Manuel Aguirre Lavarrere
(Mackandal)
La cobardía no es la única ciencia. La ciencia está en conocer la
oportunidad y aprovecharla: en hacer lo que conviene a nuestro
pueblo, con sacrificio de nuestras personas; y no en hacer lo que
conviene a nuestras personas, con sacrificio de nuestro pueblo. O
se habla lo que está en el país, o se deja al país que hable.
José Martí
Uno de los acuerdos más esperados por la mayor parte del pueblo cubano y por el que continúan las apuestas, es la reforma migratoria. Esto quedó frustrado en el discurso de clausura de Raúl Castro en el VIII periodo ordinario de sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular (parlamento cubano) Con ello se muestra la poca voluntad del régimen para conceder a la ciudadanía un reclamo popular que no es dádiva ni regalía; es un derecho natural que los gobiernos están obligados a garantizar.
Si, como dijo el propio Raúl Castro, la fortaleza de la Revolución y la ideología del pueblo en torno al partido único son inquebrantables, entonces, ¿a qué le temen?
Es un hecho que desde la fundación de la República, en 1902, las relaciones entre Cuba y Estados Unidos pudieron ser mejores. Pero no se puede seguir con una historia que en su momento de gestación nació controvertida, tanto por la poca habilidad de Estados Unidos como por la brutalidad y cobardía de los principales conductores de la nación cubana.
La controversia entre los gobiernos de Estados Unidos y Cuba es un asunto que no necesariamente tiene que involucrar a la ciudadanía, porque esta no es causante ni cómplice de las marañas gubernamentales.
De no aprobarse la reforma migratoria en la conferencia nacional del Partido Comunista que tendrá lugar en enero de 2012, la cantidad de salidas ilegales seguirá en aumento y la nación se verá privada de una parte considerable de la población, que seguirá en gestiones de obtener otra ciudadanía, cualquiera menos la cubana.
Este fenómeno, junto al inmovilismo político y el descrédito que sufre el régimen – según la opinión generalizada del pueblo –, son muestras palpables del desespero ciudadano y una forma de oposición pacífica, aun cuando el régimen diga lo contrario.
Publicado por APLP, 5 DE ENERO DE 2012
jueves, 12 de enero de 2012
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