar el racismo existente.
En el año 2007, cifras oficiales indicaban que el mayor por ciento de presos en Cuba, eran blancos. Pero sin embargo, los negros y mulatos llevaban el mayor peso condenatorio por delitos iguales o similares a los cometidos por blancos, lo que demuestra que el racismo contra este grupo étnico, está ejercido tanto por las esferas particulares como en aquellas oficiales.
En los tribunales, negros y mulatos son juzgados en su gran mayoría por jueces y fiscales blancos. Muchos de ellos están educados bajo una  tradición racista y segregacionista que comienza en el hogar y tiene reafirmaciones en las aulas, donde muchos maestros prejuiciosos no valorizan igual a los alumnos, porque en sus genes sigue como premisa la diferenciación por el color de la piel.
El papel del Estado sigue los mismos patrones tradicionales que se acomodan de forma palpable en la implementación de medidas y la elección de miembros en las políticas públicas. Todo esto contribuye al deterioro psíquico del hombre negro, a quien el bienestar le resulta inalcanzable.
En Cuba, el racismo cuenta con la anuencia del Estado, que es su emisor fundamental.

Para Cuba actualidad: mal26755@gmail.com

1 comentario:

chevy59 dijo...

Lleva Ud mucha razón.Una cosa le digo,el racismo dentro de la "nación ccubana" no sólo puede reducirse al espacio demarcado dentro de la dictadura insular,pues va mucho más allá.Es proverbial el odio (ya no racismo,odio) al negro que se puede encontrar en muchos cubanoamericanos sobretodo de las más viejas generaciones de emigrados a lo que se ha dado en llamar "exilio cubano".Tienen un odio áspero y filoso contra los afroamericanos,a quienes siempre retratan como zombies bebiendo y drogándose en sus barrios,en contraposición a ellos,"quienes construyeron Miami",como si no existieran miles de afroamericanos exitosos.Ni hablar del asco que sienten por los haitianos.Mucho de eso lo he experimentado yo en el Facebook.Han sido muchas las experiencias en las cuales he observado el racismo entre los cubanos del exilio quienes,además se sinceran en sus puntos de vista,casi seguros de que su interlocutor no es un negro (la emigración a USA es fudamentalmente blanca,o de blancos).Uno de esos expecímenes rencorosos llegó a decirme en un estallido de odio,sólo por querer ofender,que había ido a África con el ejército a matar negros.La razón de su enojo y de su frustración?;muy fácil:le recordé que los causantes de su desgracia como emigrante,de los balseros,de los fusilamientos y de tantans penuarias eran los integrantes de una familia de blancos:los Castro Ruz,y le sugerí que disfrutara de su suerte entonces,dado que el mismo es blanco como ellos.Frente a esta realidad,cuando uno les dice eso,ellos desaparecen.