martes, 18 de enero de 2011

Reconocimiento a la vergüenza

Manuel Aguirre Lavarrere
(Mackandal)
Momento de orgullo y empoderamiento para los afrodescendientes debe constituir la decisión de la Organización de Naciones Unidas al declarar el año 2011 como año del afrodescendiente, lo que significa un paso de avance en la toma de conciencia colectiva a la vez que da un voto de credibilidad a los distintos actores que luchan contra la discriminación racial.
En Cuba, un país con mayoría poblacional de negros y mestizos esta decisión ha sido acogida con opacidad. No importa que la próxima y esperada Feria del Libro a celebrarse en la Isla esté dedicada al hermano pueblo haitiano, cuya decisión tiende más al cacareo político que a la verdadera transparencia de la sensibilidad humana. Mañana puede estar dedicada a los mamelucos, sin que por eso cambie nada. Todo es posible según sople el viento y hacia donde vayan encaminados los intereses impositivo y político que el régimen de la Habana estime conveniente.
Pero si colateralmente y sin pasionismo, hay un sector de la población cubana que merece reconocimiento y ser escuchada, ella tiene un nombre׃ Los negros cubanos. Y no por ser negros ni llevar en sus vidas la ignominia histórica de la esclavitud.
El desarrollo económico que alcanzo Cuba durante la época colonial fue gracias al trabajo de quienes llegaron maniatados y a fuerza de latigazos. Esos negros representan hasta el momento presente la fuerza motriz de la economía cubana y llenaron de oro los bolsillos de sus represores.
Nadie podrá escribir con veracidad la historia de las luchas independentistas de Cuba, si antes no resalta la participación de la población negra, que en mayoría abrumadora a cualquier otro grupo étnico se sumó a las getas libertarias con la esperanza de alcanzar una vida mejor, vida que jamás les llegó después del exterminio de un buen número de ellos llevado a cabo por sus compatriotas blancos de las guerras independentista y que tuvo como colofón la masacre de los Independientes de Color en 1912.
La dedicación del año 2011 a la población afrodescendiente, deja bien claro al régimen de la Habana, que el racismo revolucionario que sufre la población de Cuba, es curable desde cualquier punto de vista, si este país tuviera la oportunidad de vivir en democracia, y tener un gobierno al servicio de los intereses, las ansias y los anhelos de la ciudadanía.

martes, 11 de enero de 2011

RELACIÓN DE SERVIDUMBRE

Manuel Aguirre Lavarrere
(Mackandal)
Los debates que se vienen llevando a cabo con víspera al sexto congreso de los comunistas cubanos, están basados fundamentalmente en la preferencia de rango. Aunque se hable de revolución del pueblo y para el pueblo, aunque se trate de hipnotizar a las masas bajo agotadas consignas de adoctrinamiento, que es visible escuchar en la boca de ministros como Marino Murillo y el propio jefe del gobierno, Raúl Castro Ruz la obligada militancia en torno a la obediencia que debe primar en la ciudadanía sobre los acuerdos tomados por los únicos que verdaderamente tienen voz y voto en Cuba, cuya liberad de expresión no corre el riesgo de ser encarcelada ni reprimidas. Pues el cuentico a lo tía tata de que todos podemos hablar, oculta, a mi juicio, una segunda intentona golpista justamente dirigida la restricción y calamidades del pueblo, con vistas a el fortalecimiento del régimen.
Cuba vive momentos de incertidumbre. La poca credibilidad de un régimen despótico y dictatorial sólo puede anidar en las mentes de quienes justifican los errores pasados y recientes con los enfrentamientos ideológicos con los Estados Unidos y la Unión Europea, que ahora, más que nunca, a puestos los puntos sobre las íes para dejar en claro sus condiciones para el levantamiento de la llamada Posición Común respecto a Cuba y muy bien acogida por la oposición pacífica en la Isla y por ciudadanos que, aunque no totalmente en desacuerdo con el régimen, comprenden la necesidad imperiosa de cambios a favor de la patria y las libertades ciudadanas recogidas en los distintos tratados internacionales, a los que Cuba, aun comprometida con muchos de ellos, es incapaz de cumplir ni siquiera someramente.
Las conquistas alcanzadas por la clase obrera cubana tras años de sacrificio y asesinatos de sus más emblemáticos líderes, han devenido en una relación de servidumbre entre el estado y el pueblo. Nada de fraternal tienen los acuerdos tomados en el Parlamento de los comunistas cubanos. Nada que ver con los derechos que deben primar en una ciudadanía a los que los gobiernos están obligados a cumplir y ser participes de ellos, y muy lejos están de ser verdaderos acuerdos soberanos, pues hoy, como nunca antes, los cubanos hemos perdido el orgullo patrio y la soberanía. Sὁlo el régimen que desgobierna a Cuba ejerce su soberanía sobre la voluntad y las ansias libertarias de un pueblo cansado de mentiras y manipulaciones políticas, propias de los regímenes al estilo del derrocado gobierno sádico de Saddam Hussein, que tras esconderse en una cloaca durante la invasión libertaria de los Estados Unidos, purgó sus culpas con una cuerda en el cuello, para orgullo de su pueblo, venganza de los kurdos y alivio espiritual de toda Asia.
makandalmm@yahoo.com