martes, 18 de septiembre de 2012

Declaration of the Movement of Racial Integration Juan Gualberto Gómez (MIR)


The commitment of the Movement of Racial Integration Juan Gualberto Gómez, in the fight against the racism and the social exclusion, is not more than the historical continuity of the yearning martiano, of building a homeland that above the differences for the color of the skin and ideological positions, contribute to the annihilation of this shameful national stigma and for the one that you/they have fought so much black as white of good will and patriotism that alone they yearned the racial and social justness of the nation.

This fight has not been easy. Since in May of the 2000 and in having felt homage to the massacre of the Independent ones of Color in 1912, a group of Cuban of all the races founded this Movement, the incessant pursuits and threats on the part of the régime he/she has not given him a minute of serenity and each member runs the risk of being imprisoned to claim his rights as citizens.

Many of us have felt the racism in flesh and blood. Many of us have been expelled in arbitrary way of our labor and private centers of the so necessary economic sustenance to oppose us from a colateral way to the discrimination and partisan xenophobia of those that at this time show the reins of the totalitarian power in Cuba.

Nevertheless, and above fears, imprisonments and threats, today we feel proud and we can say that we are here that have carried out an independent Congress to debate in a peaceful way this problem and whose seventeen approved agreements were given with civic representation in the corresponding instance.

It doesn't care if they were engavetados, it doesn't care if they give him or non pursuit to that outlined consciously and putting into our practice right of civic diplomacy. We know that this régime impedes and it always blocks all that doesn't agree to its political interests, and in desfachatada violation to the civic rights. But we feel proud, lively and willing to continue giving the battle for our rights of free men, our rights as Cuban and I don't eat mere pack of slaves salaried, sultry category to which has taken us a facto régime whose populational sympathy decays to song.

You attended us the right and the reason, you attended us the morals and the historical legacy of knowing us it bases fundamental in the emergence of the national conformation and their culture, the one which anything or very little it would be without the African component that sustains it and of the one that is constantly nurtured.

Any government neither political consortium will be able to tunnel our will of bequeathing to the new generations of Cubans a truly inclusive homeland and martiana, where the color of the skin is not more than a mere genetic accident, without it implies it a social accident for the right of the opportunities, and where all, black white and mestizo, women and men, we can cohabit and retroalimentarnos mutually without differences neither social exclusions. And that only the talent, the will and the longings of personal realization mark the difference.

We claim of the government freedom to advance without obstacle in this fight, of the one that, of being a fair government it would feel proud that men and women without political filiation neither partisan commitment some, have had the anger of summoning peacefully to the official institutions, and that a mass anything worthless of Cuban and Cubans are receiving of our call, of which many of them have requested their membrecía in our Movement and other they encourage us to continue ahead.

We claim of the government via free to take a National Crusade ahead against the Racism and the exclusion in Cuba, proposal that it already counts with numerous sympathetic at level national and several dozens of activist enthusiasts at international level, what we can demonstrate without any problem.

¡Make you justice and we will win all!

Movement of Racial Integration Juan Gualberto Gómez.

Havana, September 12 the 2012.



Declaración del Movimiento de Integración Racial Juan Gualberto Gómez (MIR)

El compromiso del Movimiento de Integración Racial Juan Gualberto Gómez, en la lucha contra el racismo y la exclusión social ,no es más que la continuidad histórica del anhelo martiano, de construir una patria que por encima de las diferencias por el color de la piel y posiciones ideológicas, contribuya al aniquilamiento de este vergonzoso estigma nacional y por el que han luchado tanto negros como blancos de buena voluntad y patriotismo, que solo anhelaban la equidad racial y social de la nación.

Esta lucha no ha sido fácil. Desde que en mayo del 2000 y en sentido homenaje a la masacre de los Independientes de Color en 1912, un grupo de cubanos de todas las razas fundaron este Movimiento, los incesantes acosos y amenazas por parte del régimen no le ha dado un minuto de sosiego y cada miembro corre el riesgo de ser encarcelado por reclamar sus derechos como ciudadanos.

Muchos de nosotros hemos sentido el racismo en carne propia. Muchos de nosotros hemos sido expulsados de forma arbitraria de nuestros centros laborales y privados del tan necesario sustento económico por oponernos de forma colateral a la discriminación y xenofobia partidista de los que en este momento ostentan las riendas del poder totalitario en Cuba.

No obstante, y por encima de miedos, encarcelamientos y amenazas, hoy nos sentimos orgullosos y podemos decir que estamos aquí, que hemos realizado un Congreso independiente para debatir de forma pacífica esta problemática y cuyos diecisiete acuerdos aprobados fueron entregados con representación ciudadana en la instancia correspondiente.

No importa si fueron engavetados, no importa si le dan o no seguimiento a lo planteado conscientemente y poniendo en práctica nuestro derecho de diplomacia ciudadana. Sabemos que este régimen impide y obstaculiza todo lo que no se avenga a sus intereses políticos, siempre y en desfachatada violación a los derechos ciudadanos. Pero nos sentimos orgullosos, animados y dispuestos a seguir dando la batalla por nuestros derechos de hombres libres, nuestros derechos como cubanos y no como mera recua de esclavos asalariados, bochornosa categoría a la que nos ha llevado un régimen de facto, cuya simpatía poblacional decae a canto.

Nos asiste el derecho y la razón, nos asiste la moral y el legado histórico de sabernos base fundamental en el surgimiento de la conformación nacional y su cultura, la cual nada o muy poco sería sin el componente africano que la sustenta y de la que se nutre constantemente.

Ningún gobierno ni consorcio político podrá socavar nuestra voluntad de legarle a las nuevas generaciones de cubanos una patria verdaderamente inclusiva y martiana, donde el color de la piel no sea más que un mero accidente genético, sin que ello implique un accidente social para el derecho de las oportunidades, y donde todos, negros blancos y mestizos, mujeres y hombres, podamos convivir y retroalimentarnos mutuamente sin diferencias ni exclusiones sociales. Y que sólo el talento, la voluntad y las ansias de realización personal marquen la diferencia.

Reclamamos del gobierno libertad para avanzar sin obstáculo en esta lucha, de la que, de ser un gobierno justo se sentiría orgulloso de que hombres y mujeres sin filiación política ni compromiso partidista alguno, hayan tenido el coraje de emplazar pacíficamente a las instituciones oficialistas, y que una masa nada despreciable de cubanas y cubanos sean receptores de nuestro llamado, de los cuales muchos de ellos han pedido su membrecía en nuestro Movimiento y otros nos animan a seguir adelante.

Reclamamos del gobierno vía libre para llevar adelante una Cruzada Nacional contra el Racismo y la exclusión en Cuba, propuesta que ya cuenta con numerosos simpatizantes a nivel nacional y varias decenas de entusiastas activistas a nivel internacional, lo que podemos demostrar sin ningún problema.

¡Hágase justicia y ganaremos todos!

Movimiento de Integración Racial Juan Gualberto Gómez.

La Habana, 12 de septiembre del 2012.



Educación y violencia sexcual.

Por: Manuel Aguirre Lavarrere


           (Mackandal)


La contracción que ha tenido la educación en Cuba en los últimos años no ha sido precisamente por la falta de recursos materiales, que si bien escasean bastante, no son el obstáculo principal para ofrecer una educación de calidad.

No hay problema material que no pueda ser resuelto, como la estimulación salarial a profesores plenamente calificados para colocarlos frente a un aula.

Justamente, debido a la falta de estímulos, muchos profesores de probada formación académica y profesional optaron por trabajar en el turismo u otras áreas de mejor rentabilidad económica.

El régimen se ha visto en la necesidad de poner el futuro intelectual de la nación en los maestros emergentes, que son alumnos captados en las secundarias y preuniversitarios a quienes colocan, con un bajísimo sueldo, en las escuelas primarias, secundarias y en preuniversitarios.

Esto ha traído como consecuencia la ya nada invisible depravación sexual en las escuelas. Algunos de estos profesores han abusado de sus alumnas. Se sabe de casos en que les exigen levantarse la saya con el pretexto de ver si tienen debajo el short para la educación física. Otros han presionado a sus alumnas para que tengan sexo con ellos.

Hace varios días en el politécnico del Cayo de la Rosa, en el municipio de Bauta, localidad que ahora pertenece a la provincia de Artemisa, a pocos kilómetros de la capital del país, donde se estudia la carrera de informática y comunicaciones, dos alumnas declararon haber sido violadas por sus profesores.

La violación deja profundas huellas en las víctimas, que nunca salen recuperadas totalmente. Repercute en las familias, pero también en el barrio y la sociedad: las personas quedan en vilo porque su hija o hijo pudiera ser la próxima víctima.

Si malo es el excesivo conocimiento de un fenómeno que puede afectar a las personas, como es el caso de la droga, por ejemplo, mucho peor es el desconocimiento: al no existir los mecanismos de defensa se puede caer fácilmente en esta dependencia.

Igual sucede con el sexo. Es necesaria una educación sexual plena y constante donde los jóvenes y adolescentes tengan un amplio conocimiento y darles rienda suelta, tanto a hembras como a varones, para que hablen y denuncien cualquier atropello, ya sea hacia él o hacia cualquier otro. Pero para ello se necesitan profesores de un rigor profesional confiable y de una moral a toda prueba, que sean capaces, tanto como los padres, de conducir al alumno por un camino de vergüenza y decoro, a fin de sanear a la sociedad.

No sería justo culpar al gobierno de los abusos cometidos en cada centro de trabajo o escuela. Pero si es de su total responsabilidad la educación, que en Cuba depende totalmente del estado.

Hay que saber escoger mejor al personal que se pone frente a un alumnado.

Aunque fue racista, si algo bueno nos dejó el educador José de la Luz y Caballero, fue su sentencia: “Enseñar puede cualquiera, educar sólo quien sea un evangelio vivo.” Es precisamente ese evangelista de la educación el que hace falta en las aulas cubanas.



Publicado por Primavera Digital, septiembre 6 de 2012, año 5

Para un pueblo envejecido, un hospital pediátrico




Manuel Aguirre Lavarrere

(Mackandal)



Guanajay vive por estos meses una crítica situación de salud al verse privado de su único hospital, emblema de ese pueblo, que por más de dos siglos brindó una esmerada atención a los pacientes.

Fundado en la entonces calle San Rafael en 1810, fue trasladado en 1892 para el cuartel San Carlos de la Concordia, cuyo terreno fue donado por don Miguel Antonio de Herrera, Conde de Jibacoa, autorizado por el capitán general y gobernador Don José de Muro y Salazar, Marqués de Someruelos, quien quedó como vicepatrono de la edificación.

En 1953, la entonces primera dama de la República, Martha Fernández de Batista, mandó a construir un nuevo hospital sobre dicho terreno.

La nueva división político-administrativa dio por resultado la creación de dos nuevas provincias. En una de ellas, Artemisa, quedó enclavado el municipio de Guanajay. Sin infraestructura alguna, Artemisa fue convertida de golpe y porrazo en cabecera de provincia. Quizás fue para satisfacer al comandante de la revolución Ramiro Valdés -a pesar de que hace muchos años que no vive en el municipio ni él ni su familia- y convertirlo en una especie de reyezuelo gracias a los artemiseños muertos en el asalto al cuartel Moncada, cuyos nombres es lo único que puede exhibir Artemisa.

La incorporación a Artemisa es un hecho criticado por los habitantes de pueblos como Bauta, cuya población reniega de lo que para ellos significa un atraso económico y una usurpación al sentido de pertenencia, además de un saqueo permanente llevado a cabo por la cabecera provincial.

No son pocos los especialistas de la salud y ciudadanos que han criticado esta forma de apropiación forzosa.

El hospital “José Ramón Martínez”, tenía salas de pediatría que conjuntamente con las del resto de las especialidades, daban un servicio completo, tanto a los pobladores de Guanajay como a los de los pueblos adyacentes.

Hoy pretenden construir un hospital pediátrico y se ve afectada una comunidad que posee uno de los mayores índices de ancianidad a nivel nacional.

La mala política y principalmente la envidia y el afán de quitarle al otro lo que tiene, hizo que el hospital “José Ramón Martínez”, al igual

que el teatro “Vicente Mora”, el segundo de su tipo en América, convertido hasta hace poco en almacén de papas, sean hoy parte de las ruinas del destartalado y mísero Guanajay.

Ahora los pacientes de este pueblo, privados de solvencia económica, se exponen a morir en sus casas o en camino a algún centro hospitalario, porque ninguno les queda cerca. La mayoría de las personas no tienen el dinero necesario para trasladarse hasta San Cristóbal, a más de 40 kilómetros, en carros particulares, únicos medios de transporte de pasajeros, por la constante y aguda penuria de ómnibus desde hace más de quince años en este territorio. Los pocos ómnibus que han puesto no resuelven ni la mínima parte de la situación.

Para un país como Cuba que dentro de breves años, será, si no el primero, uno de los países con mayor porciento de ancianos en América Latina, donde el dengue y el cólera han brotado de manera sorpresiva y bajo el amparo de un sistema que se precia de ser potencia médica a pesar de que muchos de sus mejores especialistas se encuentran en cualquier parte menos en Cuba, la burocracia comunista priva a un municipio de su hospital.

La decisión ha provocado el sobresalto y la indignación ciudadana. Los pobladores de Guanajay, Bauta y Caimito, con los cuales no se contó para adherirlos a la provincia Artemisa ni para el desmantelamiento del hospital, exigen de las autoridades la devolución de este centro hospitalario, más necesario hoy que nunca antes debido a la parálisis casi total del transporte público y al aumento progresivo de ancianos en la localidad.

Cualquier respuesta negativa que se aplique, será contra la voluntad ciudadana, para imponer una vez más, frente a la fuerza de la razón, la razón de la fuerza. Eso solo acarreará el rechazo de la población hacia unos dirigentes, que se habrán ganado, con sobrada justicia, el calificativo de cabrones. Porque de apropiaciones arbitrarias y otras malas intenciones, está lleno el tenebroso camino que conduce al socialismo.



Publicado por Primavera Digital, agosto 29 de 2012 • año 5

Declaración del Movimiento de Integración Racial Juan Gualberto Gómez.




El compromiso del Movimiento de Integración Racial Juan Gualberto Gómez en la lucha contra el racismo y la exclusión social ,no es más que la continuidad histórica del anhelo martiano, de construir una patria que por encima de las diferencias por el color de la piel y posiciones ideológicas, contribuya al aniquilamiento de este vergonzoso estigma nacional y por el que han luchado tanto negros como blancos de buena voluntad y patriotismo, que solo anhelaban la equidad racial y social de la nación.

Esta lucha no ha sido fácil. Desde que en mayo del 2000 y en sentido homenaje a la masacre de los Independientes de Color en 1912, un grupo de cubanos de todas las razas fundaron este Movimiento, el incesante acoso y amenazas por parte del régimen no le ha dado un minuto de sosiego y cada miembro corre el riesgo de ser encarcelado por reclamar sus derechos como ciudadanos.

Muchos de nosotros hemos sentido el racismo en carne propia. Muchos de nosotros hemos sido expulsados de forma arbitraria de nuestros centros laborales y privados del tan necesario sustento económico por oponernos de forma colateral a la discriminación y xenofobia partidista de los que en este momento ostentan las riendas del poder totalitario en Cuba.

No obstante y por encima de miedos, encarcelamientos y amenazas, hoy nos sentimos orgullosos y podemos decir que estamos aquí, que hemos realizado un Congreso independiente para debatir de forma pacífica esta problemática y cuyos diecisiete acuerdos aprobados fueron entregados de forma ciudadana en la instancia correspondiente.

No importa si fueron engavetados, no importa si le dan o no seguimiento a lo planteado de forma consciente y poniendo en práctica nuestro derecho de diplomacia ciudadana. Sabemos que este régimen impide y obstaculiza todo lo que no se avenga a sus intereses políticos, siempre y en desfachatada violación a los derechos ciudadanos. Pero nos sentimos orgullosos, animados y dispuestos a seguir dando la batalla por nuestros derechos de hombres libres, nuestros derechos como cubanos y no como mera recua de esclavos asalariados, bochornosa categoría a la que nos ha llevado un régimen de facto, cuya simpatía poblacional decae a canto.

Nos asiste el derecho y la razón, nos asiste la moral y el legado histórico de sabernos base fundamental en el surgimiento de la conformación nacional y su cultura, la cual nada o muy poco sería sin el componente africano que la sustenta y de la que se nutre constantemente.

Ningún gobierno ni consorcio político podrá socavar nuestra voluntad de legarle a las nuevas generaciones de cubanos una patria verdaderamente inclusiva y martiana, donde el color de la piel no sea más que un mero accidente genético, sin que ello sea un accidente social para el derecho de las oportunidades, y donde todos, negros blancos y mestizos, mujeres y hombres, podamos convivir y retroalimentarnos mutuamente sin diferencias ni exclusiones sociales. Y que solo el talento, la voluntad y las ansias de realización personal marquen la diferencia.

Reclamamos del gobierno libertad para avanzar sin obstáculo en esta lucha, de la que, de ser un gobierno justo se sentiría orgulloso de que hombres y mujeres sin filiación política ni compromiso partidista alguno, hayan tenido el coraje de emplazar pacíficamente a las instituciones oficialistas, y que una masa nada despreciable de cubanas y cubanos sean receptores de nuestro llamado, de los cuales muchos de ellos han pedido su membrecía en nuestro Movimiento y otros nos animan a seguir adelante.

Reclamamos del gobierno vía libre para llevar adelante una Cruzada Nacional contra el Racismo y la exclusión en Cuba, propuesta que ya cuenta con numerosos simpatizantes a nivel nacional y varias decenas de entusiastas activistas a nivel internacional, lo que podemos demostrar sin ningún problema.

¡Hágase justicia y ganaremos todos!

Movimiento de Integración Racial Juan Gualberto Gómez.

La Habana, 12 de septiembre del 2012.



jueves, 13 de septiembre de 2012

Para un pueblo envejecido, un hospital pediátrico

Por: Manuel Aguirre Lavarrere


           (Mackandal)

Guanajay vive por estos meses una crítica situación de salud al verse privado de su único hospital, emblema de ese pueblo, que por más de dos siglos brindó una esmerada atención a los pacientes.


Fundado en la entonces calle San Rafael en 1810, fue trasladado en 1892 para el cuartel San Carlos de la Concordia, cuyo terreno fue donado por don Miguel Antonio de Herrera, Conde de Jibacoa, autorizado por el capitán general y gobernador Don José de Muro y Salazar, Marqués de Someruelos, quien quedó como vicepatrono de la edificación.

En 1953, la entonces primera dama de la República, Martha Fernández de Batista, mandó a construir un nuevo hospital sobre dicho terreno.

La nueva división político-administrativa dio por resultado la creación de dos nuevas provincias. En una de ellas, Artemisa, quedó enclavado el municipio de Guanajay. Sin infraestructura alguna, Artemisa fue convertida de golpe y porrazo en cabecera de provincia. Quizás fue para satisfacer al comandante de la revolución Ramiro Valdés -a pesar de que hace muchos años que no vive en el municipio ni él ni su familia- y convertirlo en una especie de reyezuelo gracias a los artemiseños muertos en el asalto al cuartel Moncada, cuyos nombres es lo único que puede exhibir Artemisa.

La incorporación a Artemisa es un hecho criticado por los habitantes de pueblos como Bauta, cuya población reniega de lo que para ellos significa un atraso económico y una usurpación al sentido de pertenencia, además de un saqueo permanente llevado a cabo por la cabecera provincial.

No son pocos los especialistas de la salud y ciudadanos que han criticado esta forma de apropiación forzosa.

El hospital “José Ramón Martínez”, tenía salas de pediatría que conjuntamente con las del resto de las especialidades, daban un servicio completo, tanto a los pobladores de Guanajay como a los de los pueblos adyacentes.

Hoy pretenden construir un hospital pediátrico y se ve afectada una comunidad que posee uno de los mayores índices de ancianidad a nivel nacional.

La mala política y principalmente la envidia y el afán de quitarle al otro lo que tiene, hizo que el hospital “José Ramón Martínez”, al igual

que el teatro “Vicente Mora”, el segundo de su tipo en América, convertido hasta hace poco en almacén de papas, sean hoy parte de las ruinas del destartalado y mísero Guanajay.

Ahora los pacientes de este pueblo, privados de solvencia económica, se exponen a morir en sus casas o en camino a algún centro hospitalario, porque ninguno les queda cerca. La mayoría de las personas no tienen el dinero necesario para trasladarse hasta San Cristóbal, a más de 40 kilómetros, en carros particulares, únicos medios de transporte de pasajeros, por la constante y aguda penuria de ómnibus desde hace más de quince años en este territorio. Los pocos ómnibus que han puesto no resuelven ni la mínima parte de la situación.

Para un país como Cuba que dentro de breves años, será, si no el primero, uno de los países con mayor porciento de ancianos en América Latina, donde el dengue y el cólera han brotado de manera sorpresiva y bajo el amparo de un sistema que se precia de ser potencia médica a pesar de que muchos de sus mejores especialistas se encuentran en cualquier parte menos en Cuba, la burocracia comunista priva a un municipio de su hospital.

La decisión ha provocado el sobresalto y la indignación ciudadana. Los pobladores de Guanajay, Bauta y Caimito, con los cuales no se contó para adherirlos a la provincia Artemisa ni para el desmantelamiento del hospital, exigen de las autoridades la devolución de este centro hospitalario, más necesario hoy que nunca antes debido a la parálisis casi total del transporte público y al aumento progresivo de ancianos en la localidad.

Cualquier respuesta negativa que se aplique, será contra la voluntad ciudadana, para imponer una vez más, frente a la fuerza de la razón, la razón de la fuerza. Eso solo acarreará el rechazo de la población hacia unos dirigentes, que se habrán ganado, con sobrada justicia, el calificativo de cabrones. Porque de apropiaciones arbitrarias y otras malas intenciones, está lleno el tenebroso camino que conduce al socialismo.

Publicado por Primavera Digital, agosto 29 de 2012 • año 5

martes, 4 de septiembre de 2012

El negro en busca de la democracia en Cuba.




Por: Manuel Aguirre Lavarrere

(Mackandal)

Los afrocubanos tuvieron múltiples razones para no emigrar en los primeros momentos de la revolución castrista. Salían de una sociedad injusta y racista y creyeron ciegamente en la revolución y en un Fidel Castro que destilaba juventud y se vanagloriaba de su triunfo contra el gobierno de Fulgencio Batista, cuando todavía la ambición de poder y la obsesión de enfrentar a Estados Unidos no lo llevó a cometer los errores que sucedieron luego del primero de enero de 1959.

Veían los afrocubanos un resquicio por donde quizá pudieran encauzar sus aspiraciones tronchadas por siglos de abusos y exclusiones. No pensaron en otra cosa que no fuera el servicio a la patria y a una revolución que parecía justa cuando en un momento dio pasos positivos que engañaron a toda Cuba.

Pero eso fue el principio, solo el principio de lo que sería después la hecatombe para millones de cubanos y la apropiación arbitraria del poder y la patria misma, que llevaron a un sinnúmero de cubanos a vivir la amarga experiencia del exilio y cargar en sus vidas, salvo algunos pocos, el sentimiento culpable de no haber hecho nada para evitarlo.

Fue entonces cuando el afrocubano sintió la traición a la patria y el desapego por los ideales de Martí. Le impusieron una Constitución excluyente y dictatorial. Un hombre era el principio y el fin de la nación para abusar de su poder omnímodo y tratar con ínfulas esclavistas a sus siervos.

La lucha de negros y mestizos, tanto contra el racismo como a favor de la democracia en Cuba y su desapego hacia los políticos oficialistas, es una cuestión justa que el régimen cubano debe respetar.

Pretender silenciar a través de encarcelamientos y prácticas criminales a seres humanos que reclaman un espacio en el mosaico social de la nación, son actitudes nacidas de la soberbia y la impotencia política que solo regímenes totalitarios son capaces de poner en práctica bajo la miopía de sus vecinos y la inseguridad de una ciudadanía, que no porque se le oculte información y se le mienta debe dejar de buscar la verdad y el derecho a pensar libremente.

Cuba reclama un orden socio-político incluyente y democrático, raptado por un régimen que no beneficia a los cubanos, y mucho menos a los negros y mestizos.

Mientras falte la equidad y la transparencia política, los cubanos, tanto negros como blancos, tienen, más que el derecho, la obligación de luchar por su libertad en consonancia con las ansias de la nación. Urge un mitin de desagravio permanente al secuestro de la patria por un régimen, que aunque trate de aparentar humanismo, no puede ocultar su naturaleza criminal.

Publicado por Primavera Digital, agosto 22 de 2012, año5

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