miércoles, 29 de mayo de 2019


La Rebelión de los Orishas…

Por Manuel Aguirre Labarere


En Cuba, el racismo encontró, en la explotación de la mano de obra del negro esclavo durante el coloniaje español, y en las estructuras de dominación en las que devino el capitalismo dependiente, condiciones propicias para afirmarse en la ideología, la psicología social, el pensamiento y las prácticas cotidianas de la sociedad. Se asentó en el modo de vida, para formar parte de una herencia estructural y cultural.

Luego con el triunfo de la Revolución, en un sistema sociocultural supuestamente libre de diferenciaciones cardinales, sin minorías étnicas o lingüísticas, con alto grado de integración social, donde la igualdad de razas está avalado por la ley; ha prevalecido la idea de que la sociedad cubana es una de las más homogéneas de América latina.

Sin tener en cuenta, que en Cuba se desplegó uno de los sistemas esclavistas más importantes del siglo XIX, cuya abolición definitiva, la penúltima de América, no se produjo hasta 1886.

Y el que se hayan elaborado diferentes hipótesis para explicar esta paradoja: (Que la esclavitud hispano-lusitana fue más benevolente que la anglosajona, y favoreció el mestizaje y las relaciones de tipo patriarcal, conllevando a una mayor y más flexible comunicación entre amos y esclavos. Que el proceso emancipatorio cubano unió en la independencia nacional, a diferentes grupos, en un ejército multirracial y multiclasista. Y esté extendida la idea, entre los académicos cubanos, que el fenómeno racial es una resultante de la explotación de clases y por tanto al desaparecer éstas, se esfumarían la discriminación y el prejuicio en la sociedad cubana). Son argumentos insuficientes.
Además, los atributos pertenecientes a la conciencia y las relaciones sociales son muy difíciles de variar. Según el propio Marxismo, incluso después de transformar la base económica, las fuerzas productivas y las relaciones de producción; y haber ocurrido el paso de una Formación Económico Social a otra; estos procesos, de naturaleza psíquica, donde prima la mentalidad del individuo y todo el contenido complejo de su personalidad, requieren un período de tiempo prolongado para su evolución. Son influenciados, dependen, o están permeados por la interpretación que el sujeto haga de la realidad en que vive. Donde intervienen su historia anterior, conocimientos, prejuicios, experiencias, sentimientos, actitudes ya establecidas, etc. Un cambio en ellos y su conducta, requiere toda una nueva consecución de aprendizaje, formación, y remodelación de nuevas estructuras; para lo que se requiere también disímiles condiciones de las que hemos adolecido.

Precisamente la cercanía y extensión temporal de la esclavitud y las relaciones que implantó con ella el Colonialismo Español en Cuba, es uno de los factores que inciden en la supervivencia del racismo y la discriminación. Y reforzados durante la república definen las particularidades y matices de la integración sociorracial del pueblo cubano en la situación actual.

Estos debieron haber recibido el reconocimiento de su permanencia en la FES Socialista en Cuba. Y dentro de ellos, por su relevancia, los prejuicios y estereotipos raciales. Debieron ser aceptados y conscientizados por el estado como paso indispensable de partida para obtener una verdadera metamorfosis. Sólo la “interiorización” personal, el entendimiento de la subsistencia de los mismos, las diferentes concepciones antiguas, y comprensión de las nuevas; y analizando las múltiples aristas del problema racial; en este transcurso de “hacerlas suyas”, “propias” y no verlas como algo impuesto y ajeno, es que el sujeto puede verdaderamente “modificarse”, “ser otro hombre”.

No es convirtiendo en un “tabú”, el tema del racismo y la discriminación racial, que se revierte esta situación. Como ocurrió a partir de los primeros años de la década del sesenta, donde la producción intelectual dedicada, era escasa, o enfocaba esta problemática desde la perspectiva de uno de los grupos en interacción, o tenía un carácter eminentemente, apologético, concentrado en los avances positivos logrados en este terreno. Lo que ocultaba y falseaba la situación, y llevaba al sujeto a su desconocimiento e inconsciencia. A confiar en el deseo y esperanza de una ideología empeñada en resolver el problema sin un enfoque científico riguroso, exento de las condiciones necesarias en la base material, del suficiente desarrollo de las fuerzas productivas para cambiar determinadas condiciones de vida y propiciar su erradicación. Esta ideología sólo conducía, a proclamar determinados preceptos sociales “ideales”, implantados desde afuera, sin objetividad, sin constituirse en cimiento de una “interiorización” real en el ser humano.

Recientemente se comienza a hablar nuevamente del problema racial. Al aumentar las desigualdades asociadas con la raza y hacerse la discriminación más pública y aceptada socialmente en Cuba. Durante los años noventa, una nueva generación de intelectuales, artistas y activistas negros y mulatos comenzaron a hablar de temas raciales y a denunciar la asociación que, en la mente de muchas personas persiste, entre la negritud, el salvajismo y la criminalidad, a pesar de varias décadas de socialismo y de prácticas sociales que trataron de ser igualitarias. La idea de que esta parte de la población llamada “no blanca” y sus creencias, entre ellas la religión, actitudes y conducta van de la mano de la criminalidad y de comportamientos amorales ha persistido hasta hoy. Aunque no está claro cuán extendida está esta creencia.

Tampoco se explica pública y francamente las posibles causales, de la permanencia del racismo y la discriminación racial en Cuba, sus consecuencias, estudios realizados y los proyectos para su erradicación. La información existente es ocasional y casi nula.

Los efectos de la Revolución Cubana sobre las religiones afrocubanas, y sus vaivenes contradictorios, han contribuido también de alguna manera con el racismo. Se consideraban “rezagos del pasado”, y las políticas gubernamentales para secularizarlas mediante el folklore, se centraron en un inicio en la represión contra éstas. Después de los últimos años sesenta, veían los toques de tambor religiosos como manifestaciones de creencias atrasadas, supersticiosas, y se opusieron claramente a la difusión de las religiones afrocubanas, especialmente entre la juventud.

Después de un periodo inicial de experimentación y creatividad, el folklore afrocubano no se ofreció de forma destacada en la radio o en la televisión. El conocimiento de estas religiones continuó siendo limitado y no había cursos especializados sobre el tema en la Universidad de La Habana ni en otros centros de aprendizaje avanzados. El conocimiento de África permanece aún restringido, a pesar de la intervención de Cuba en los conflictos del continente en los años setenta y ochenta, y de la creación de instituciones cuya función es el estudio de la cultura afrocubana, como la Casa de África en La Habana.
A los esfuerzos del gobierno para erradicar lo que oficialmente se consideraba “rezagos del pasado” los practicantes respondieron escondiendo sus creencias y artefactos religiosos. Pero el renacimiento religioso de los años noventa reveló que estas religiones no habían muerto. Las religiones y otras expresiones culturales afrocubanas en las dos últimas décadas se han hecho más públicas que nunca antes en la historia de Cuba. Las personas que las practican ya llevan puestos sus símbolos en público, lo que hace apenas unos años hubiera producido considerable aprensión por parte de amplios sectores de la sociedad cubana, que consideraban estas creencias —y la música y rituales asociados a ellas— “cosas de negros”, expresiones culturales con quizás algún valor, pero ciertamente reflejo de una cultura primitiva importada de África. Nuevas formas musicales, como el hip-hop, celebran la negritud y tratan abiertamente temas sobre la raza y el racismo. Los artistas visuales exploran el significado de la cubanidad y cómo las prácticas y creencias africanas interactúan con la cultura nacional.

Esta explosión cultural y religiosa ha tenido lugar después del llamado “Periodo Especial” de Cuba. Se identifican varios factores económico-sociales y psicológicos, que dentro del mismo crearon un ambiente favorable y contribuyeron al crecimiento de la popularidad de la santería: Los “orishas resuelven”, proporcionan soluciones a problemas humanos concretos en cuestiones de salud y amor. La santería es tolerante con una amplia gama de comportamientos humanos y con la diversidad humana. Su poderoso sistema de adivinación ofrece algún grado de predictibilidad, un rasgo que era bienvenido en medio de la incertidumbre que caracterizó este período. Y no menos importante, en los años noventa, la santería llegó a ser un medio para obtener recursos, el renacimiento religioso actual y la difusión global del culto orisha hizo de la santería, una lucrativa fuente de ingresos y de intercambios económicos con el extranjero.

Por otro lado, al simpatizar el estado socialista con la cultura de los sectores populares y la clase obrera, quienes constituyeron la base social principal del gobierno revolucionario. Las orquestas de baile de la clase obrera y los cantantes de música popular negros alcanzaron niveles de exposición nacional sin precedentes. (Aunque al explorar y contrastar las políticas oficiales con las acciones y los esfuerzos de los músicos, se haya observado que con frecuencia no han coincidido. Y se conciba las artes como un punto de negociación entre los individuos —con sus antecedentes personales, intereses y opiniones— y las organizaciones oficiales). La música popular fue uno de los vehículos más importantes para la preservación y reproducción de formas culturales africanas, incluidas especialmente las religiones afrocubanas. Instituciones como el Conjunto Folklórico Nacional y el Teatro Nacional dieron a la música sagrada y a los rituales afrocubanos, una visibilidad que no habían gozado antes. El gobierno creó instituciones dedicadas a la preservación y al estudio de la cultura y folklore religioso afrocubanos.

Se plantea que la incorporación de las expresiones culturales afrocubanas en la cultura nacional por cubanos de diversos antecedentes sociales y raciales —es decir, la nacionalización de estas formas culturales— se ha inducido por el estado para hacerse con el apoyo de los sectores populares, y como un medio de afirmar el control sobre grupos sociales subordinados. Enfoque, compartido por algunos estudiosos y autores, que parece convincente. Pero un enfoque centrado en el estado o en la élite, corre el riesgo de reducir las iniciativas y las acciones de los individuos, y de los cubanos ordinarios, no necesariamente negros, que han crecido conociendo esta cultura como propia, que hablan con los orishas cuando necesitan consejos, ayuda o amor, y que bailan con una música que han considerado siempre simplemente como cubana.

Por otra parte lo que un día se juzgaba bárbaro y africano, ahora es cubano, y la santería se representa en la práctica como la religión oficial y nacional. Es más, estas religiones afrocubanas han atraído seguidores de distintas razas y uno de los efectos secundarios de las políticas revolucionarias es que ha creado una generación de practicantes mejor educados. La representación de ella como una religión de la nación cubana es, paradójicamente, un logro de la revolución cubana atea que al secularizar las religiones afrocubanas mediante el folklore tuvieron el efecto contrario, ayudaron a mantener viva la santería y a robustecerla. En vez de como se esperaba, las religiones afrocubanas se desvanecieran en un folklore secularizado, lo secular se incorporó a la creencia popular.

La cultura nacional cubana es ahora más abiertamente africana que nunca. Pero ¿Va esto a desaparecer las arraigadas asociaciones entre lo africano, y las concepciones negativas y prejuicios? y ¿Eliminará las ideas y sentimientos de racismo y la discriminación racial en las relaciones raciales en Cuba?

Bibliografía consultada:

  • La cultura afrocubana: investigaciones recientes. Alejandro de la Fuente. Universidad de Pittsburgh. Revista de Dialectología y Tradiciones Populares, 2007, julio-diciembre, vol. LXII, No. 2, págs. 265-278.

  • Las relaciones raciales en Cuba. EcuRed. 28 de febrero de 2014

  • Racismo. Wikipedia. La enciclopedia libre.

  • Racismo. EcuRed. 19 de febrero de 2014.
  • Etnia. EcuRed. Viernes, 28 de febrero de 2014.

  • Lowell Gudmundson. La negritud en Centroamérica. Entre raza y raíces. San José: Universidad Estatal a Distancia, 2012.

  • Xenofobia. EcuRed. 28 de febrero de 2014.

  • Aimé Césaire. Acción Poética y negritud. Literatura y lingüística. No.13. Santiago 2001. Ricardo Ferrada A.



















martes, 28 de mayo de 2019

Desigualdad, exclusión y políticas públicas. Afrodescendientes al derecho



Por Manuel Aguirre Labarrere
(Mackandal)
Lo que me preocupa no es el grito de los violentos ni de los corruptos, ni de los desonestos, ni de los sin carácter, ni de los sin etica.Lo que mấs me preocupa es el sillencio de los buenos
Martin LutherKing Jr (1929-1968)


Un Relator de la Comisión interamericana de Derechos Humanos CIDH para Cuba ha sido reiteradamente pedido por los movimientos independientes de lucha contra el racismo y la discriminación racial a lo que el gobierno cubano se niega a aceptar y evade sus responsabilidades y los capítulos de la Declaración Universal de Derechos Humanos respecto al derecho de participación política independiente, legalización de movimientos sociales y el tema del racismo y la discriminación racial, desagregando datos importantes sobre esta temática , tan ligada a la estructura gubernamental y violando reiteradamente las recomendaciones de la ONU sobre derechos humanos y discriminación que le han sido planteados sin que hasta el momento uno sola de esas recomendaciones haya sido tenida en cuenta por parte del gobierno en la Isla
Lo negro importa tanto como lo blanco y como debe importar para un gobierno que se precie decente e incluyente .Porque no se pide la igualdad, se piden derechos que es lo que hace al ser humano empoderarse y buscar desde su vergüenza y por esfuerzo propio la igualdad, que aunque en países como Cuba es difícil de alcanzar dado el grado de deterioro sociopolítico que sufre la Isla y el racismo estructural que históricamente ha permeado todo el abanico social y político del país, es un derecho irrefutable y admitido que tienen todos los seres humanos en pos del acceso a todos los medios de empoderamiento ciudadano y que en Cuba se satanizan y niegan de forma constante., dando a entender lo contrario en cuanto al peso internacional que juega la aceptación de derechos a la ciudadanía.
Hoy la realidad de los cambios políticos, la indetenible corrupción al más alto nivel político y militar, la repatriación de sesenta mil cubanos de mayoría blanca y empoderados económicamente, con acceso a aquellos lugares que siguen vedados para los afrocubanos, a pesar de que Cuba es signataria al programa y Plan de Acción de Durban, ha hecho muy poco en la celebración del Decenio de los Afrodescendientes (2015-2024) declarado por Naciones Unidas
En el caso del empleo, aunque muchos afro descendientes consideran que es una limosna después de tanta sangre dejada en los campos por la independencia y la libertad de la patria, donde ochenta y dos mil negros dejaron sus vidas tiñendo de sangre y coraje la manigua irredenta, debe hacerse, partiendo del convencimiento profundo que los afrocubanos viven hoy una de las peores etapas de la historia frente a una administración que no esconde sus profundos prejuicios raciales, donde desde la presidencia de la República se capta este rechazo aun cuando ciertos afrodescendientes hayan sido elevados a cargos decisorios. solo para encandilar a las organizaciónes internacionales que evalúan el tema respecto a la exclusión y el racismo ella isla y tratando de atraer a esa masa de afrodescendientes que en la Isla han decidido no creer más en el sistema político, justamente por su hipócrita visión de la discriminación y la exclusión contra afrocubanos.
Si bien los afrocubanos han sido beneficiados en un buen por ciento de su población, en oportunidades y derechos esto ha sido en menor medida que el resto de la población, por lo que urge, para la vergüenza y la equidad poner las cartas sobre la mesa, y si esto no basta, como díctenlos sudafricanos, habrá que romper la mesa y comenzar desde cero en igualdad de condiciones para todos.
Los afrodescendientes cubanos, en número mayoritario están dispuestos a romper la mesa y cueste lo que cueste exigir sus derechos. Para que esa desigualdad en la raíz de las relaciones pueda ser erradicada y entonces sí, Cuba será una nación prospera, inclusiva y sostenible, sea cual sea la tendencia ideológica que dirija la nación,

viernes, 24 de mayo de 2019

LEY HELMS-BURTON



Por Manuel Aguirre labarrere
            (Mackandal)

Desde hace varios meses y antes que el artículo 3 de la llamada "LEY PARA LA LIBERTAD Y LA SOLIDARIDAD DEMOCRATICA CUBANAS (LEY LIBERTAD) DE 1996" ("HELMS-BURTON"), ordenada a publicar el 1º de marzo de 1996 , todavía los cubanos no conocen la ley debido a que ningún órgano de prensa en la Isla se  a dado la entereza de publicarlo, para que democráticamente puedan los ciudadanos emitir criterios sin tener que tragarse todo lo que dicen los medios oficiales satanizando y fustigando a troche y moche sin tener el valor de presentar la génesis del surgimiento de dicha Ley´
Nada que pueda perjudicar a la patria y sus ciudadanos es aceptado por la oposición en la Isla. Pero no es el caso de la Ley, que si viene a sanear un país que por décadas ha hecho de los connacionales lo que le ha dado la gana y miente siempre cuando le conviene tratando de sensibilizar al pueblo para seguir sus fechorías de tráfico y corrupción
Proyectos independientes como cubanos de abajo y de adentro han analizado  la LEY  en pleno ejercicio democrático donde cada ponente ha dado sus puntos de vista sin someterse a dictámenes partidistas ni ideológicos.
 Se entiende que si la llamada Ley que tiene a maltraer al régimen cubanos y a sus camajanes analistas-con la prensa amarilla incluida-,  poca importancia tiene para el cubano de a pie que no tiene nada que perder a no ser la vida, que le puede quitar el propio régimen y no la LEY HELMS-BURTON, que bien mirada viene a justificar la corrupción y la mala administración histórica que ha permeado Cuba en los últimos sesenta años.
La termonuclear Jaragua, todo un abierto intento de amenaza para la seguridad de Estados Unidos y otros países del hemisferio que hayan elegido gobiernos democráticos y tengan buenas relaciones con Estados Unidos, el contante trafico de droga hacia ese país y el derribo  en loen vuelo de dos avionetas civiles de la agrupación Hermanos al Rescate, son entre otras, los factores fundamentales que llevaron a dos senadores norteamericanos a la confección de la ley
Sobre el carácter extraterritorial de la LEY HELMS-BURTON, esto solo podría justificarse por ser esta una ley gestada en el exterior y por ciudadanos extranjeros. Pero no lo es en cuanto la misma tiene en cuenta a aquellos cubanos que fueron expropiados y a los que no se indemnizo como bien se hizo con propietarios de otros países, dando por evidencia el desprecio al nacional como tampoco se le entrego el dinero de la indemnización de sus propietarios en Cuna al Estado Americano para que a través de él, porque es la forma como se canalizan  estos trámites, pagara a sus ciudadanos que habían perdido sus propiedades en Cuba, quizás porque ese dinero hacia falta para lo que vendría después, que fue la formación de grupos guerrilleros en toda América Latina, muchos de sus participantes fueron entrenados en Cuba, Como también la protección de personas que han cometido delitos de asesinatos en Estados Unidos y que reclamados por ese país el régimen cubano se niega a entregarlos. Mostrando ínfulas de macho barato respecto a un país que tiene todo el derecho de juzgar a sus delinco res...
Una nueva crisis para Cuba donde los únicos que tendrán que reajustar sus vidas será el pueblo, y no sus dirigentes ni la alta nomenclatura militar,  ellos seguirán comprando sus productos en las tiendas habilitadas para esta clase socio-militar a precio del año 1959, esos que los más viejo nunca han visto y los jóvenes ni siquiera saben que existen, , sus hijos seguirán viajando donde les plazca con créditos bancarios en cualquier lugar del mundo y casas en el extranjero a costa del hambre  del pueblo, que es quien siempre ha puesto el sacrificio, el hambre y los muertos.

lunes, 6 de mayo de 2019

Realidad racial de los afrocubanos

Por Manuel Aguirre Labarrere
(Mackandal)
Los afrocubanos se enfrentan a ese racismo estructural dentro de una administración política racista y que hará todo lo posible para mantener el estatus de superioridad racial donde el negro seguirá de tercerón y expuesto a las migajas que emanen del poder político sin derecho a tomar acciones pacificas que no sean vistas como apto de rebeldía, sino como reclamo de legítimos derechos por ser lo más aceptable ya que la igualdad se quedó en el papel como documento muerto, dentro de una endonada racista en una de las etapas más áridas de sus vidas,
Cuando se tiene en cuenta el componente étnico de la Cuba de hoy donde. solo basta mirar los censos que son los documentos más importantes en materia de datos, que si bien muchas veces no son confiables como pasa cuando se clasifica el color de la piel, si pueden arrojar datos importantes en materia de nivel de vida, deterioro social y marginalidad apegadas todas a un decreciente nivel adquisitivo.
Esta es la mayor razón de las incongruencias y por las que muchos afrodescendientes niegan su verdadero origen, porque no es fácil reconocerse, ser negro constituyó y sigue constituyendo un estigma social que agranda las brechas y priva de oprtunidades, donde solo lleva a la exclusión y desconocimiento de capacidades, reduciendo a este grupo solo a la música y el deporte. Pero la cultura no es solo eso, la cultura es mucho más y tiene como fundamento al hombre y sus aptos
Discriminación presente en beneficios y oportunidades que goza de muy buena salud en la Cuba de hoy donde existe una distribución racial del trabajo que no está supeditada ni al conocimiento ni a la idoneidad. La llamada buena presencia y el derecho de admisión, implica el porte y aspecto, y el color de la piel donde los negros llevan la desventaja y son racializados y menoscabados en las políticas de empleo y también en el arcoíris social como seres humanos inferiores por descender de una raza esclavizada, ya que la abolición de la esclavitud no significó el cese de humillaciones ni de los estereotipos negativos contra los afrodescendientes.
Toda la historia de los afrodescendientes cubanos, como en otros países con presencia africana está signada por el racismo estructural, donde ser negro es una vergüenza, vergüenza de ser esclavos, vergüenza de ser pobre, prostitutas, chulos, ladrones y asesinos, gente sin alma y no confiables para nada.
Pero si algunos de estos estigmas, son dichos por alguien que es presidente, entonces el racismo se acentúa y da por sentado todos los estereotipos que han prevalecido en la sociedad disminuyendo a este grupo y quedando muchas veces fuera de la visión oficial al no coincidir con esa otra cultura de hegemonía blanca
La izquierda comunista y revolucionaria cubana, donde por demás hay mucha hipocresía, usan frases, gestos y acciones que reproducen el accionar racista y la discriminación
Un Movimiento de magnitud nacional daría de inmediato el reconocimiento internacional y daría a los afrocubanos la oportunidad de exigir de forma colegiada todos sus derechos políticos y civiles.


Los cabellos al viento



Por Manuel Aguirre Labarere
(Mackandal)


En el camino hacia la reivindicación de la identidad negra y su cultura; frente a la dominación de la cultura francesa opresora que servía al colonialismo francés, surge una corriente literaria entre los escritores negros francófonos, conocida como la “negritud” (en francés Négritude).
En septiembre de 1934, Aimé Fernand David Césaire, gran intelectual martiniqueño, escritor, dramaturgo, y poeta; reconocido como una de las figuras fundamentales de la poesía moderna en lengua francesa, y el creador del concepto de negritud, líder comprometido en la lucha de los negros, hombre político, (elegido Alcalde de la capital de la isla, Fort-de-France y diputado a la Asamblea Nacional por Martinica) funda el periódico L'étudiant noir (El estudiante negro). En cuyas páginas aparecerá por primera vez el término "Negritud". Ello tuvo lugar un día en la plaza de la Sorbonne en que Césaire le dijo a Senghor: “Hace falta que afirmemos nuestra negritud”. La revista sirvió de base para la fundación de este movimiento.
Junto a Césaire en la fundación de la revista se distinguen otros estudiantes de las Antillas, de Guayana y africanos entre los que figuran Léon Gontran Damas de Guayana Francesa, poeta y político francés, elegido para la Asamblea Nacional de Francia como diputado de Guayana, viajó y enseñó en diferentes partes del mundo, incluyendo África, los Estados Unidos, Latinoamérica y el Caribe, la Universidad de Georgetown y la Universidad Howard, contribuyó como editor de la revista Présence africaine, y como consejero y delegado de la UNESCO.
Se distingue también el senegalés Léopold Sédar Senghor, poeta que llegó a la Jefatura del Estado de Senegal, miembro de la Academia francesa, catedrático de gramática, ensayista, político, primer profesor de la raza negra que impartió clases de lengua francesa en Francia. Su poesía, esencialmente simbolista, fundada en el canto de la palabra encantatoria, se construye sobre la esperanza de crear una «civilización de lo universal» que una las tradiciones por encima de sus diferencias. Senghor opinaba que el lenguaje simbólico de la poesía podía constituir la base de este proyecto. Otro senegalés, Birago Diop, también formó parte de los fundadores. Con carrera diplomática, fue escritor e investigador sobre literatura tradicional africana.
Se considera, en general, a René Maran, escritor francés, originario de la Guayana Francesa, (autor de Batouala), precursor de la negritud. Su obra describe los abusos del colonialismo a pesar de sentirse francés. Fue el primer negro que ganó el premio Goncourt en 1921 con su novela Batuala.
El término Negritud, que fue ideado por Césaire, como reacción a la opresión cultural del sistema o Colonialismo francés, tiene como objetivo, por una parte rechazar el proyecto francés de asimilación cultural y por la otra fomentar la cultura africana, subestimada por el racismo surgido de la ideología colonialista.
Uno de los aportes del concepto creado por Césaire, fue su participación en las luchas contra el colonialismo y el racismo y como político, fue alcalde de la capital de Martinica, durante 56 años, hasta el 2001; fue fundador del Partido Progresista Martiniqueño y lo presidió hasta 2005. La política cultural de Aimé Césaire se simboliza con la creación del Servicio Municipal de Acción Cultural (SERMAC), y a través de talleres de arte popular (baile, artesanía, música) y el prestigioso festival de Fort-de-France.
Según Senghor, la negritud es el conjunto de valores culturales de África negra. Para Césaire, esta palabra designa en primer lugar el rechazo. Rechazo ante la asimilación cultural; rechazo de una determinada imagen del negro tranquilo, incapaz de construir una civilización. Lo cultural está por encima de lo político.
A continuación, algunos escritores negros o criollos criticaron el concepto; al considerar que era demasiado simplificador: El tigre no declara su tigritud. Salta sobre su presa y la devora, según el escritor africano Wole Soyinka. El propio Césaire se apartó del término al considerarlo casi racista.
El nacimiento de este concepto y el de la revista Présence Africaine (1947) logró de modo simultáneo en Dakar y París reunir a jóvenes intelectuales negros de todas partes del mundo e intelectuales franceses como Jean Paul Sartre. Y fue, a su vez, gracias al apoyo de éste conjuntamente con Breton, como Césaire alcanzó prestigio y reconocimiento como poeta e intelectual.
La negritud de una u otra manera es un movimiento de exaltación de los valores culturales de los pueblos negros. Es la base ideológica que impulsaría el movimiento independentista en África.
Creo que la “negritud”, en el sentido que le dieron estos intelectuales y escritores, no es un término racista, sino por el contrario tenía muy justificado su surgimiento ante el hecho primordial que le da razón de ser: la reivindicación de la identidad negra y su cultura frente a la dominación de la cultura francesa que servía al colonialismo francés. Por otra parte, significaba fe en el porvenir de una raza, en su liberación y afirmación.
La presencia en Francia de emigrados negros procedentes de las Antillas, de Guayana y africanos; y el que éstos a su vez fueran capaces de convertirse en ilustres intelectuales, y el que tomaran conciencia de pertenecer a una geografía y una cultura colonizada, y hayan logrado desplegar toda una actividad cultural, social, y política intensa a partir de la cual se definió una teoría de la acción poética y una escritura programática; fueron aspectos a tomar en cuenta en el surgimiento de la negritud.
La inteligencia y el prestigio de estos insignes intelectuales negros, es una demostración fehaciente de las creencias erróneas del racismo imperante, desarrollado «científicamente» por las teorías de científicos como: Joseph Arthur Gobineau, Levy Brûhl, Louis-Ferdinand Céline, que consideraban a los hombres negros como personas inferiores, sin grandes facultades intelectuales, sin historia ni cultura, incapaces de llegar a conceptos abstractos y quienes razonan de un modo «prelógico», mientras que la lógica cartesiana, la razón era lo propio de los blancos civilizados.
En contraposición a Joseph Arthur Gobineau, Levy Brûhl, y Louis-Ferdinand Céline, el etnólogo y arqueólogo alemán, Leo Viktor Frobenius, una figura muy reconocida por el movimiento de la negritud, se orientó al estudio de la cultura africana, defendió el difusionismo cultural, y trató de reconstruir los puntos de vista y la vida cultural y religiosa de los pueblos africanos dándole importancia a sus valores culturales.
Tan solo Léo Frobenius, Maurice Delafosse, y Théodore Monod introdujeron en la historia y la antropología de las primeras décadas del siglo XX una visión diferente a la imagen de África, que se ofrecía en periódicos, revistas, novelas, relatos de viaje y testimonios de exploradores, colonizadores y antropólogos, como una tierra extraña, hostil, donde reinaban las fiebres, la muerte, y cuyos habitantes eran salvajes.
Intelectuales como los escritores del «Renacimiento negro» de Harlem, los norteamericanos Langston Hughes, Claude Mac Kay, entre otros, fueron publicados en París e introdujeron en la literatura la dignidad del hombre negro, de su belleza, de su pertenencia a América y la reafirmación del origen africano.
Un aspecto criticado por varios analistas sobre el movimiento de la negritud es el panafricanismo cultural, la unidad de un «mundo negro» en medio de culturas y contextos sociales diferentes como un continuo entre África y sus diásporas. A esto afirmó Césaire:
Siento que hay una civilización negra, como hay una civilización europea… Existe una gran civilización negra subdividida en culturas diferentes… sudanesas, bantúes, senegalesas… —víctimas unos y otros de la aculturación—. Lo que más me asombra es la unidad del mundo negro— a pesar de su diversidad.
[...] No, no creo para nada en la permanencia biológica. Mi negritud tiene un basamento. Es un hecho que hay una cultura negra: es histórico, no tiene nada de biológico.
Aunque somos producto de la biología, también somos en gran parte producto de la cultura. Y la biología tan solo resulta interesante cuando se la trasciende en elementos culturales.
Si los negros no pertenecieran a un pueblo, digamos de vencidos, en fin un pueblo humillado, etc. [...], déle la vuelta a la Historia, haga de ellos un pueblo de vencedores, considero que no habría negritud.”
Estos versos de Aimé Césaire, simbolizan el destino de hombres y mujeres negros.
Vivo en una herida sagrada
Vivo con ancestros imaginarios
Vivo en un oscuro querer
Vivo en un largo silencio
Después de asumir el pasado y el presente de su raza, todas las acusaciones, las cobardías, las enajenaciones y las astucias cotidianas —como una forma de exorcismo—, la rebeldía lo invade:
Y estamos de pie ahora, mi país y yo, los cabellos al viento...
La negrada está de pie
La negrada sentada
sorprendentemente de pie
de pie en la cala
de pie en las cabinas
de pie en el puente
de pie al viento
de pie en el sol
de pie en la sangre
de pie
y
libre.