Lagunas
de un proyecto constitucional. Primera parte
Por
Manuel Aguirre Labarrere
(Mackandal)
Al
triunfo de la revolución en 1959 Cuba contaba con una
constitución que a solo treinta y ocho años de haberse constituido
como República fue aclamada como una de las más avanzadas de
América que dejo boquiabiertos a múltiples políticos
estadounidenses por el apego humanista y democrático de su espíritu.
Pero
el altruismo político y social de esa Carta Magna no era conveniente
para el emergente gobierno y con el so pretexto de que esta es una
revolución de reformas y la constitución también tiene que
transformarse, la engavetaron y el país transitὁ sin Ley de leyes
durante diecisiete años, cuando en 1976 y aconsejados por la antigua
Unión Soviética, de que el país no podía seguir sin Constitución
y basando su ordenamiento por decretos, se da a conocer al pueblo la
Constitución que hoy pervive en la Isla y que ha sufrido varias
enmiendas todas apegadas a las apetencias ideológicas del Partido
Comunista. Y no la ley de leyes que debe regir los destinos jurídicos
y sociales de una nación plurietnica y con intereses diversos.
Hoy,
después de la salida del general de ejército Raúl Castro como
presidente de la Republica, Cuba se encamina hacia una reforma
constitucional ya anunciada desde su mandato y cuyo anuncio ha
despertado el interés de millones de cubanos que esperan por fin una
Carta Magna ajustada a los ideales liberales de nuestros próceres
ilustres, al entusiasmo contagioso y aglutinador de Camilo
Cienfuegos, el líder de mayor poder de convocatoria de la
revolución, y al espíritu humanista y democrático de nuestro
Apóstol José Martí que muy temprano y como visionario insigne
previὁ y sentenció lo que debe ser una Constitución.
Ya
una vez presentado el anteproyecto de constitución ante la Asamblea
Nacional del Poder Popular (Parlamento Cubano), en su novena
legislatura, se han dado los primeros debates con voz y voto de los
parlamentarios, que para conocimiento de algún despistado todos
pertenecen a la misma tendencia política, es decir son caimanes del
mismo pozo y con ausencia total y malintencionada de la nunca
legalizada oposición cubana. que continúa segregada política
social y laboralmente dándolos a conocer al pueblo, que no conoce el
verdadero quehacer de este segmento social, como traidores a la
patria, agentes de la CIA y mercenarios al servicio de una potencia
extranjera preferentemente del imperialismo yanqui con Sede en
cualquier lugar de Estados Unidos para satanizarlos y condenarlos a
injustas penas de prisión.
Son
muchas las restricciones que presenta el anteproyecto de constitución
sobre derechos civiles y políticos recogidos en la Declaración
Universal de derechos Humanos como la creación de sindicatos
independientes, partidos y asociaciones pacificas con fines
humanitarios y de integración nacional, derechos que la mayoría de
los países del mundo han hecho suyos y los han incluido en sus
distintas constituciones como eslabón fundamental de la equidad
social.
Mientras
que un segmento de la población no sea incluido con plenos derechos
al debate y las manifestaciones pacíficas. Mientras que los poderes
legislativos y judiciales estén sometidos a dictámenes partidistas
y no tengan autonomía. Mientras tengan altos dirigentes con
expresiones de que el
hombre y la mujer negra cuando no la hacen a la entrada la hacen a la
salida.
Mientras los destinos de la Patria sigan bajo el control de un
partido excluyente y segregacionista. Cuba seguirá siendo un país
racista y discriminador.
Solo
después de sanear al país de semejantes prejuicios y expresiones
negativas, podrán salir del Parlamento con la frente en alto,
pararse frente a nuestros próceres ilustres y decirles Hemos
cumplido, dándole a la Patria una Constitución con
todos y para el bien de todos;
y no con todos y para el bien de algunos.
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