miércoles, 9 de septiembre de 2009

QUE SE AVERGUENCE EL AMO

MANUEL AGUIRRE LAVARRERE
(MACKANDAL)
Sin igualdad verdadera entre todos los cubanos,
República y Revolución serían una mentira funesta.
Salvador García Agüero
La independencia lograda por la revolución si bien es cierto que permitía nuevos mecanismos de progreso para el afro descendiente cubano, ello no modificó la esencia del racismo al no ahondar en las raíces del problema ni sentirse, como revolución misma parte del problema racial cubano. Los abusos y preteridad en la que vive la mayor parte de la población negra de Cuba es el termómetro adecuado para medir, a ciencia cierta, la fiebre y los grados de exclusión en que se encuentra sumido.
No se habló más del tema, era, como otros muchos tabúes como si se hablara mal de la revolución y se silenció el tema, se enmascaró de tal forma que daba la impresión del que el problema racial había llegado a su fase terminal.
Pero como a veces sucede en pacientes que, desahuciados por los médicos y que pasado un tiempo vuelven, tocados por la santísima trinidad, a formar parte de la vida vigorosos y espléndidos, así cabalga el racismo en la Cuba de este minuto.
Muchas de las nuevas medidas que ha emitido el régimen tienden a dar facilidades y privilegios al capital extranjero en detrimento del bienestar de la ciudadanía que no ve más que promesas en todo lo que se emprende para paliar la deteriorada situación poblacional. Y es aquí cuando se inicia, se propaga y tolera la extensión o intensificación del capital foráneo antes tenido como destructor de ideología y convicciones patrias.
Este fenómeno trajo como consecuencia la agudización y exclusión del negro bajo pretextos de cualquier justificante. .Ahora el negro no es apto para trabajar la alta cocina del hotel Habana Libre. Ahora el negro no reúne las condiciones físicas y mentales para manejar un taxi. Ahora el negro, como antes, sigue siendo negro que es ya palabra bastante peyorativa que llama al odio y al miedo al negro. Y más que aun insita a no dejarlo pasar, al castigo duro ya sea mediante frases hirientes o cuentos con pespuntes racistas que van de la opinión singular para convertirse en aceptación plural y símbolo de verdad imbatible.

Si, es cierto, en la esfera del turismo hay muchos prejuicios raciales. Desde hace un año, aproximadamente, yo trabajo allí y sé que hay mucho racismo. En mi corporación, por ejemplo, de un total de 500 obreros apenas hay cinco negros…No existe una política expresa que plantee que hay que ser blanco para trabajar en turismo, pero sí está establecido que hay que tener un porte y un aspecto agradable y los negros no lo tienen…En la tienda de modas más elegante de la ciudad, La Maisson, todos los trabajadores son blancos, de las 14 modelos una sola es mulata. En turismo son tan raras las mujeres negras, que cuando aparece alguna, la gente siempre comenta que debe estarse acostando con un jefe importante. Los pocos negros que hay realizan siempre labores duras, como camioneros o en los grandes almacenes cargando mercancías; pero nunca teniendo que ver con los turistas, ni siquiera hay negros en labores de limpieza. Todo el personal que trabaja para el turismo es blanco. Conozco una negra fea que me contó su experiencia cuando quiso trabajar en turismo. Ella es licenciada en Economía y especialista en Computación, habla inglés, francés y alemán. Se presentó a la entrevista muy bien vestida, aunque ella misma me confesó que todo era prestado. Pues bien, fue algo muy desagradable, por en definitiva no la aceptaron, pero tampoco le dieron un motivo especifico…la persona que la entrevistó no sabía cómo conducir la situación, porque no podía decirle “no te aceptamos por negra”…yo pienso que debía haberse tenido en cuenta sus conocimientos; en definitiva, en turismo trabajan algunas blancas que también son feas, aunque sean blancas. Hace unos días, un representante de una corporación de turismo dijo en público que él no quiere negros en su corporación, porque “el negro nunca termina lo que empieza”
Cualquier ingenuo podría pensar que lo expuesto anteriormente por una mujer de piel blanca y gerente de una corporación de turismo constituye sólo un caso aislado en el entramado étnico de la sociedad cubana. Y nada más lejos de la verdad y el despiste. Casos como este juegan un papel protagónico en el día a día de la población cubana favorecido por disímiles circunstancias. El negro que más negro sea es menos negro que el silencio cómplice y calladas por respuestas del régimen respecto a un fenómeno que tiende a intensificarse y que echa por tierra la tan alabada justicia social del socialismo cubano. Fenómeno que de no atajarse ahora, costará al país la bochornosa experiencia de ser testigo ocular de venideras revueltas por parte de su población afro descendiente a favor de sus derechos ciudadanos. Revueltas que se harán de frente al mundo, para que entonces, que se avergüence el amo.
Makandalmm”yahoo.com

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