martes, 22 de octubre de 2019


Afrodescendientes, integración social y demagogia.
 Por Manuel Aguirre Labarrere
                 (Mackandal)   
En nuestra fetichista sociedad cubana, especuladora y simuladora de opulencia y bienestar, feliz de conocerse justa multiétnica y pluricultural donde la clase y el origen étnico en nada cuenta, que habla constantemente de desarrollo bienestar,  de cultura,  de justicia social, de seguridad, de libertad de expresión y respeto a los derechos individuales y colectivos de los ciudadanos, de inclusión social como algo ya plenamente conseguido para nosotros y para las generaciones futuras, donde el socialismo y solo con el socialismo estamos representados como algo así como el faro de América latina y ejemplo imperecedero para las nuevas generaciones de cubanos , en un logro de democracia que ilumina al mundo,
. En el plano económico también se remarca la idea de un
Justo mercado socialista donde la riqueza centralizada en el poder político es la forma ideal de desarrollo
Hubo un discurso invisibilizador  de lo negro desde la élite política y desde la sociedad que acontecimientos históricos que puso al afrodescendientes en desventaja, temió  socializar con este sector de la sociedad cubana que fue en un principio ignorado durante el  proceso de construcción , y si bien a través del esclavizado entró la industrialización al país, también por él se diseño y puso en práctica un proyecto de nación estructural que lo invicivilizó., “Ser afrodescendiente es una decisión de identidad cultural que también tiene que ver con un sentido de pertenencia, con cuestiones biológicas, y con una ideología que va más allá que la mera política. Asumir lo afro en una sociedad, que desde su fundación como república decidió ser blanca dejando afuera como en el resto de América, la herencia africana, no es tarea fácil y mucho menos lleve a lograr una verdadera integración etnos-racial con tolerancia y respeto hacia la otredad donde lo siniestro, lo ilegal, es señalado como cosa de negros.salorizada en su jusrto dimensión de aportes en todos los campos
esa invicibilizacion de lo negro como positivo en el entramado político y fundacional de la nación,  marcado una marcada construcción social e vincula a la miseria, la abyección a los aptos de crímenes, a lo feo lo inculto y una serie de estereotipos negativos que hacen que la cultura afrodescendientes deje o sea menos valorizada en su justa dimensión como portadora de auténticos valores positivos
si bien la invisibilidad del elemento africano em nuestro país, no ha sido verdaderamente cultural, el blanqueamiento y los complejos de personas negadas a aceptar su herncia afrodescendiente y la negación de sus aportes a la cultura, a imposibilitado su inserción plena en muchos aspectos de la vida política, y social del país debido única y exclusivamente a una política de negación que acumulada desde la colonia, reafirmada en la república todavía los actores políticos y decidores del bienestar y la justicia social siguen renegados a aceptar lo afro como parte esencial del componente  genético nacional.. porque entre lo indígena, lo español y lo africano, no es lo ibérico nuestra primera raíz.


martes, 8 de octubre de 2019


Racismo estructural y política cubana
Por Manuel Aguirre Labarrere
(Mackandal)
Existe a nivel mundial una herencia cultural africana que desciende de los múltiples procesos que los grupos afrodescendientes han protagonizado y enriquecido de generación en generación.
Hablar del tema hoy respecto a la mirada mundial con respecto a los descendientes de africanos a dado un giro cuando desde mediados de la década del 1990 la política mundial comenzó a abordar temas que anteriormente eran invisilizados o tenido a menos. Naciones Unidas proclamo el decenio de los afrodescendientes bajo el lema RECONOCIMIENTO, JUSTICIA Y DESARROLLO, cuyo periodo abarca desde (2015 al 2024) para dar un impulso definitorio y poner en valor la herencia de un grupo étnico, que por siglos a sufrido la injusticia a través de un racismo cuentico que definió la conformación estructural de nuestros países donde se argumenta que la historia de los africanos no existía porque todos los africanos eran pobres o esclavos, encontrándose en lo más bajo dentro de la pirámide socia de nuestros países. Clara injusticia si se tiene en cuenta que el desarrollo que alcanzó América latina fue gracias a la mano de obra de hombres y mujeres esclavizados los que hasta este momento no han recibido ningún tipo de indemnización después de sobrevivir a una etapa tan cruel y homicida, trafico forzado, cuya resultas económicas formaron parte del comercio mundial que duró más de 300 años.

Si en la colonia el color de la piel determinaba el estrato social y el acceso al poder, lo cierto es que aunque se acabó el sistema colonial, los cubanos, como en el resto de América donde hubo esclavitud, aun se continua afirmando esa visión clasista y racista hacia las personas, que por tener un color de piel distinto se les niega accesos y oportunidades porque se ven impedidos de descolonizar la mente.
En Cuba, si bien continúan esas prácticas clasistas, aun con una revolución que prometió acabar con el racismo y lejos de eso lo que ocurrió fue un ocultamiento de los prejuicios y hoy salen a la luz de forma palpable .La política cubana fue y continua racista aunque quieran aparentar lo contrario llevando a puestos decisorios a algunas afrodescendientes solo para acallar las voces descontentas de hermanos que desde el exterior han levantado su voz contra el racismo en la isla pidiendo oportunidades para sus hermanos presos del abuso y la exclusión social y política.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), ha puesto sobre el escenario político el tema Cuba respecto al racismo y la exclusión social, también es sabido que el régimen de la Habana no quiere pertenecer a ese alto organismo internacional ni permite la visita de sus representantes a la Isla para que palpen de primera mano y de cara a los afrodescendientes, la realidad de este importante sector de la población cubana, y así poder eludir compromisos y seguir en el desgobierno al margen de toda ley justa para los ciudadanos.
La idea de la superioridad racial, fue heredada por las elites económicas durante y después de la colonización. Antonio Maceo hizo ver este fenómeno cuando el Marqués de Santa Lucia, Salvador Cisneros Betancourt, expreso que Maceo tenía que conformarse con lo que se le diera. La respuesta del Titán de Bronce no se hizo esperar y poco faltó para retarlo a duelo.
Al constituirse Cuba como república en 1902, hubo un intento de aniquilamiento de la población negra que tuvo su punto más alto en la masacre de 1912, contra los miembros del Partido Independiente de Color (PIC). Luego se intentó aislar a esta población creando una división territorial llamada La franja negra de Oriente con el propósito de aislar a los afrodescendientes del resto de la población, sin acceso a ningún derecho razonable y justo. Esos son algunos momentos que ha soportado el afrocubano en la Isla que ayudó a construir con mano de obra esclava y después con salarios de hambre donde la política estructural lo mantuvo en el más bajo nivel de la pirámide social.
La situación, aunque durante las tres primeras décadas de revolución hubo un cambio beneficioso para esta población, hoy se revierte de forma alarmante y los afrodescendientes, sin derecho a un justo reclamo dejado por la secuela de la esclavitud, algo que moralmente se le debe exigir a España, la actual administración cubana, hace caso omiso y da continuas calladas por respuesta a cuanto justo reclamo haga una mujer o hombre afrodescendiente, empezando por el presidente de Cuba, para el que muchos afrocubanos y ciudadanos en general comentan en pedir con manifestaciones pacificas, su renuncia, porque nada bueno traerá a la nación en general, a no ser tolerar la corrupción, el despotismo ilustrado y la incompetencia política.