martes, 9 de agosto de 2011

Lo pide la Patria y la vergüenza,

Manuel Aguirre Lavarrere
(Mackandal)
La revolución cubana, afianzada en su arsenal militar, una Constitución sectaria y excluyente, la sumisión ciudadana y un interminable derecho de mandato único, ha revertido los valores patrios.
La identidad nacional está hoy más perdida que nunca. No hablo aquí del congrí y la yuca con mojo, de la malarrabia ni del puerco asado. Hablo de algo más importante y a la vez muy inquietante. Hablo del concepto de nación y del sentido de pertenencia, que el actual régimen jamás ha respetado, a no ser cuando se trata de su propio provecho.

El gobierno cubano, autoproclamado garante de los derechos del pueblo y a la vez saqueador insigne de la economía y el bienestar ciudadano, lleva por defecto el rechazo al negro y el irrespeto a este segmento del la población, educada y capaz, pero sin derechos reales.

Es un sistema cada vez más parecido a un régimen feudal que a una sociedad moderna, con una economía destrozada y dilapidada en hacer propaganda política alrededor del mundo, viajes sin rendición de cuentas al pueblo, pertrechos militares y lujos y privilegios para un selecto grupo elitista, antidemocrático y racista. Algo muy serio y que en democracia tendrían que justificar ante el pueblo. Pero en Cuba esta elite campea como perro por su casa, con una mafia militarizada y unipartidista, que supera en mucho a la Cosa Nostra.

¿Dónde queda el presente y futuro del negro en Cuba?

Por todo ello es necesario un referéndum constitucional inclusivo, que el pueblo merece y Cuba necesita. Una convocatoria que plasme dignamente la esencia y los anhelos de nuestro José Martí, donde los elementos ideológicos no tengan cabida alguna; así lo quiso el apóstol, así lo definió y dejó claro, muy claro, él que vivió y murió con el temor de que Cuba, su patria, se convirtiera en lo que desgraciadamente se convirtió por obra y desgracia de una satánica frase: ¿Elecciones para qué?

Necesitamos vergüenza, dignidad y orgullo, muestras de amor a la Patria y al legado histórico de los padres fundadores. La emancipación de Cuba es precisa para que blancos, negros y mestizos, vivamos con decoro en la patria que no nos legó la cizaña de una revolución del muerde y huye, sino la que nos legaron los verdaderos próceres y padres de la nación cubana. Y para eso, no necesitamos de caudillos mentirosos y manigüiteros del erario nacional.
Publicado por APLP, 2011/08/04www.primaveradigital.org

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