,
Manuel
Aguirre Labarrere
(Mackandal)
Lo
negro no es una categoría que pueda pensarse estática, homogénea,
en tiempo lineal. Nuestras dolorosas historias como afrodescendientes
han estado englobadas dentro de procesos complejos de poder y
exclusión. En un juego de differance. Constantemente
desestabilizadas por los que excluyen
Si bien el modelo que diseñó
Martí para Cuba no se adscribe al de los Estados Unidos, no es menos
cierto que fue en este país donde tuvo la oportunidad de beber gran
parte de su saber político.
Martí
admiró con entusiasmo la Constitución del país norteño, que daba
muestras de verdadera democracia en cuanto a los derechos del ser
humano.
Sus
experiencias en México, Guatemala y Venezuela lo obligaron a
abandonar estos países y a tener una mejor visión de lo negativo
que serían para Cuba modelos tan contradictorios y aislados de los
verdaderos conceptos de patria y humanidad.
Lo
fundamental en Martí es su concepto de la inclusión social y un
sentido de pertenencia que abarcara a todos los estratos sociales de
la nación, sin caer en caciquismos políticos y mucho menos en el
totalitarismo y la politiquería, lo que para desgracia de los
cubanos ha sucedido desde que el castrismo le echó manos a los
destinos de la patria.
Los
cubanos se han quedado sin un proyecto de nación justo y equitativo
aunque el régimen trate mediante sus inagotables mecanismos de
propaganda de hacer creer al mundo lo contrario.
Para
Cuba, el único modelo asequible sería retomar ese que soñó Martí.
Hasta
que ese proyecto no sea puesto en la práctica no se sabrá si es o
no viable. El del Apóstol jamás ha sido tenido en cuenta para los
destinos políticos y sociales de la nación. En ningún momento,
bajo ninguno de los gobiernos que ha tenido Cuba.
Tanto
en su letra como en el espíritu de sus conceptos, el proyecto de
nación martiano sería “con
todos y para el bien de todos”,
como dijo en el discurso pronunciado en el Liceo de Tampa, el 26 de
noviembre de 1891, ante una concurrencia de emigrados cubanos.
Clamaba
Martí entonces por lo que los cubanos no hemos conseguido a
cabalidad para poner fin al abuso y las restricciones políticas que
el castrismo impone a la población cubana.
Martí
buscaba la unidad de todos los cubanos, negros y blancos, en aras de
la democracia y su fórmula del amor triunfante. Y advertía de no
coger a la patria para fines personales o de intereses creados.
Decía:
“De
altar se ha de tomar a Cuba para ofrendarle nuestra vida, y no de
pedestal para levantarnos sobre ella.”
Martí
quería “una Patria con todos y para el bien de todos”; no para
el bien de algunos.
Para
Cuba
actualidad:
mal26755@gmail.com
1 comentario:
Hola,
felicidades por su Blog el cual me alegro mucho de haberlo encontrado.
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