martes, 21 de julio de 2009

DEL MONCADA Y LOS NEGROS

MANUEL AGUIRRE LAVARRERE
(MACKANDAL)
Para mí las personas quienes quiera que sean, me es totalmente igual, pues la única diferencia que establezco es la que existe entre el blanco y el malo
ANTONIO MACEO
Ninguno de los puntos recogidos en el Programa del Moncada toca, ni someramente el asunto de la discriminación racial. Es lógico que un programa con tales deficiencias siga hoy soslayando el tema y vea con desprecio cualquier señalamiento tocante al tema de la igualdad racial y los derechos ciudadanos tocantes a la discriminación racial en Cuba.
Pero la sociedad civil tiene este derecho. A pesar del inmovilismo en que cincuenta años de unipartidismo a la fuerza, amenazas y encarcelamientos a quienes se niegan a seguirle el juego a los desmanes del oficialismo, la población cubana en general, y en particular su componente negro, ha ido despertando del letargo y ya se manifiesta de forma abierta o cerrada contra los desmanes políticos y económicos del régimen cubano. Y esto es bueno, muy bueno para una sociedad que espera cambios sustanciales y apegados a los intereses de la nación y del ciudadano. Y es valido que sean estos puntos los que mas reiteradamente ocupen la mentalidad cubana, pues una política adecuada, que no será con lo que ahora tenemos como gobierno, traerá a la población cubana todo el nivel de vida suficiente para una convivencia decorosa.
Pero el afrocubano sigue preterido en su propia tierra y ello es producto de la escasez de recursos y del estreñimiento económico al que se sabe sumido sin que nada se haga al respecto. Los que tienen que tomar las decisiones están bien, a ellos no les afecta ni el periodo especial ni crisis económica. Es el pueblo quien lo sufre. Y en esta cadena de desgracias y contracción ciudadana lleva el negro la peor parte.

Pedir no ya como negros sino cual nos enseño Maceo cuando se trata de un derecho, es lo que corresponde al negro y al mulato en Cuba. Su historia lo hace fuerte lo eleva por encima de cabildeos políticos y mentiras socialistas. Y lo que corresponde al negro y al mulato cubano ahora mismo en Cuba es exigir su derecho, pues como dijo Carlos Marx tocante a las revoluciones de los pequeños beneficios, que no llega en nada al problema del afrocubano por estar sumergido en la revolución de las migajas, es despojarse del complejo de inferioridad y pedir, como ciudadano el lugar que le corresponde. Y este no es el barrio marginal ni el encarcelamiento.
makandalmm@yahoo.com

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