martes, 22 de febrero de 2011

EL UNICO CAMINO

MANUEL AGUIRRE LAVARRERE
(MACKANDAL)
“La problemática racial en Cuba: algunos de sus desafíos”, es el nuevo libro de Esteban Morales que la editorial José Martí acaba de poner a disposición de los lectores en la Isla.
Desde el punto de vista del abordaje ensayístico, porque de esto se trata, no deja duda alguna de que es un libro muy bien concebido, más, si tenemos en cuenta la trayectoria y el nivel académico de su autor, quien dicho sea de paso, es uno de los máximos conocedores en temas relacionados sobre los Estados Unidos.
Pero aunque este articulo va encaminado a lo que no se dice, prefiero detenerme en el prologo que para esta edición escribe el afronorteamericano Augusst H. Nimtz JR, quien trata de poner en descredito la carta que a finales del año 2009 sesenta de sus compatriotas hacen llegar al régimen de la habana por el insensible desprecio con que está siendo tratada la población negra de la Isla.
El prologuista toma como justificante el propio libro de Esteban Morales y las intervenciones de Fidel Castro en distintas etapas de su vida donde aborda el tema racial.
Creo que lejos de ser un prólogo encaminado a descifrar las verdades y realidades de la marginalidad del afrocubano, es un texto apasionado y miope, que extiende un ramo de rosas al régimen de la Habana por lo que simbólicamente ha hecho por el mejoramiento del negro en Cuba.
Varias razones me llevan a verlo de este modo. En primer lugar, tomar como referente las intervenciones del señor Fidel Castro para un tema tan sensible a la vez que desacreditado por no pocos funcionarios comunista en la tierra que todavía hoy se le llama Patria, es engañar y engañarse a sí mismo.
Para nadie es un secreto que desde que Fidel Castro tomo el poder de forma violenta para dar continuidad al colapso del orden constitucional de la República comenzado por su antecesor Fulgencio Batista, no ha hecho otra cosa que adecuar su mente y su vida en aras de crearle crisis, reales o imaginarias a los Estados Unidos tomando como parabán al pueblo de Cuba donde se incluye también a los afrocubanos.
Su discurso en el año 2000 en Nueva York con un público mayoritariamente afroamaericano fue encaminado a poner más fuego sobre la yaga y ganar la simpatía de aquellos hermanos negros que desgraciadamente todavía siguen creyendo en aquel joven robusto, elegante y rosado de treinta y tres años hospedad en el hotel Teresa y dándole la mano a Malcolm X.
Aun cuando cientos de negros permanecen presos en Cuba por delitos contraproducentes y otros han sido fusilados como los tres jóvenes negros en el 2003 por salida ilegal del país sin que mediara causa más grave sobre ellos, cuando ahora mismo varias familias negras están siendo desalojadas llevando por delante un futuro incierto y cuando un hombres como Orlando Zapata Tamayo fue asesinado en prisión por el odio y la ceguera oficialista, no se puede hablar bien de un régimen que facilita y estimula las prácticas racistas aunque a veces diga lo contrario.
La carta firmada por sesenta afroamericanos que protestan por la marginalidad creciente de sus hermanos negros en la Isla, permanece como un documento de probada realidad, que multiplica y honra a sus firmantes y a toda la población afroamericana, estén donde estén.
Me resulta increíble creer que un país donde hasta hace poco era delito hablar de la existencia del racismo y que todavía en la actualidad los activistas de derechos humanos y lideres negros independientes a los que muchas veces se les niega la entrada a lugares donde se debate este tema, cuyos movimientos permanecen trabajando de forma ilegal al no dárseles la oportunidad de legalizarlos y entrar en un dialogo que muestre verdaderamente el interés de extirpar este aberrante flagelo prácticamente institucionalizado en acciones y hechos, pueda arrojarse el derecho de ser paladín de la lucha contra el racismo en Cuba.
El avance que para el prologuista y el mismo Esteban Morales constituye la Revolución cubana para negros y mestizos, es un avance de cangrejo. Y poner este asunto en manos de un régimen vengativo y linchante, es poner, negros y mestizos la cabeza en la picota, para los que no habrá un Pedro Manuel Sarría que los salve de la ignominia oficialista.
El único camino que nos queda es la resistencia. Resistir al margen del discurso oficialista y de esa Cuba idílica que se pretende vender al mundo, junto con sus lacayos intelectuales, vengan de donde vengan. De todos modos, el fin justifica los medios.

miércoles, 16 de febrero de 2011

POR UNA CUBA PARA EL BIEN DE TODOS

TEMATICA A TRATAR EN LOS CENTROS CIVICOS PARA EL ENTENDIMIENTO Y LA INTEGRACION RACIAL



El Movimiento de Integración Racial Juan Gualberto Gómez, teniendo en cuenta el deterioro de los valores cívicos en Cuba, siendo en este aspecto los afrocubanos los que cuentan con menos posibilidades de dar un vuelco sustancial a sus vidas, debido a los tabúes y prejuicios que aún forman parte de la realidad actual en la isla, se propone, en aras de dar al ciudadano no blanco una perspectiva de igualdad racial, crear los Centros Cívicos para el Entendimiento y la Integración Racial, donde tendrán cabida todos los ciudadanos, que sintiendo también este problema, deseen integrarse a los mismos, basándose en los siguientes puntos:
1 Desde el ángulo del pensamiento revolucionario cubano y tomando en cuenta las prédicas antirracistas y el llamado a la unidad de Juan Gualberto Gómez y nuestro Apóstol José Martí, gestores de la causa de la integración racial.
2 Subjetividad personal y la discriminación racial.
3 El Juego infantil y su impacto en los problemas raciales.
4 Antología revolucionaria desde la perspectiva de la racialidad.
5 Conocer sobre la historia del negro en Cuba en base a la recopilación histórica de todo lo escrito.
6 Hablar y conocer acerca de la historia de los afroamericanos y ahondar y conocer sobre los pensamientos de Martín Luther King, Malcom X, Marcus Garvey, y otros iniciados en pos de una igualdad plena.

El problema de la discriminación racial en Cuba, tiene su solución en la medida que los hacedores concretos que llevan esta responsabilidad, se nutran de una conciencia clara de esta realidad. Este problema, en la medida que se solucione nos ayudará a todos a crecer en los planos, tanto individual como humano. Y puesto que nos daña no contribuye a esa unida de propósito que se necesita, unidad de propósito que debe ser a partir de nuestras diferencias y de nuestra cultura multiforme, y a la vez genuina



Manuel Aguirre Lavarrere
Presidente del Movimiento de Integración Racial Juan Gualberto Gómez. Y Coordinador Nacional de los Centros Cívicos Para el Entendimiento y la Integración Racial .

martes, 15 de febrero de 2011

EL CONGRESO QUE VIENE

Por Manuel Aguirre Lavarrere
(Mackandal)
El próximo Congreso del régimen cubano, excluyente de los ideales más auténticos de la población y de la herencia democrática que nos legaron los padres fundadores de la nación, no favorecerá las expectativas de apertura y derechos humanos de la sociedad cubana. Será un congreso como todos los que han tenido lugar bajo este régimen, tendente al favoritismo de una cúpula gobernante y fortalecimiento del modelo totalitario, con la liberación forzada de un millón de cubanos de los puestos de trabajo y escasas opciones laborales distante de motivar el incentivo espiritual.
Quizá la diferencia con respecto a los anteriores sea la aguda crisis que atraviesa el país y los manotazos ciegos que lanza el régimen para sofocarla, algo imposible de lograr sin autenticas aperturas y un plebiscito ante la mirada de expertos internacionales, para que el pueblo, los dueño de la Patria, decidan, sin miedo y sin cabildeos, el rumbo que debe tomar la nación cubana.
No le será tampoco un congreso fácil como a los que están acostumbrados. Harán maromas en el aire para salir airosos de la batalla unilateral y dar a entender al mundo que existe un serio debate dentro de las masas cuando en realidad lo que prima es la privatización de un debate abierto y consustancial a la idiosincrasia del cubano.
Pero el desencanto por el desapego y el desalojo laboral, por las mentiras y promesas incumplidas desde la época de los dinosaurios, bajos salarios y el escape y desarticulación de las familias, quedan en la mente y los sentimientos de una ciudadanía dispuesta a no dejarse avasallar por más sus derechos y rechazan despectivamente a los que a conveniencia propia han cambiado el rumbo de la Patria.
En 1968 se llevó a cabo lo que el régimen llamó acciones revolucionarias consistentes en la eliminación de la propiedad privada, que hoy se reanudan de nuevo dado el contundente fracaso de esa medida. Luego vino la renovación de la economía con su nueva directiva y la rectificación de errores y conductas negativas dado el rosario de inmoralidades y saqueo por parte de algunos dirigentes, siempre encaminadas al fortalecimiento del régimen y su cuerpo represivo como el ejército y la policía política, sin que hasta el momento el pueblo haya visto tales beneficios.
Pienso que este sexto Congreso del totalitarismo cubano que se cocina a boca jarro y del que no se espera otra cosa que no sea más de lo mismo, si no le entran con la manga al codo y se coge al toro por los cuernos, y se le da al pueblo los beneficios a los que tiene pleno derecho, el séptimo, si es que llegan hasta allá, tendrán que hacerlo a punta de bayonetas.

martes, 8 de febrero de 2011

DEL ANHELO MARTIANO

Por Manuel Aguirre Lavarrere
(Mackandal)
¿Del tirano? Del tirano
Di todo, di más!; y clava
Con furia de mano esclava
Sobre su oprobio al tirano
José Martí



Martí llamaba hermano a todo aquel que amaba a Cuba. La vida misma de Martí, como bien lo define Andrés Rivero Agüero, quien fuera entonces Ministro de Educación y prologuista de la Obra Completa del Apóstol con motivo del Centenario de su nacimiento en 1953, fue madre de su obra y su obra fue Cuba. No como ente geográfico, sino como pueblo libre, como Estado Soberano, como Nación. La figura ingente de Martí encarna cual ninguna el concepto y la síntesis suprema de nuestra nacionalidad.
No cabe duda de que ese Martí de carne y hueso, el Apóstol de la independencia cubana, ha sido groseramente diluido, tergiversado y empequeñecido, con la llegada al poder de la tiranía de los hermanos Castro.
Es por ello que quien desee conocer al hombre de la Calle Paula y quien amὁ como nadie a su patria, no podrá encontrarlo en el centro que vergonzosamente lleva su nombre. Pues lejos de ser un centro de estudios martianos, responde, por obra y gracia del interés mezquino, a darnos una caricatura del Apóstol que rompe con todos los parámetros de la ética histórica y las evidencias antropológicas ante la figura de quien debe ser el Martí verdadero.
Mucho se habla, eso sí, del Martí antiimperialista. Por supuesto que fustigó lo mal hecho de los Estados Unidos.
Peo no se habla del Martí que admiró a la pujante nación americana y entusiasmado hizo voto de aprobación por el Partido Republicano de los Estados Unidos. Fustigó elegante y lucido el racismo, deuda pendiente del actual gobierno con la población afrodescendiente de la Isla cautiva; y rechazó de cuajo al entonces naciente sistema socialista, por llevar al sometimiento servil de los pueblos y al desenfrenado control absoluto de sus regímenes; de la ambición de poder y de las obligaciones de los gobiernos para sus pueblos.
Pero los Estados Unidos fue mucho más para Martí. Ese fue el país, como al igual que muchos otros cubanos, pasó la mayor parte de su exilio, donde agigantó su estatura intelectual y fundó el Partido Revolucionario Cubano en 1892.
José Martí, como dijo José Lezama Lima, es el misterio que nos acompaña. Pero ese misterio se hará palpable, cuando en una Cuba democrática, todos los nacidos en ella y desde cualquier parte del mundo, tengamos para siempre una patria que haga honor a su nombre. Y sea su máximo anhelo, la brújula que nos alumbre y nos conduzca a cristalizar la nación que debe ser, y será, ‟con todos y para el bien de todos”.

martes, 1 de febrero de 2011